I - Uraraka Ochako

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Buenas, siendo las 3 am en mi ciudad y estando en medio de finales, quiero subir ese one shot que me costó muchísimo, fue muy difícil y aunque casi lo dejo, me alegro de haber terminado.

Advertencia: EDITADO: el el capítulo único fue cambiado a varios capítulos para facilitar la lectura.
Posible OoC, no intencional. Especialmente de Bakugou, son adultos así que tuve que juzgar la situación desde diversas perspectivas así que espero que no lo odien.
Faltas ortográficas leves.  Y... Mucho sentimiento, mezcla de de dolor y amor.

Renuncia: Todos los personajes, salvo Herald, pertenecen a Horikoshi-sensei.

Disfrute su lectura.

~

I.

— ¿Bakugou-san?

La tranquila voz de Yaoyorozu Momo sonó por encima de sus ideas y lo trajo de vuelta del mundo en el que estaba zambullido. Lentamente levantó la cabeza, un poco indeciso, y la miró a los ojos; aquellos ojos negros siempre tenían un brillo especial desconcertante y tras solo un segundo en contacto con ellos, se vio repelido e inmediatamente desvió la mirada enfocándose al azar en una de las esquinas de la cocina.

— ¿Qué libro piensas leerle hoy? —preguntó finalmente. Momo sonreía con delicadeza a unos centímetros de él mientras cargaba té a una taza de porcelana blanca y continuaba a otra taza, el humo se esparcía por el lugar y ella aprovechó la fragancia para inhalar profundo con los ojos cerrados.

— No te importa —respondió secamente, aunque no sorprendió para nada a Yaoyorozu, tan perspicaz que optó por no responder y esperar a que terminaran los repentinos ataques de ira que ya le eran familiar.

Momo estiró su mano y él tragó espeso cuando vio que la taza de té iba a parar en frente suyo y en seguida se arrepintió de su hostilidad. Suspiró vencido aceptando la taza de té con ambas manos y miró el fondo del líquido rehuyendo de nuevo el mirarla con el fantasma de una molestosa sonrisa dulce dibujada en su mente.

Lo que el viento se llevó. —murmuró entre dientes.

— Ahhh... Leí ese libro hace mucho tiempo, pero lo llevo en mente todo el tiempo como si lo hubiera leído ayer. Un libro muy entretenido y trascendente.

Yaoyorozu Momo procedió a sentarse en la mesa redonda en la que él estaba sentado. De pronto sintió una puntada de emoción en el pecho al entablar una conversación sobre libros —oh, su tema favorito—, aunque su emoción duró muy poco, cambió totalmente al mirarlo a los ojos: él solo había atinado a llevarse la taza a la boca mientras ella hablaba con gran elocuencia y no respondía a sus intentos de conversación.

Agarró una cucharita de té y empezó a revolver el brebaje mientras pensaba en lo solitario que debía de sentirse Bakugou. Se sintió culpable por querer imponer una conversación y suspiró lenta y largamente al pensar en ello.

Odiaba que siempre trataba de ponerse en el lugar de los que sufrían porque realmente podía sentir el dolor como si fuera suyo y no podía ignorarlos fácilmente.

Dudó por un segundo si romper o no el silencio del lugar; Bakugou lucía realmente deprimido con los ojos clavados en la cucharita mientras revolvía el té y tenía la otra mano sosteniendo su mentón. Decidió tras unos segundos de verlo que el silencio solo lo estaba asfixiando más y no debía permitirlo.

— Ella te está esperando desde temprano. Pensé que no vendrías otra vez hoy, pero ella jamás ha dudado de ello.

Bakugou tuvo que hacer un gran esfuerzo para no atragantarse con la bebida en ese mismo momento, levantó la vista y se preparó para gritarle alguna cosa, que se dejara de meter o que se callara, pero las ideas no se materializaban como palabras porque su mente aún se encontraba repitiendo como si fuera un eco lejano.

Aflicción [Kacchako]Where stories live. Discover now