Sixty-three: I want to save you.

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Sesenta y tres: Quiero salvarte.

Pareciera que el mundo quería que Lucy hablara con Draco Malfoy.

La pelirroja caminaba por el segundo piso, muy cerca del baño de chicas, todavía podía verse el mensaje que había grabado Ginny en su primer año, un poco desgastado pero ahí seguía.

Se escucharon ruidos en el baño y al principio creyó que era Myrtle la llorona como de costumbre y estaba por ignorarlo cuando se dio cuenta de que era una voz un poco más grave, definitivamente de hombre, se preguntaba qué hacía un chico en el baño de chicas, o mejor dicho, qué hacía alguien en el baño de Myrtle.

Lucy, atrapada por la curiosidad, decidió acercarse a la puerta para ver quién estaba dentro y con gran sorpresa se encontró en este a Draco, el chico estaba apoyado en los lavabos con la cara agachada, claramente estaba temblando. La pelirroja se acercó con cautela para no asustarlo, pronto el rubio se percató de su presencia y la miró y a ella simplemente se le rompió el corazón, Draco se veía realmente mal, parecía al borde del llanto, no dejaba de temblar y sus mejillas estaban hundidas, además debajo de sus ojos se encontraban unas grandes ojeras, producto de varias noches sin sueño.

Lucy no lo pensó y lo arropó en un abrazo y fue como si el rubio se hubiese roto en ese momento, jamás en su vida creyó escuchar el llanto de aquél Slytherin, pero ahora que lo hacía la destrozaba en mil maneras, Lucy quería acabar con todos sus males, quería decirle que todo estaba bien, pero no podía, porque simplemente estaría mintiéndole, nada estaba bien, no con Voldemort fuera de los límites del castillo, no con Voldemort torturando la vida de aquel pobre muchacho.

Draco se aferró con más fuerza a Lucy haciendo que a ella se le fuera el aire, pero ella no decía nada, sobaba con suavidad su espalda y dejaba uno que otro beso en su cabeza esperando que eso lograra tranquilizarlo un poco.

El Malfoy se aferraba al pequeño cuerpo de Lucy como si su vida dependiera de ello, como si estuviera a punto de caer en un abismo y Lucy fuera la única que lo mantuviera a salvo de él, y de cierta forma era así, Lucy le daba la luz que necesitaba para recorrer aquel camino que estaba en tinieblas y que le deparaba cualquier pesadilla de la que ni siquiera pudiera pensar.

Draco quería escapar de ahí, quería escapar de lo que era su familia, quería escapar del Señor Tenebroso, quería escapar de su maldita misión que no lo dejaba ni dormir y en todo eso quería decirle a Lucy que lo acompañase.

Desde el momento en que la vio por primera vez en su primer día en Hogwarts, supo que debía acercarse a ella, cuando se enteró que era una nacida de muggles se le vino el mundo encima, su padre lo mataría, sin embargo siguió admirado por la energía que ella dejaba a su paso, siempre tan segura de sí, confiada en cada paso que daba, regalando sonrisas a la diestra y siniestra. Nunca pudo insultarla como a Potter y Weasley, en su cabeza no cabía la idea de hacerle daño a aquella chica, porque sería como apagar una vela en medio de la oscuridad.

Pero a pesar de todo aquello, ella lo detestaba y él lo entendía, ya que solo se dedicaba a maltratar a sus amigos y compañeros de casa. Fue en su segundo año cuando logró acercarse a ella dejándole la oportunidad de mostrarle de que no era tan malo, sacó la mejor versión de él y solamente ella la conocía, poco tardó en darse cuenta de que sus sentimientos por la chica eran más que una simple fascinación y no podía hacer nada contra eso pues entre más la conocía más se enamoraba de ella.

Draco no era un chico de envidiar a todos, siempre tuvo lo que quiso, cualquier juguete nuevo que quisiera era para él, cualquier traje caro que quisiese lo obtenía, si quería entrar al equipo de quidditch lo lograba, pero solamente había algo que no podía tener y era a aquella pelirroja y a la única persona que podía envidiar era a Potter porque para él era tan fácil, ambos en la misma casa, él no tenía una familia de la cual seguir sus prejuicios, Potter podía hacer lo que quisiese sin tener que seguir a alguien en específico, para él era tan fácil salir a los jardines a abrazar y besar a Lucy Evans, mientras que para Draco aquello sería el final de sus días y la desheredación segura, aunque eso último no le importaba mucho en esos momentos.

Living In A Dream [ Harry Potter ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora