Hey Guys, Snap Out of It! | Watashi ga Motete Dousunda + YoI | COMPLETA

29. Goodbye

_____'s Pov

Viendo todo en retrospectiva, quizá correr como si hubiera visto al diablo no fue la mejor de mis ideas. De lejos.

Solo después de calamar mis nervios y los fuertes latidos de mi corazón, la idea de que Yura podría haber malinterpretado mi huida se cruzó por mi cabeza.

Bien hecho gacela estúpida.

Pero no podía evitarlo, tenía miedo, estaba confundida, y que el chico que me había rechazado años atrás se me confesara no ayudaba.

¡Espera un momento! Lo que hizo Yura no fue una confesión, más como un ataque sin piedad a mis inestables emociones.

Una simple confesión no me habría alterado de aquella forma, sobre todo si tomamos en cuenta que hubiera sido muchísimo menos un shock que un beso repentino.

Pero lo hecho está hecho.

Él me beso y yo corrí. A acción reacción como me decía mi profesor de física, solo que nunca le había escuchado decir que luego de aquello venían las consecuencias.

En este caso en particular estaba siendo vilmente ignorada por el rubio. No voy a negar que lo tenía bien merecido pero ¿En serio tenía que sentirme como el chico en una novela juvenil que daña a la persona que ama por ser un imbécil?

Nunca más volvería a despotricar contra esos personajes, esos que muy en el fondo tienen una razón por la cual actuar de la forma en la que lo hicieron, por más absurda que pudiera ser; al menos no mientras tengan en valor de arreglar la situación.

Por eso en cuanto vi a Vitya abandonar el vestidor de los chicos con Yuuri Katsuki un par de días más tarde, no dude ni un solo segundo al hacer la única cosa que nunca creí que haría en mis quince años de vida. Entrar al vestidor de los chicos y confrontar a Yura.

Ahora, mi idea era confrontarlo en su casillero, pero la vida amaba ponerme en situaciones que usualmente evadiría como la peste, por lo que ahora me encontraba acorralando al hada en las duchas.

¿Podría la situación ser más vergonzosa?... No, olvídenlo, no quiero una respuesta a eso, no quiero saber.

Como tampoco quiero que alguien se entere de la vergonzosa situación en la que me encuentro, con Yura teniendo un agarre tan fuerte en la toalla a la altura de sus caderas que sus nudillos estaban blancos, al contrario de sus mejillas que llevaban un leve color rojizo.

Si era por enojo o vergüenza no podía decirlo.

—Yura... —comencé, sin embargo en cuanto su nombre abandono mi boca no sabía que más decir ¿Debería disculparme primero? ¿O explicarme?

¿Y cómo le explicabas al chico que no solo es tu mejor amigo de toda la vida, sino también tu primer amor que no estas segura de querer empezar una relación romántica?

—¿Vas a quedarte allí como retrasada o finalmente dirás algo?

No pudiendo evitar fruncir el ceño lo fulmine con la mirada, evitando que cualquier comentario hiriente escapara y empeorara mi situación.

Pero aún estaba completamente perdida.

—¿Y bien?

—¡Cállate Yura! ¡No me dejas pensar!

—No es tan difícil gacela tonta, di lo primero que te venga a la mente.

—¿A parte de que eres un hada idiota? —gruñí mirándolo directamente a los ojos y recordando lo que quería decir. —Lo lamento, me entró un poco de pánico cuando... eh... paso eso...