[ 86 ]

3.3K 315 57
                                    

Sus labios era suaves, tan suaves. Pensó Yoongi.

Lo había besado antes, muchas veces, pero esa vez fue diferente. Fué deliberado, sin prisas. Como si estuviera hablándole en silencio, diciéndole con el roce de sus labios lo que no podía con palabras.

Se apartó antes de que pudiera pasar a más que sólo besos, porque se conocía a si mismo y sabía que querría más. Porque nunca iba a cansarse de Jimin, no mientras cada beso o roce se sintiera como el primero.

—¿Porqué insistes en ser tan contradictorio? –Preguntó Jimin al instante en el que se separó de Yoongi. Actuaba con tanta normalidad, como si hace un momento no estuvieron besándose como dos locos que se necesitaban el uno al otro.— Hace unas horas decías que no querías besarme y que no sentías nada por mí e incluso que jamás te fijarías en mí, pero ahora acabas de pisar tus palabras.

Yoongi fingió que no estaba sorprendido por la actitud de Jimin en los últimos días, pero no pudo ignorar el hecho de que ahora el menor pasó de ser el más sensible, demostrativo y débil, al insensible y más sensato entre los dos.

Unas pequeñas ganas de descubrir el motivo de su cambio de actitud y revivir al antiguo Jimin crecieron en Yoongi.

—Confundes, Min —Murmuró Jimin bajando la mirada y aprovechando para relamerse el labio inferior. ¿Habían sido los labios de Yoongi lo que antes pasaron sobre los suyos? Se preguntó Jimin sin poder creerlo.

—¿Te confundió lo que acabé de decirte y lo que acabé de hacer? —Preguntó Yoongi.— No puedes decirme que te sientes confundido por ello.

—No puedes simplemente venir, besarme y decir que me amas como si nada, grandísimo estúpido. —Jimin se pasó una mano por el pelo. Estaba nervioso.— Si tan sólo hubieras sido menos imbécil en el pasado, quizá yo no habría perdido la oportunidad de mi vida y seguiría confiando en tí.

—Sé que confías lo suficiente en mí como para venir a mi casa tu sólo. —Dijo Yoongi en voz baja para que sólo Jimin pudiera oírlo.

—¿Esperabas que trajera compañía? Pero eso no significa nada.

—Deja de darle vueltas al asunto, Jiminnie...

—No me llames así.

—¿Cómo? —Yoongi sonrió y se inclinó hacia el menor, quedando nuevamente a escasos centímetros de distancia.— ¿Jiminnie?

—Suenas como un estúpido.

—No es cierto. Te encanta, y lo sabes.

—No me gusta porque sale de tu boca.

—Quizás te guste cuando otra cosa esté en mi boca.

—¿Qué?

—Aún tan inocente. —Suspiró Yoongi sonriendo con satisfacción.— Me lo esperaba.

—No es justo que bromees con tantos códigos. —Se quejó Jimin haciendo un pequeño puchero, olvidando el enfado que tenía con el muchacho.

—Puedes decifrarlos. —Murmuró Yoongi.

Le dio un empujón en el pecho con sus dos manos y al siguiente segundo, Jimin estaba justo debajo de él.

Yoongi estaba sosteniendose con los codos sobre el sofá para mantener la corta distancia que todavía quedaba entre ambos.

—Dijiste que confundo —Susurró Yoongi muy cerca de sus labios.— ¿Quieres decifrarme?

Los latidos del corazoncito de Jimin, bajo el pecho de Yoongi, comenzaron a acelerarse y la respiración se le entrecortaba.
Al mayor le agradó la reacción que obtuvo, porque eso significaba que todavía quedaba algo de temor y desconfianza en él.
Significaba que él no era tan predecible para Jimin como pensaba y que todavía podía sorprenderlo.

Enemies to Lovers. | myg & pjmWhere stories live. Discover now