Todo lo demás queda atrás.

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-Este comportamiento empezó hace dos días, pero desde ayer que no come nada. -dice la enfermera.
-Ya veo.
-Aquí es.
-Bien, gracias.
-Hay un botón al lado de la puerta por si necesita ayuda.
-Está bien.

La enfermera abre la puerta y yo entro, veo a mi madre parada al lado de la ventana con sus brazos cruzados.

-Por fin viniste. -dice dándose la vuelta.
-No por que haya querido.
-Suenas enojada.
-No estoy feliz.
-Mirate, eres toda una mujer, aunque -apunta a su rostro. -sin sonrisa.
-¿Quieres que sonría?
-Soy tu madre, una sonrisa para mi no estaría mal.
-A las malas madres no se les sonríe. -susurro.
-Las malas madres tienen malas hijas.
-Soy la excepción a eso.
-Te han lavado el cerebro, querida ...(N).
-No más de lo que tú tratas ahora.
-Ven -estira sus brazos. -acercate.

La miro por un segundo, supongo que ha de notar que no me acercaré a ella, baja sus brazos y pone una sonrisa en su rostro, aunque sus ojos no son parte de ella. Veo sobre una mesita la bandeja con su comida, la cual está completamente intacta.

-*suspiro* ¿Por qué no comes? la comida de aquí no luce mal.
-¿Sigues con el plan de ser una heroína?
-Lo soy hace ya mucho tiempo.
-Que estupidez -se acerca a mi. -tu deberías ser una villana, en tu sangre solo hay maldad.
-Dilo cuantas veces quieras, no cambiaré lo que ya soy.
-¿Una heroína?
-Alejate. -pongo mi mano en la cuchilla que llevo amarrada en mi muslo.
-¿Vas a herir a tu madre?
-Tú me heriste a mi, no solo una vez.
-Yo no te eduque para ser una santa heroína.
-¡Tú no me educaste, me maltrataste, me heriste!
-¡No me grites!

Ella activa su particularidad y hace que la pieza se vea ante mis ojos al revés, me apoyo en la puerta y aprieto el botón que está a su lado.

-Siempre siendo rebelde. -dice.
-Ba-Basta.

Caigo al suelo al no resistir sentirme tan mareada y sin equilibrio, es como si no supiera como caminar o mover mis piernas. La puerta se abre y ella quita su acción sobre mi, la toman por sus brazos y la cedan.

-*suspiro* ¿Por que.. sigue siendo tan fuerte?
-¿Esta bien? -una enfermera se acerca a mi y me ayuda a ponerme de pie.
-Si.. gracias.

Ella y yo salimos de la habitación mientras miro a mi madre dormirse sin dejar de verme fijamente, su forma de verme ahora es idéntica a cuando la vi por última vez hace muchos años.

-¿Ella.. le ha hecho algo como esto a alguien aquí? -digo abriendo un botón de mi blusa.
-No, nunca.
-Bien, eso es bueno.
-¿Seguro que está bien? parece muy cansada.
-Si, estoy bien.. gracias.
-¿Necesita algo más?
-No, solo.. quiero irme.
-Ahh.. bien.
-De seguro comerá desde ahora.. así que no deben preocuparse.
-Claro, gracias.
-Adiós.

Paso por su lado mientras saco mi teléfono de mi bolso, marco de inmediato el número de Shouta, solo espero que no esté ocupado, después de unos segundos él contesta.

-Hola. -dice.
-Shouta..
-¿...(N), ocurre algo?
-¿Crees que puedas.. venir por mi?
-¿Estas bien?
-Si.. solo ven.
-Claro ¿sigues allí?
-Si.
-Estaré ahí en un momento.
-Estaré en mi auto, en el estacionamiento.
-Bien, voy en camino.
-Gracias.

Corto la llamada y camino hasta mi auto, cuando llego entro y dejo la puerta abierta, tomo mi cabello y cierro mis ojos apoyando mi cabeza en el respaldo del asiento.

-Maldita mujer, aun me siento mareada. -susurro.

Su particularidad es casi letal para mi, provocando por minutos un cansancio molesto y un calor por todo el cuerpo, propio de cuando no puedes sentir el piso bajo tus pies.

Enredate a mi. [Aizawa Shouta x Tú]Where stories live. Discover now