Oneshots ＫＡＲＭＡＧＩＳＡ

02×08

Aquel día que llegó a su casa, su madre se volvió loca.

Empezó a hablar disparates sobre querer cambiarle de clase, que habría hablado con quién-sabe-quién que le dijo que su hijo habría salido de la clase E gracias a un generoso donativo al profesor. Aquello le dio "esperanzas" a Hiromi para que así su hijo pudiese volver a la clase D y que este tuviese una vida de ensueño y perfecta, llena de oportunidades y demás.

Y Nagisa también perdió los estribos, debía reconocerlo. Era un asesino, debería haber leido mejor el ambiente... Seguramente de haberlo hecho, habría visto que su madre estaba en su "modo oscuro", como si fuese a desatar su sed de sangre sobre él.

-¡Pero mamá! ¡No quiero irme de la clase E! ¡Mis notas han mejorado muchísimo y me lo paso realmente bien y tengo muchos amigos!

Se escuchó una especie de "click" en el ambiente y Nagisa no pudo evitar tensarse. Mierda... Debía haberse callado...

Casi como si fuese inmediatamente, su madre con aquella especie de sed de sangre empezó a tomarle con fuerza del cabello, concretamente de sus coletas, para así tirar una y otra vez de estas con fuerza.

Shiota Hiromi no paraba de soltar una y otra vez insultos hacia su hijo, que si llamándolo ingrato, que si era una escoria... Lo peor para el joven de cabellos azulados fue cuando su propia madre le trataba en femenino. Ahí iba otra vez... Nagisa sentía algunas pequeñas lágrimas querer salir de sus ojos, pero debía aguantarse. ¿Por qué su madre era así con él...? ¿Por qué no podía conformarse con haber tenido un hijo feliz y sano...?

Eventualmente Hiromi acabó soltando a su hijo y esbozando una fría sonrisa. Fue tanta la fuerza que la mujer utilizó al tirar del cabello largo de su hijo que las gomillas de las coletas se acabaron rompiendo, dejando que el largo cabello del chico cayese grácilmente por sus hombros. Nagisa no pudo evitar estremecerse al sentir aquello... No... Lo odiaba... Eso estaba mal, él era un chico... Solo había una situación y con cierta persona en la que permitía que su cabello estuviese así y que no le molestaba y definitivamente aquella NO era la situación ni la persona.

Hiromi tiró del brazo de Nagisa y Nagisa sintió la mano de su madre apretar con fuerza su pálida muñeca llegando incluso a cortarle levemente la circulación, parándole frente a un armario empotrado con un espejo en frente. Ya sabía lo que se venía...

Su madre, por milésima vez en su vida, empezó a contarle la historia de su vida o mejor dicho de sus fracaso. "No pude ponerme vestidos de joven." "Siempre quise una hija para ponerle vestidos." Nagisa se miraba con asco a sí mismo mientras su madre colocaba las prendas de ropa en frente suya, diciendo lo bien que le quedaban, para también acariciar su cabello enredando sus dedos en este. El chico solo miraba cabizbajo y hacia otro lado, para así no verse al espejo. Aquello era denigrante... Que su propia madre le tratase así... No culpaba a su padre por haberse ido, pero... ¿Por qué tuvo que abandonarle?

Después de aquello su madre le obligó a ponerse un vestido rosa que le quedaba por encima de la rodilla. Odiaba su apariencia andrógina, odiaba a su madre, odiaba todo aquello... Tuvo que quedarse así hasta el final de la cena, cuando su madre dijo que iría a dormir aunque no sin antes repetirle que al día siguiente iría a hablar con su profesor Karasuma para hablar sobre su traslado nuevamente hacia la clase D.

Todas las noches recogía la cena e iba a tirar la basura fuera. Aprovechó para así quitarse aquella prenda y ponerse ropa normal. Al subir nuevamente, se quedó fuera del apartamento y decidió llamar a Koro-sensei, para así explicarle por encima los planes de su madre. Karasuma no estaría en la ciudad por cuestiones de su verdadero trabajo, así que debían ingeniar un plan para que su madre no descubriese a Koro-sensei. Este simplemente dijo que no pasaría nada y él se encargaría de todo. Nagisa simplemente suspiró, algo aliviado, para así colgar y encaminarse hacia su casa.