No puedo competir con tu carrera.

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(Primer parte)

Narra Shawn.

Estoy cansado de esta mierda. Estoy cansado de discutir. Y ahí esta ella, con lágrimas en los ojos mientras escucha las palabras que salen de mi boca. No tengo idea que le digo, pero no le hace gracia. Dejo de hablar cuando las lágrimas caen por su cara.

-No, no llores.

-Que cínico -murmura-. Me haces llorar y luego me pides que no lo haga.

Ella procura mantener los sollozos en un volumen bajo. Mientras yo la observo llorar por tercera vez en el día, y por mi culpa. Ya ni me gasto en acercarme para abrazarla, sé que no soy bienvenido.

-Creo que deberías volver al hotel.

-¿Tú te vas a quedar?

-Tengo que estar aquí por un rato.

-Oh, ahora entiendo.

Tomo una honda respiración antes de preguntar.

-¿Qué?

-Me quieres lejos así puedes andar de coqueto con ella, ¿no?

-¿De que estas hablando? -pregunto, intento sonar tranquilo y no volver a usar un feo tono con ella.

-Tu sabes bien de que estoy hablando -gruñe-. Oh, hola Shawn. Hace mucho no sabía sobre ti -imita una voz escandalosa-. Me ha acorralado en el baño y me conto como te la follabas en cada oportunidad que tenías.

Para mi mala suerte Jocelyn sigue creyéndose dueña de mí y envenena a la pobre de mi novia con nuestras experiencias en la cama. Jocelyn es parte de mi pasado, pero ninguna de estas dos mujeres parece entenderlo.

-Tienes que irte ahora.

-Siempre estás dándome ordenes, pareces mi padre no mi novio.

-¿Podemos hablar de esto en el hotel?

-No, porque luego te harás el tonto y evitaras el tema. Como siempre.

-¡Jake! -grito el nombre de mi guardaespaldas, que está a nuestro lado a los segundos de ser nombrado-. Lleva a t/n al hotel. Asegúrate de que tome una ducha y vaya a dormir. Volveré a media noche.

Sus ojos se vuelven oscuros, las lágrimas dejan de correr. Parece que quiere tirarse encima de mí y darme algunos golpes, con gusto dejaría que lo hiciera, me lo merezco.

-Te odio, Shawn -dice, segura de sus sentimientos. Su confesión me choca, es mucho peor que un golpe cualquiera-. Wao, nunca creí poder decirte eso, pero tu solito te lo has ganado.

Da media vuelta y va hacia la camioneta que nos pertenece. Jake se queda callado, mira hacia cualquier lado menos a la pareja que ha peleado frente a sus narices. Y yo no puedo quitarle los ojos encima a la mujer que camina con la cabeza hacia abajo mientras seca nuevas lágrimas.

Todo esto es mi culpa, y como siempre lo termina pagando ella.

Jake se aclara la garganta para llamar mi atención.

-Te llamare cuando ella este en la habitación.

Asiento.

Él se va, y yo quedo en medio del estacionamiento reteniendo las ganas de ir con ella, abrazarla y pedirle que me perdone por poner mi carrera encima de nuestra relación. Se supone que hoy mismo iríamos a una cabaña muy lejos de aquí, pero a último momento cancele nuestros planes por trabajo.

Nuestro noviazgo está cayendo, t/n intenta salvarlo y yo lo sigo hundiendo.

Algunos pasos se acercan a mi librándome de mis pensamientos.

-Shawn -la voz de Jake se encuentra cargada de preocupación-. La camioneta esta vacía. T/n se ha ido.

...

Me he pasado la noche en vela y a base de café.

Estoy llamándola, enviándole mensajes por todas sus redes sociales, hasta le envié un e-mail. Eso demuestra que tan grande es mi desesperación.

No llamo a su familia, no deseo que se preocupen. Si algo grave le pasa a t/n ella misma se comunicaría con ellos.

Llame a sus amigas, pero no me dejaron decir una palabra que ya me mandaron a la mierda y juraron no decirme nada sobre la estadía de mi novia.

Por la mañana, cerca de las diez, intento una vez más. Sin ninguna esperanza a que responda, gracias a Dios lo hace.

-Hola.

Su voz demuestra despreocupación. Eso me pone los pelos de punta.

-¿Hola? ¿Llevo horas llamándote y lo único que recibo es un hola? -estallo.

-Sí, bueno, no tenía ganas de hablar contigo. De hecho, sigo sin ganas, pero he decidido contestar esta llamada para que veas que estoy viva, que estoy bien y que sigo respirando.

-¿Dónde estás? -escucho mucho ruido, pero no puedo distinguir el lugar.

-Estoy en el supermercado.

-¿Y se puede saber qué haces ahí?

-¿Compro comida?

-No te hagas la graciosa, t/n. ¿Por qué estas de compras cuando deberías de volver conmigo?

Suspira.

Ese suspiro no significa buenas noticias.

-Quiero estar sola.

-No -murmuro. Ya me dieron ganas de llorar, no quiero que me escuche llorar-. Dime donde estas y te iré a buscar.

-Shawn -dice mi nombre como si suplicara que la deje en paz.

-No, escúchame bien, por la noche saldrá nuestro vuelo a Londres. Tienes una hora para volver a mí.

Literalmente estoy temblando. Nunca hemos pasado tantas horas separados, y no me gusta hacia dónde va la conversación.

-Esto es tan difícil, pero lo diré igual...-guarda silencio por un momento. Mis nervios van empeorando a cada segundo-. Tenemos que darnos un tiempo. No puedo competir con tu carrera, no lo merezco, así como tú no mereces poner en pausa tus proyectos por mí.

Nunca puse en pausa mis proyectos. T/n si lo hizo con los suyos. Lo hizo por mí, porque se lo pedí y la arrastre a mi mundo.

Abro la boca, pero nada coherente sale de ella.

-Lo que dije ayer no es cierto, estaba enojada y hablé sin pensar. No te odio, Shawn. No podría hacerlo, aunque quisiera. Tampoco estoy haciendo esto para dañarte.

Me rio sin gracia.

No sé qué decir, debería de terminar con la llamada, pensar que decir y luego volver a comunicarme con ella, pero me parece una mejor idea hablar porquerías.

-No podrías dañarme ni aunque lo intentaras con ganas -el enojo está hablando por mí-. Nunca te quise de verdad, nunca me gustaste -cierra la puta boca Shawn-. Solo estaba contigo porque me dabas pena.

Mierda.

-¿Oh, enserio? -pregunta, sorprendida.

-Si. -¡No!

-Bueno, me alegro de conocer al verdadero Shawn. Me has envuelto con tus mentiras, felicidades.

Termina con la llamada y me doy cuenta lo que acabo de hacer. Vuelvo a llamar, pero es evidente que no me respondería.

La he jodido.

..........

Estaba pensando en que la segunda parte la narre t/n, ¿o prefieren que lo haga Shawn?

Imaginas - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora