Living In A Dream [ Harry Potter ]

Forty nine: I don't want to do it

Cuarenta y nueve: No quiero hacerlo

Lucy estaba a oscuras, sentada en una esquina hecha un ovillo, no lloraba, pero quería hacerlo, sentía un dolor en el pecho, como si algo se lo abrazara fuertemente.

En la habitación había un desastre, el mismo que ella había creado, seguía con la misma ropa y había platos de comida vacíos a su alrededor.

Era extraño cómo días atrás la chica hubiera dado todo por estar con sus amigos y en ese momento que los tenía cerca lo único que quería hacer era llorar.

La puerta se abrió y entró alguien, se acercó a Lucy y puso una mano en el hombro de la muchacha, ella se sobresaltó y miró a la persona que estaba a su lado.

—Hola Lucy —dijo la señora Weasley con una pequeña sonrisa, Lucy sólo la miró —. Dumbledore quiere saber si puede hablar contigo.

Lucy asintió, la señora Weasley le dio otra sonrisa y fue hacia la puerta, volvió a enterrar su cabeza entre sus piernas. Se abrió la puerta por segunda vez, la pelirroja levantó la cabeza, por la puerta entró Dumbledore que también le dirigió una sonrisa.

—¿Puedo encender algunas velas, Lucy? —preguntó Dumbledore amablemente, ella solo asintió, no tenía ganas de hablar, la habitación se llenó de luz y Dumbledore la miró —. ¿Puedo ordenar todo?

Lucy asintió nuevamente y vio como las cosas que ella había roto comenzaban a volver a su lugar. Dumbledore apareció dos sillas y él se sentó en una.

—Me gustaría que tomaras asiento aquí —comenzó a levantarse lentamente, sus piernas estaban entumidas, así que, con pasos lentos, se acercó a la silla —. Quería hablarte tu declaración.

Lucy miró sorprendida al profesor.

—¿De-declaración? —comenzó a buscar en su cabeza el momento en el que la hizo, al parecer Dumbledore vio su duda porque sonrió.

—No has declarado, Lucy —Lucy relajó su posición un poco —, aún no, el Ministro quiere saber exactamente qué fue lo que pasó esa noche.

—¿Por qué? Yo no quiero volver a revivir ese momento —dijo Lucy, las lágrimas volvieron a acumularse en sus ojos verdes —, ya tengo suficiente con mi cabeza.

Dumbledore la miró a través de sus gafas, directamente a los ojos, fue un gesto algo raro para Lucy, pero logró tranquilizar un poco a la chica.

—Créeme Lucy, si supiera que eso no te ayudaría haría que no pasara —explicó el anciano —, pero creo que necesitas hablarlo con alguien.

—No lo creo —Lucy bajó la mirada, no quería hablar de sus padres, las imágenes seguían tan vivas en su mente, Hanydra y sus padres llorando, ensangrentados.

Las lágrimas recorrieron el rostro de Lucy, dejó que cayeran sin importarle que Dumbledore la viera.

—Lucy —habló el director.

—Profesor —el tono de Lucy era casi de súplica —, no sabe todo lo que vi ese día, fue horrible, había sangre, oí a mi familia gritar Profesor no puedo hablar de eso Yo no

Estaba llorando de nuevo, las lágrimas bajaban rápido por sus mejillas pálidas.

—Lucy escúchame —ella levantó su cabeza y miró al profesor —. Yo sé las cosas de las que es capaz lord Voldemort, como tú, hubo muchas personas que perdieron a sus familiares a manos de este hombre. Luchaste hasta el final, diste todo lo que pudiste y eso es algo increíble, fuiste y eres muy valiente Lucy.

Lucy aun lloraba, volvió a mirar su regazo.

—Profesor, de verdad, no quiero hablarlo —dijo Lucy, cerró sus ojos con fuerza, soltó un sollozo —, de verdad no quiero, mucho menos para el ministerio. Lo siento profesor, pero esa es mi decisión.