Capítulo 23

36 8 3
                                    

El recién llegado se presenta como Anthony Harris, detective privado contratado por Justin. Cuando se deshace del abrigo, la chica puede observar que es más alto de lo que había creído en un principio. Su atuendo completamente negro le da un aspecto más aterrador. No tiene ni la más remota idea de qué hace en su casa, pero no tardará en averiguarlo.

-¿Por qué requeriría él de tus servicios? -le pregunta cuando le trae el vaso de agua que previamente le ha ofrecido.

-Quería vigilar a alguien -su voz ronca le produce escalofríos, sin lugar a dudas, este es el tipo más intimidante que ha conocido nunca-, necesitaba que indagara en el pasado de una persona, saber sus trapos sucios. Quería conocer absolutamente todos sus movimientos.

-¿A quién espiaba? -inquiere sorprendida. La curiosidad la está matando.

-A una compañera de trabajo -aclara tras darle un sorbo a su bebida-. Allison Parker -el nombre la aturde durante un instante-. Al parecer, no era quien decía ser. Era un alias, su verdadera identidad es Kalli Pearson.

Todo eso no le es nuevo, lo que todavía no sabe es por qué tenía la necesidad de investigarla. Según le cuenta el detective, le había oído hablar con alguien que la había llamado Kalli y cuando le preguntó sobre el tema, se puso a la defensiva, aumentando sus sospechas. Todo eso ocurrió poco después de que volviera de Holanda, más o menos al mismo tiempo que comenzó a investigar a Burke. Al parecer, Justin estaba hecho todo un inspector. Oye a su teléfono sonar, indicándole que está recibiendo una llamada. "Luke" aparece escrito en la pantalla. Le ignora, ya le responderá más tarde, cuando su visitante se haya ido.

-¿Qué llegó a descubrir de ella?

-Prácticamente todo, que estaba siendo investigada por matar a su ex pareja, que había huido de Holanda cuando empezaron a sospechar de ella y que tenía un historial psicológico bastante interesante -su actitud estirada pone nerviosa a la agente, que no ve el momento de que se vaya-. Mi cliente también sospechaba que estuviese siendo vigilado por ella, pero eso jamás pude llegar a confirmárselo, aunque supongo que no iba demasiado desencaminado.

-¿Por qué no me dijo nada? Soy policía, ¿por qué no me pidió ayuda? -habla más para sí misma que para el hombre.

-No lo sé, señorita -contesta de todas maneras-, pero no creo que eso importe ya -ese comentario era totalmente innecesario-. Sin embargo, no estoy aquí por eso.

La intriga vuelve a hacerse presente en la joven, que observa como el hombre saca un sobre de uno de sus bolsillos.

-Tres días antes de su muerte -comienza a narrar-, el señor Brown me llamó. Parecía bastante alterado –"Esa debe ser la llamada extraña que mencionó Elsa"-, no obstante, no me dijo el motivo de su agitación. Me dio unas instrucciones muy claras. Ordenó que siguiera con mi trabajo, pero que, además, me encargara de echarle un vistazo a usted -aquello sorprende a la aludida-. Quería protegerla. Me indicó que, si le pasaba algo malo, esperara a que encerraran al culpable y le entregara esto en persona.

Le tiende el sobre y la chica lo coge con manos temblorosas. El detective no tiene nada más que decir, por lo que se levanta, le agradece por el vaso de agua, y se esfuma de su apartamento. Mira lo que tiene entre los dedos. "Para Alex" está escrito en el centro, así que lo abre, muriendo por saber de qué se trata.

Después de leer la carta que le escribió Justin antes de morir, y tras bastante tiempo de lágrimas descontroladas, llama a Luke, quien no tarda demasiado en contestar.

-Ha confesado -le informa con una sonrisa, esperando que su amiga se alegre.

-¿En serio? -pregunta sorprendida. Teniendo en cuenta que es la misma persona que le mandó la fotografía de Justin y ella besándose para torturarla, le asombra que haya confesado tan fácilmente. Debe ser más narcisista de lo que pensaba.

The caseWhere stories live. Discover now