Capítulo 14

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Algo no va bien, lo presiente. Está sola en el motel, Peter se está encargando de su parte del plan. Luke hace horas que se marchó a comisaría, a poner al corriente al capitán. Alex se encuentra cada dos minutos mirando el móvil de prepago para verificar que no tiene ninguna llamada. Está nerviosa, le sudan las manos y le tiemblan las piernas. Un escalofrío le recorre la espalda al sentirse observada, pero ignora esa sensación. Sabe que lo último que necesita es emparanoiarse. Lleva más de tres cuartos de hora recorriendo la pequeña habitación sin parar, a este paso podría terminar una maratón perfectamente. Intenta respirar con normalidad, trata de tranquilizarse, pero el mal presentimiento sigue a flor de piel. Comprueba por enésima vez que no hay nadie fuera de la estancia, y se autoconvence que solo son imaginaciones suyas. Se aleja de la puerta y se dirige hacia la mesita redonda, donde descansa el portátil de Justin. Le acaricia con los dedos, como si le estuviera tocando a él. Un sentimiento de nostalgia la inunda por completo, y la desolación cae sobre ella como un peso muerto. Sacude la cabeza, ahora no puede pensar en eso, debe estar atenta por si Peter la llama y centrarse en el plan. Oye un ruido en el baño, un golpe sordo. Rápidamente se encamina a comprobar que no es nada, pero cuando regresa al dormitorio de nuevo, se encuentra con una sombra que antes no estaba ahí. La figura va acercándose lentamente, dejándose contemplar. El rostro sonriente de Frank Burke es lo último que ve antes de que un golpe en la cabeza la deje inconsciente.

CUATRO HORAS ANTES

-Bien, esto es lo que haremos -anuncia la inspectora después de haber trazado un plan con Peter y su compañero-. Luke, tú irás a comisaría a explicárselo todo al capitán, cuéntale lo mismo que te he dicho yo, pero no hagáis nada todavía, ¿de acuerdo? -el aludido asiente con la cabeza. Luego se dirige al mayor de los hermanos-. ¿Estás seguro de que tu confidente es de fiar?

-Lo es -responde convencido-. Cuando llegue el momento, hará lo que le pidamos.

-Bien, eso espero. ¿Tienes clara tu parte? -pregunta al mismo.

-Sí. Hacer una copia de las pruebas, llevar las originales a comisaría y las demás a todos los medios de comunicación que conozca. Pero tengo que ser rápido porque el capitán tiene que entregarle la documentación a su amigo del FBI para poder planificar una operación de rescate -repite como un loro las palabras que la joven le ha estado diciendo durante la última hora.

-Exacto -sonríe ante la mueca de aburrimiento de su viejo amigo-. Yo me quedaré aquí para coordinarlo todo -esa parte no le agrada demasiado, no le gusta perderse la acción, pero sabe que alguien debe organizarlo-. Cuando hayas hablado con el capitán me avisas -señala a Luke mientras habla-, y cuando hayas entregado los paquetes espero confirmación también. Si por un casual algo sale mal, le dirás a tu amigo de la prensa que publique lo que le has dado y, si eso tampoco funcionara, yo me encargaré de difundirlo por internet. En menos de cinco minutos todo el mundo sabrá las actividades indecorosas de Burke.

El plan es sencillo, lo único que pretenden es airear los trapos sucios del criminal. Pero quieren hacerlo por vía legal, para que las agencias federales les ayuden a detenerle. Gracias a Peter, tienen una lista completa y actualizada de todos y cada uno de los miembros de la banda, por lo que es imposible que, una vez desmantelada la organización, puedan seguir con sus acciones ilegales. Además, con toda la información que recabaron los hermanos, de ninguna manera los federales podrán negarse a contribuir en una detención de ese calibre.

Así que, con todas las ideas claras, Luke parte hacia la comisaría para cumplir su papel. También se ha comprado un móvil de prepago, por lo que no corre riesgo de ser descubierto. Manda un mensaje a los chicos que le esperan en el motel diciendo que el capitán ya está enterado de todo y está realizando las llamadas pertinentes para poner en marcha a quien haga falta. Ahora es el turno de Peter, quien se dirige donde su confidente para entregarle la información y decirle que, si recibe un mensaje suyo, que lo haga público. Así que la chica está sola, esperando la confirmación del último. El teléfono suena.

The caseWhere stories live. Discover now