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Jimin nunca antes había pensado en el dolor que le pudo haber causado una ruptura. Nunca pensó en cómo se sintió exactamente cuando Yoongi rompió con él.

Había estado muy ocupado preocupándose por los sentimientos de Yoongi en aquel entonces, cuando se creyó el rumor que había comenzando a correr sobre él.

Sí, pensó mucho más en el bienestar del mayor que en sí mismo. Y aún así, al final, Yoongi sólo decidió dejarlo todo y continuar su camino sin él.

Antes de que Yoongi terminara su relación y al instante en el que comenzaron los rumores, Jimin ni siquiera se había molestado en limpiar su nombre.
Incluso había ido directamente en el departamento de ambos, en ese entonces, para aclarar las cosas.

Porque eso es lo que hacían las parejas.

¿O no?

Él recordaba cada detalle de aquella noche. Cada palabra suya y cada humillación por parte de Yoongi. Claro, sabía que su Hyung no lo decía en serio. Yoongi era de los que decía las palabras más hirientes pero sin pensarlo y sin sentirlo realmente sólo porque lo hacía cuando tenía la cabeza caliente.
Él decía cosas que lastimaban cuando estaba muy herido y no conseguía otra forma de sacar su dolor.

Y a pesar de todas las palabras horribles que Yoongi le había dicho en aquella noche, esas hirientes palabras que salían por segundo de sus preciosos labios, a pesar de todo eso, Jimin no había salido lastimado.
No porque fuera poca cosa, si no porque el menor sabía que Yoongi estaba lastimado.

De hecho, él nunca se había sentido herido a causa de Yoongi, y quizás eso era lo que le hacia sentir más culpable cada día.

Habia culpabilidad en su corazón, o al menos, hubo. Pero se desvaneció por completo cuando cometió el error/acierto de ir al bar en donde un completo desconocido le había dicho que fuera.

¿Quién obedecía a un extraño?

Park Jimin.

Al principio se quedó muy quieto en el umbral de la puerta, como si su cerebro hubiese entrado en un cortocircuito y le impidiera realizar algún movimiento astuto. Quizá era porque en el fondo, sabia que no era buena idea.
Ni siquiera sabía porque el extraño le había dicho que viniera. ¿Y si era un secuestrador?

Trató de respirar profundo y tragó mucho aire para tranquilizarse, pues, no valia la pena pensar demasiado.

¿Qué podría pasar?

Quitó una fuerza que sólo Dios sabe de dónde para adentrarse al bar. El olor a alcohol y cigarro inundaba toda la atmósfera. Jimin arrugó la nariz sin dejar de caminar.

Justo cuando se quedo frente a una enorme pecera que tenia mas agua que peces, se arrepintió de haber ido.

Del otro lado de la pecera, vio a Yoongi sentado en una de las mesas con una copa de vino en su mano. Vestía un traje negro de tres piezas y tenía el cabello alborotado. Y no era sólo eso, el cuello de Yoongi estaba siendo rodeado por un par de brazos femeninos delicados y delgados, quizás de la clase que a él le gustaba.

Unos brazos que no eran de Jimin.

Enemies to Lovers. | myg & pjmWhere stories live. Discover now