32.

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– ¿Estás emocionada? – le preguntó Isaac con una sonrisa, apartando por un segundo su mirada del camino. Anne asintió con la misma sonrisa.

– ¡Mucho! – respondió mirándolo con todo el amor que sentía por él, sintiendo que lo amaría por siempre – es el primer fin de semana que pasaremos juntos los tres desde hace mucho tiempo –

– Es cierto – le dijo Isaac en un suspiro, no le gustaba dejar a su familia sola, pero debía hacerlo si quería darles todo lo que merecían – pero al menos hoy estaremos juntos – Anne volvió a asentir emocionada.

– ¿Cómo vas allá, mi niño? – le preguntó sin dejar de sonreír. Noah alzó su mirada de su auto de juguete para mirar a su mamá.

– Muy bien, mami – respondió emocionado por llegar al parque, su papá le había regalado una bicicleta y estaba ansioso por manejarla por primera vez; había visto películas, no podría ser tan difícil – ¿Ya llegamos? – Anne miró a su esposo esperando una respuesta.

– Ya casi – dijo lentamente mientras que estacionaba el auto – ahora sí – dijo en una risa apagando el auto. Anne se quitó el cinturón de seguridad y se levantó un poco del asiento para besar la mejilla de Isaac, se sentía tan feliz porque pasaría el día con los dos amores de su vida.

– Podría sentir cómo me besas por el resto de mi vida – le dijo Isaac sinceramente, y de hecho estaba dispuesto. Anne solo rió sonrojada mientras que escuchaba la pequeña risa de su hijo en el asiento de atrás – tú saca a Noah y yo sacaré la bicicleta, por favor – Anne asintió mientras que se incorporaba para salir del auto.

– Hola mi niño precioso – dijo con voz graciosa cuando al abrir la puerta se dispuso a desabrochar el cinturón de la silla de bebé donde estaba sentado Noah – ya llegamos al parque – Noah le extendió sus brazos a su mamá quien de inmediato lo tomó en los suyos para sacarlo del auto.

– Es tan bonito – dijo cautivado por la belleza del parque – ¿Podemos volver? – preguntó emocionado. Anne rió mientras que asentía.

– Volveremos las veces que tú quieras, Noah – le respondió antes de darle un pequeño beso en su nariz. Noah rió ante el tierno gesto, amaba los besos de su mamá, pensaba que podía sentirlos por el resto de su vida.

– Bicicleta – escucharon la voz de Isaac intervenir. Noah miró su bicicleta nueva impresionado, últimamente le estaban dando muchos juguetes nuevos, incluso se mudaron a una casa grande y bonita, después de vivir en un lugar tan pequeño, podía recordarlo y se sentía muy agradecido con mamá y papá.

– Tú vigila a Noah mientras que yo arregló la mesa de picnic, por favor – le dijo Anne acomodando a Noah en el brazo de Isaac, ya que con el otro él sostenía la pequeña bicicleta. Anne vio a su hijo y a su esposo por última vez – los amo – sentía que podría hacerlo por el resto de su vida.

– Y nosotros a ti – le dijeron padre e hijo al mismo tiempo, provocando una risa en ella. Anne suspiró con una sonrisa antes de volver a abrir la puerta del auto para sacar las cosas que había empacado, entonces Isaac se fue con Noah para enseñarle cómo usar la bicicleta.

La familia salió de casa sin saber que volvería incompleta.

– ¿Estás emocionada? – le preguntó Michel con una sonrisa. Chloe dio la vuelta asintiendo emocionada, entonces los ojos del hombre se llenaron de lágrimas al verla tan preciosa en aquel vestido de novia.

– ¡Mucho! – respondió emocionada antes de ver cómo la primera lágrima caía por la mejilla de su padre – oh, papá – respondió con una risa – no llores – Terance suspiró tomando las manos de su hija dentro de su pequeño camerino, a escasos minutos de llevarla al altar.

Paper Hearts.Where stories live. Discover now