25.

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Anne se había quedado dormida en el sofá de Chloe mientras veían la lluvia caer por el ventanal. Había comido tantas galletas con chocolate caliente, se sentía en realidad exhausta. Chloe, por otro lado, estaba más que feliz al verla dormir a su lado, tanto que tomó la manta y cubrió a ambas con ella, encajaba perfectamente. Acomodó la cabeza de su novia cuidadosamente en su hombro y cerró sus ojos para intentar dormir. Al sentirlo, Anne sonrió sin querer admitir que no estaba del todo dormida.

– Dame tu mano – pidió Anne una vez salieron del edificio. Chloe la miró sin entender – no traje mi auto para que podamos caminar juntas de vuelta a casa – sonrió en tono obvio.

– Oh, claro – sonrió tomando su mano para entrelazar sus dedos con los suyos – ponte esto – le dijo tomando sus lentes de sol para colocárselos sobre sus ojos. Anne no pudo evitar reír, no recordaba la última vez que se había puesto unos así.

– ¿Cómo me veo? – preguntó en una risa.

– Preciosa – respondió mientras asentía, acomodándole los lentes con su otra mano – ¿Te gustan? Puedes quedártelos si quieres –

– Muchas gracias, Chloe – dijo Anne sonriendo – una vez, con mi niño, vi una película donde unos ratoncitos tenían unos lentes igual – Chloe rió con ella mientras comenzaban a caminar de la mano – era muy gracioso – escucharla reír, para Chloe era un premio.

– Sí, y estás tan blanca como ellos – respondió. Anne puso sus ojos en blanco sin dejar de sonreír – ¿Qué quieres desayunar? – Anne llevó su mano a su mentón intentando pensar.

– Quiero ir a nuestra casa y que me cocines algo tú – pidió – prefiero eso ¿Podría ser? –

– Claro que sí – respondió tiernamente.

– Tenemos que ir a casa porque ya sé lo que haremos primero como novias oficiales – dijo intentando parecer seria, pero su sonrisa no podía desaparecer de su rostro.

– ¿Ah sí? – Anne asintió – ¿Y qué es eso? –

– Sorpresa – dijo simplemente. Chloe tenía curiosidad de saber cuál sería esa sorpresa de la que su novia hablaba, así que aceleró un poco el paso sin dejar de disfrutar el tiempo que apenas comenzaba a pasar junto a ella.

– ¿Cómo supiste cuál era mi departamento? – preguntó Chloe al recordar. Anne se encogió de hombros comenzando a sonrojarse.

– Solo supuse que sería el más grande – respondió sinceramente. Chloe no pudo evitar reír.

– Tiene mucho sentido para mí – asintió mientras que su novia la veía sin poder dejar de sonreír.

– ¿Te gustó el desayuno? – le preguntó Chloe sentándose junto a ella en la mesa. Anne asintió verdaderamente satisfecha.

– Sabes que antes de conocerte no comía más que cereal y café – respondió sinceramente – ahora puedo comer plátano y tocino y muchas cosas deliciosas – Chloe estaba sorprendida, la temida abogada Anne Parker no era más que una tierna y preciosa chica – muchas gracias –

– Lo hice con mucho amor – respondió en un suspiro – ahora que ya terminaste de comer... ¿Me dirás cuál es la sorpresa? – Anne le mostró la palma de su mano, y Chloe pudo notar de nuevo aquel anillo.

– Ya que eres mi novia, me quedaré con esta ropa que me has prestado, ahora es mía – bromeó en una risa, sabía que a ella no le molestaría y tenía mucha razón, Chloe la adoraba – así que cuando cepille mis dientes te lo enseñaré ¿Bien? – Chloe asintió – ya regreso – rió dirigiéndose rápidamente al baño.

Paper Hearts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora