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Ong Seongwoo 

Veía a Doyeon caminar por los pasillos, sola. A veces se encontraba conversando con Daniel, verlos me hacía sufrir, pero no podía quitar mis ojos de ella en ningún momento. Sola la veía a ella como siempre, en todo momento solo era ella. Y así volví al inicio de la historia, yo mirándola desde lo lejos todo el tiempo como lo hacía en la escuela. Solo que esta vez era un poco diferente; ella me buscaba, siempre lo hacía después de aquella vez que yo la dejé sola sin siquiera darle la oportunidad de que me vea directamente a los ojos, en ningún momento le di aquella oportunidad porque me fui de aquel lugar con el temor de regresar y abrazarla al solo ver su rostro. 

Esta vez Doyeon me había decepcionado, nunca pasó por mi mente que ello pasaría. Pero con Kang Daniel a su lado todo se volvía posible. La evadía porque no podía controlar mis palabras, la veía y me la imaginaba besándose con Daniel, con esa imagen en mente solo hubiera dicho idioteces al frente de ella. La evadía también por temor, para qué me buscaba, ¿qué me quería decir? No era tonto, se había besado hace unos días con su primer amor que tanto le costó olvidar.  Ella me buscaba para terminar y  yo no quería terminar con ella, era lo que menos deseaba. Yo la ayudé a olvidarse de Daniel, quién me va ayudar a olvidarla. ¿Cómo voy hacer para olvidarte? Si cuando intento recordarte solo recuerdo los buenos momentos, cuando te tenía cerca de mí, cuando yo hacía tus ojos brillar. Simplemente no podía creer que después de todo seguía teniendo a Daniel ahí, después de todo lo que hizo. ¿En serio su historia te hizo olvidar todo lo que llegaste a  sufrir? ¿En serio?

Pasaba por tus salones con la esperanza de que salgas para irnos juntos como siempre lo hacíamos. Veía a Yoojung de vez en cuando tratando de animarme, me hacía sonreír a veces, pero no era suficiente, no era una sonrisa eterna que tú eras capaz de producir. 

La última vez que te vi todo se descontroló. Cansado de evitarte te fui a buscar sacando valentía de donde nunca supe que tenía. Caminé directo a ti sonriendo porque tú lo estabas haciendo, creí que yo era la razón, pues creo que cruzamos mirada o quizás estaba imaginando todo como lo hacía en la secundaria. Me detuve al verte recibir a Daniel con esa sonrisa que hace unos cuantos días yo era la principal razón de que la tuvieras. No sé por qué lo hice, pero los seguí. Escondido siguiéndoles el paso a una gran distancia me detuve detrás de la pared, porque ustedes se habían detenido. No quería decepcionarme más de ti, así que cerré los ojos prohibiéndome ver cualquier acción que cada uno hiciera. A los segundos, me quité esa necedad de mí y dejé de cegarme de todo aquella situación que estaba viviendo en mi relación con Doyeon. Abrí los ojos y los vi desde lejos. Besándose. Caí en la realidad. Ella sabe cuanto la quiero, ella sabe cuanto daño me está haciendo. Me paré de ahí inmediatamente y salí de aquel escondite. Todo este tiempo, ella fue así. Que idiota. Ella nunca lo olvido, siempre lo estuvo esperando, yo solo era la distracción para que el tiempo pase más rápido y se llegue a encontrar con él. 

  -¿Cuándo piensas terminar conmigo? - dije casi gritando sin dudar al frente de la pareja, alcé las cejas buscando alguna respuesta. Ella me miró sorprendida, sola la pude ver a ella, no me importó nada más. -Sabes que yo estoy sufriendo. -le reclamé tocándome el pecho casi en un golpe, ella no sabía qué decir. Trató de coger mi brazo, pero solo me alejé más de ella. -Yo estoy sufriendo como tú lo hiciste por él. - señalé a ese chico que no me atrevía a mirar. Cerré los ojos en la última parte, no me podía ver llorando, ni él, ni ella. No merecían ser la causa de mis lágrimas me dije a mí mismo. Me contuve para decir mis últimas palabras. - Terminamos

Me fui de aquel lugar y escuché su voz diciendo mi nombre. Como quise no escuchar nada en esos momentos, como deseé ser sordo, pero parece que mis oídos solo captaban el sonido de su voz. Volteé, la vi llorando, ese fue el momento en el que lloré con ella, pero a lo lejos. Sentía como una daga atravesaba mi pecho, nunca pensé que sufrir por amor fuera tan doloroso. Lloré, lloré y lloré como un niño. Me tapé la boca para evitar soltar algún sollozo. Quise regresar corriendo y limpiarle las lágrimas, lo iba a hacer, pero vi a ese chico dándole consuelo con un abrazo por detrás. Volteé ignorando su llanto y los gritos de mi nombre que ella hacía para yo seguir con mi camino, seguir con mi vida dejándote atrás. 

Buena suerte con ese idiota, Doyeon.  





Más que ayer.  »KangDanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora