35. Desaparición

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-¿Algo mas que añadir señora Sálamo?-Le pregunta la juez a Sara.

-Si. Está mangoneando a mi novio y seguro que le ha echo algo.

-¿Algo que alegar a su defensa la acusada?

-Si señoría. ¿Me permite mostrarle un audio?

-Vale... Acerquesé.

Me levanto del lado de Isco con mi teléfono en mano.

Le pongo a la jueza el vídeo grabado antes de la abogada y Sara. Ella escucha atentamente y luego piensa un momento.

-Bien. Declaro a la acusada inocente.

Me levanto y sonrio.

Sara se indigna y sale de la sala seguida por su abogada.

Sin pedirlo y preeverlo, Isco se pone enfrente mía y me besa.

-Vamos. Salgamos de aquí.

A la salida del juzgado, me fijo en un hombre que va de negro. Me mira un momento y me dirije una mirada de odio. Lleva a una niña en brazos. Cuando deja de mirarme, veo a la niña de frente. ¡Es Noa! El chico echa a correr.

-Isco, ¡tiene a Noa!

-Eso es imposible.-Dice él.

-Me recuerda a mi ex.

Sin esperar a que Isco reaccione, echo a correr detrás del chico lo mas rápido que puedo. En algún momento, mis tacones se salen de mis pies y acabo corriendo descalza.

Les sigo hasta un callejón. Están acorralados. Hay una puerta roja a un lado pero está cerrada con un candado oxidado y unas cadenas impiden que se pueda abrir.

-¡Deja a mi hija!

-¡No Thalía!

-Quien eres y por que sabes mi nombre.

El hombre sale de las sombras y le veo el rostro.

-Adam...

Mi voz empieza a quebrarse. La última persona a la que esperaba.

-Jamás debiste de haberme dejado.

Saca una pistola de la parte de atrás de la chaqueta. Apunta con ella a Noa.

Empiezo a llorar.

-No lo hagas. Es una pobre niña. No ha echo nada. Haz lo que quieras conmigo pero no la hagas daño. Se que eres una buena persona. Dejala.

-No. Se acabó. Estoy harto de vivir en las sombras. Nunca te quise perder. Cuando volví a saber de ti, tenias una hija. Esto nunca tuvo que haber pasado. Voy a hacer que todo vuelva a empezar.

Antes de que pueda hacer algo, un fuerte dolor en el hombro me nubla la vista y caigo al suelo.

Narra Isco:

Thalía sale corriendo detrás del hombre con la niña.

-No vayas. Noa está con Marco.-Le grito. Pero no me oye. Ya está demasiado lejos.

-A veces esta chica se imagina unas cosas...-Digo yo en voz alta.

Una llamada me aleja de mis pensamientos.

-Hola Marco.

-Isco...-Dice. Empieza a llorar.

-Tranquilo. Solo dímelo.

-Vale. Estábamos Emma y yo en la cocina preparándole la cena a Noa. La peque estaba viendo la televisión. Oímos como unos cristales se rompían en el salón y cuando llegamos... Dios... Lo siento tanto Isco...

-¿Que pasa Marco? ¿Noa está bien?

-¡Se la han llevado Isco! No estaba. Vimos a alguien vestido de negro salir corriendo pero no pude alcanzarle.

Rompe a llorar aun más.

-Vale. Ven a los juzgados ahora mismo. Tengo un mal presentimiento. Thalía ha visto a un hombre vestido de negro hace un momento. Llevaba a una niña pequeña en brazos. Ha dicho que era Noa y ha salido corriendo detrás de él.

Marco cuelga. Estoy muy pr ocupado por ellas. ¿Y si Thalia tenia razón y la niña era Noa? ¿Y si están en peligro?

Llamo a la policia antes de darme cuenta de lo que hago.

-¿Policía de Madrid digame?

-Buenos días señor. Quería denunciar la desaparición de una niña de un año.

-Vale. Digame donde desapareció y como se llama.

-Yo soy Isco Alarcón. Jugador del Real Madrid. Ha desaparecido mi hija de un año hace escasos minutos en La Finca, Pozuelo. Me ha avisado un amigo hace un momento. Estaban en la cocina cuando oyeron como unos cristales se rompían y la niña desapareció. Vieron a un hombre correr con ella en brazos.

-Vale señor Alarcón. Digame el nombre completo de la niña.

-Noa Alarcón

-¿Y el segundo apellido?

-Eh... No lo se.

-¿No sabe cual es el apellido de su mujer?

-No es mi mujer. Todavía no lo es.

-Vale. Haremos todo lo que podamos para encontrarla. Le avisaremos de cualquier cosa.

-Gracias, hasta luego.

Cuelgo. ¿En que momento fui una buena pareja si no se su apellido?

Marco llega en su coche con Emma.

-Tío, lo siento muchísimo. Ha sido mi culpa. No debí de haberla dejado sola.

-Tranquilo. Por favor. Quedaros aquí. Voy a por Thalía.

Salgo corriendo en la dirección por donde se fue ella. Encuentro sus tacones tirados en la acera junto a una esquina que da a una calle paralela. Al seguirla, desemboco en un callejón sin salida. El móvil de Thalía está en el suelo. Ella nunca iría a ningún sitio sin él. Lo enciendo y veo la foto que me hizo con Noa el día que iba a volver a Galicia. Estoy yo dormido con Noa en brazos. Me acuerdo de ese día.

Avanzo un poco por el callejón. Piso un charco. No llueve desde hace ya tiempo. No tiene sentido que haya un charco. Lo inspeccionó un poco. Por que me tiene que pasar esto a mi. Yo soy futbolista, no detective. No es agua. Eso está claro. Es otra cosa. Densa y oscura. Me aparto inmediatamente al descifrarlo.

-¡Thalia!-Grito.

Me derrumbo y caigo al suelo de rodillas. Esto no puede estar pasando. No puede haberme dejado. No otra vez. Ya creí haberla perdido una vez. No permitiré que suceda otra vez.

Marco llega coriendo con Emma y un policía.

-Bro. ¿De quien es esa sangre?

-No lo se. Pero este es el móvil de Thalía.

-Señor, dejenos esto a los profesionales.

-Han desaparecido mi novia y mi hija. ¿Cree que voy a dejar la investigación en vuestras manos sabiendo que la mayoría de las desapariciones acaban en muertes? Si lo cree esta muy equivocado.

-Esta bien. Vayase a casa y mañana empezaremos con la investigación.

Marco se acerca y me abraza.

-Bro, vete a casa. Descansa y si hay noticias, te avisamos.

Como Un Hermano Mayor||Nacho FernandezWhere stories live. Discover now