12. Dia de trabajo agotador

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Nacho y Lucas no dieron señal de que les importase al principio. El partido no había acabado bien para ellos. Habían perdido, pero Isco y Marco sonreían. Aquella actitud solo podría significar una cosa. Se pasarian días restregandoles la partida. Aunque antes, otro día hubiesen ganado ellos, era la "condición" de jugar con ellos al Fifa.

-Se está haciendo tarde. Nacho, ¿nos vamos ya?

-Si, venga. Es que estaba cansado. Por eso hemos perdido.

Coje a su hijo en brazos y Maria coje a Alejandra porque se ha quedado dormida encima suya y salen por la puerta.

-Oye Lucas, ¿te echas otra partida?-Dice Isco riendose.

-Lo siento pero no. Os quedáis sin mi amistad. Por que no habéis tenido piedad.

-Que exagerado eres. Luego vendrás pidiendo favores y que te ayudemos.

-Yo te comprendo. Son malvados.-Digo yo.

Me acerco a él y le doy un abrazo en señal de apollo.

-Thalía es la única amiga que me queda.-Dice él echando la cabeza para atrás y exagerando muchisimo el movimiento.

-Oye Isco, tu novia nos ha vendido. Ya no es de confiar. Como puedes ser así... ¡Tu también eres un traidor!-Dice Marco.

-No sabía que era una espia del enemigo. Ya lo veo. Y pensar que confiaba en ti...-Dice él intentando poner cada de disgusto.

Inmediatamente todos nos reímos.

-Hasta luego compañeros.

-Anda Luquitas. Quedate a echar otra.

-No.

-Venga ya. Si solo hemos metido un gol. Podríamos haberos machacado.

-Adiós.-Se hace él ofendido y se da la vuelta. Se va riéndose.

Marco le sigue poniendo la excusa de que mañana hay entrenamiento pronto cuando todos sabemos que es porque le quiere fastidiar. Y aunque lo del entrenamiento es verdad, nunca llegaría tarde alguno de los tres por haber dormido menos.

Una vez que se han ido, cojo mi portátil para preparar la clase de mañana. Isco se empieza a poner pesado. Que si se aburre. Que si no sabe que hacer. Que si no le presto atención.

La próxima vez que suelte algo, lo que sea. Le diré que si. Pero enserio, lo que sea. Para ver si me deja terminar mi clase.

-Bueno, ¿que tal si te quedas a dormir?-Suelta de repente.

-Estoy a favor de eso.-Digo sin pensarlo. Me arrepiento inmediatamente de haberlo dicho. Pero no porque no quiera, irse a dormir pronto, yo, la primera. Me arrepiento porque tengo que preparar mucho mas.

Finalmente cedo, por un día que unos críos solo lean el temario no pasa nada. Se lo compensaré.

Sonrio y le beso en la mejilla.

Subimos las escaleras hasta su habitación. Se mete en el baño y cierra la puerta. Paso un rato mirando por la ventana que da a un bosque lleno de pinos muy altos. Pero... Luego me aburro y me dedico a inspeccionar el lugar en busca de no se que.

-Coje la camisa que quieras.-Dice desde el marco de la puerta del baño.

Le sonrío y se vuelve a meter en el baño. Me dirijo al cajón donde me ha indicado y lo abro. La primera impresión es de no saber por donde empezar a inspeccionar. Tiene muchísimas camisetas de fútbol, todas con su número y nombre. De todos los colores de las equipaciones. Aunque esto ya lo he dicho, sigue sin gustarme el fútbol pero decido coger una blanca con el escudo. Me queda grande. Me cambio la mía y la dejo sobre una silla.

Sale del baño con una toalla en la cintura. Entro yo y me desmaquillo en poco rato. Nunca he sido de las que se ponen muchisimo maquillaje. Pero aun asi, no consigo quitarme el rimel. El pintalabios rojo que llevo usando desde que mis padres de dejan sale a la primera pero el rimel caro que se vende como resistente al agua pero facil de quitar es malisimo. Cuando vuelvo a la habitación, ya está tumbado en la cama y me indica que me ponga a su lado.

Como creo que ya os he comentado en otra ocasión, soy muy calurosa por lo que casi nunca me tapo.

Le uso de almohada. Le doy un beso en el cuello y me agarra la cintura con la mano.

-¿Me puedes explicar por que eres tan adorable?-Le pregunto.

-Porque si. Nadie me gana en belleza.

-No te eches rosas. Todos sabemos que aquí hay una persona mucho mejor.

Se ríe sarcasticamente. Frunzo un poco el ceño cuando me mira con esa mirada que tiene cuando no se cree lo que alguien dice.

-Oh, no me mires así. Hasta mañana.

-Venga Thalía. No te enfades.

-Ahora mismo estoy como Lucas. Me he quedado sin novio.

Hace pucheros de niño pequeño. Le miro directamente a los ojos. Cuando la vida interpone algo así en tu vida, a ver quien se para a rechazarlo. Le sonrió y hace como que deja de estar triste. Me besa en la frente y me acaricia la espalda.

Sonrío y cierro los ojos. Noto como me observa durante unos segundos y después se duerme.

Despierto cuando la luz empieza a darme de frente. Cuando abro los ojos, Isco no está junto a mi. Pero si en la habitación. Poniéndose la camiseta de la equitación para irse a entrenar. Es pronto todavía. No mas de las ocho.

Me levanto yo también para recoger y no llegar tarde a mi trabajo. Un vez que me he puesto los pantalones y recogido mis papeles del trabajo, bajo las escaleras.

Isco me retiene durante un largo rato hasta que me convence de que desayune allí.

-¿Puedes quedar esta tarde?-Me pregunta.

-No creo. Me pasaré por casa de Nacho a hacerle compañía a Maria... No... Es broma... Le haré compañía a él.

Salgo con el portátil en las manos y me dirijo a la parada del autobus.

Calculando el tiempo del viaje al completo, me dará tiempo a preparar parte de las clases.

La primera clase empieza como el día anterior, con los niños desperdigados por la clase sin querer prestar atención.

Claro, yo todavía estaba medio dormida. Hasta que les coloqué en su sitio y empezamos con la clase, hubo un tiempo entre medias.

Y... Por fin llegó la hora del recreo. Ese sagrado tiempo entre unas clases en las que los niños salen a jugar y tu te puedes terminar de despertar.

Se me acerca el profesor de historia que es mas o menos de mi misma edad. Por lo que se, está casado y tiene una hija de dos años.

-Oye Thalía, bonita camiseta, veo que te gusta Isco de jugador.

Me sonrojo mucho. Con las prisas se me había olvidado cambiarme. Justo en ese momento, Isco decide aparecer en escena mandandome un mensaje en el que pone, "Al llegar a casa, he encontrado tu camiseta tirada por el suelo."

El profesor ve el mensaje y se ríe. No se de que. Puede que se ría del mesaje o puede que se ría por la coincidencia.

-¿Es tu novio el fan de Isco?-Dice él sin dejar de reírse.

-No.-Me mira sin entender.-Mi novio es Isco Alarcon.

Bebo un trago de mi café sin el que ahora mismo no sería persona y me alejo de allí sin añadir nada más.

Como Un Hermano Mayor||Nacho FernandezOnde histórias criam vida. Descubra agora