Oneshots ＫＡＲＭＡＧＩＳＡ

Romeo and Cinderella (1/2)

Les recomiendo escuchar la canción para entender mejor la historia.

El vídeo con el * es la canción que Karma toca, les recomiendo escucharla.

En realidad iba a ser solo un capítulo pero el sueño me mata pero de recompensa en la continuación intentaré escribir smut.

Vocabulario:

Bento: Nombre de la merienda que llevan los alumnos a la escuela en Japón.

Onigiri: Bolitas de arroz en forma triangular con carne dentro.
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-Buenas noches, mamá.

Nagisa se asomó a la habitación de su madre Hiromi. La mujer sonrió al ver a su "hija" y dejó a un lado el libro que estaba leyendo.

-Buenas noches, Nagisa.-dijo la mujer con una sonrisa.

-Espero que tengas felices sueños.-sonrió Nagisa mientras apagaba la luz de la habitación de la mujer.

Se encaminó a su habitación que estaba en la otra punta del pasillo de aquél pequeño apartamento. Cerró con llave la puerta de su cuarto y se recargó en la puerta suspirando.

Se miró en el espejo y con su mano temblorosa se llevó la mano al pecho, esbozando una pequeña sonrisa al pensar en el dueño de su corazón.

Se miró levemente al espejo. Llevaba puesta una camiseta blanca con unos pantalones cortos de color gris. Tocó levemente su pelo y temblando poco a poco soltó su cabello del agarre de aquella coleta.

Se sentía extraño pues sabía que después de esa noche todo cambiaría para él.

¿Se miraría bien esa noche para su acompañante? Se encontraba muy nervioso así que solo se tiró a su cama y abrazó la almohada en un vano intento de olvidar todos aquellos pensamientos que rondaban en su cabeza.

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Nagisa Shiota era conocido en la escuela como un chico amable y simpático, o como "género dudoso" debido a su apariencia andrógina y su cabello largo. A veces se metían con él debido a eso, pero poco le importaba.

Ese año entró a una escuela nueva, debido que al divorcio de sus padres él y su madre se vieron obligados a mudarse de Tokyo a Osaka. No tardó mucho en hacer amigos en su clase puesto que había gente simpática, sin embargo había un chico pelirrojo que llamaba mucho su atención.

Los meses pasaron, y Nagisa se encontraba caminando por los pasillos cuando se topó por accidente a Karma.

Estaba buscando a sus amigas por el pasillo y sin querer se topó con el salón de música, dónde se encontró a Karma Akabane mirando un teclado como si fuese la cosa más interesante del mundo.

Nunca se había fijado en Akabane. El pelirrojo estaba de pie tocando algunas notas suavemente. Nagisa se escondió levemente y solo asomaba su cabeza. El cabello de Karma estaba peinado hacia atrás y pudo fijarse en sus bellos ojos de color mercurio que hicieron que el menor se sonrojase. Nunca le había visto sonreír pero en ese momento pudo apreciar la más bella sonrisa de ángel y no de demonio como la gente le decía.

Karma volteó hacia la puerta al sentir a alguien observándolo, pero entonces rápidamente Nagisa se escondió. Luego de unos segundos volvió a asomarse levemente donde pudo contemplar a Karma tocando el piano como si de Beethoven se tratase.

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