Cap.62. Vi almas de constrigor.

10 1 0
                                    

Agarro con fuerza la mano de Sam, evitando que se suelte y que esto no funcione. Si mi yo de hace seis años, me viera ahora, se asustaría por lo que estoy haciendo. Soy un vampiro, practicando hechizaría, y muchas cosas más. Pero me siento bien, sabiendo que esta si soy yo.

Siento que Sam no hace más fuerza, ceso la fuerza de mi agarre, para no lastimarla. Terminamos él hechizo y mis ojos vuelve a su estado normal. Veo que Arlet me mira y luego a Sam. Emily se desmayó, aprieto los labios, cuando noto a Victoria llorando a mi lado. Me suelto, para poder abrazarla.

—Me duele el pecho — susurra Victoria con demasiado dolor.

—Es normal — comenta Arlet.— Ella es tu mate, por lo tanto sientes lo mismo que ella en ocasiones.— se queda callada mirando a Sam en el piso.— Vamos, Sam, despierta.

—¿Para que necesitabas a Emily?— pregunto.

—Al ser literalmente "la misma persona" sus almas se conjugan, recordándole que no puede perder su humanidad, recordando cosas... convenciéndola que no puede ser un constrigor — explica muy seria.— Por eso se desmayó.

—¿Y si esto no funciona? — inquiere Vick, con voz nerviosa, asustada.

—Perdemos a ambas — responde soltando un suspiro.— Espero que no sea así... es fuerte.



(...)



Han pasado más de dos horas, y ninguna de las dos reacciona. Esto me está desesperando más que cuando Emily no llegaba.

—Necesito un poco de sangre... tengo ansiedad — hablo jugando con mi cabello.

—Yo también — murmura Victoria.

—En mi nevera hay muchas bolsas... pueden sacar las que quieran — dice Nakail.

Me levanto, buscando la cocina. Hasta que la encuentro, saco de la nevera un par de bolsas, para todos y para cuando se despierten las gemelas. Creo que si les damos a oler sangre despertaran. Camino de nuevo hacia ellos, con una bolsa entre mis colmillos, succionando el líquido rojo.

—¿Por qué traes ese montón? — cuestiona con una pizca de gracia la chica de cabello blanco.

—Tengo una idea — le digo pasándole una bolsa a Nakail y a Victoria. Para así sentarme al lado de Arlet.— Si les damos a oler un poco de sangre, yo creo que despertarán.

—Ok — agarra una bolsa con líquido rojo, para pasársela a Emily y yo a Sam.

Hacemos eso una y otra vez, esperando a que funcione. Pero al parecer no. Dejo de intentar al ver que no funciona. Una respiración de ahogo por parte de Sam me asusta, ella se sienta demasiado rápido, con la respiración agitada. Nos mira a todos como si fuésemos desconocidos o bicho raros.

—¡Sam! — exclama Victoria, sentándose al otro lado, abrazándola.

Detallo cada rasgo de confusión en el rostro de Sam. Frunzo el ceño al ver algo distinto. Tomo su rostro entre mis manos para que me mire. Sus ojos tienen ese maldito color fosforescente. Aprieto los labios dejando de detallarla.

—¿Por qué sus ojos tienen ese color aun? — le pregunto a Arlet, alejándonos un poco de todos.— No, la pregunta es; ¡¿por qué no nos ataca, teniendo ese puto color de ojos?!

—Durará días así — informa Arlet calmada.—Va ha estar ida, como en otro mundo. recordará poco, muy poco. Y le entrarán ganas de matar a un vampiro o humano, así que tengan mucho cuidado.

—¿Segura que estará bien? — asiente con la cabeza. Suelto un suspiro pesado.—Gracias.

—No fue nada — caminamos de nuevo, al lugar donde todos se encuentran.— Yo despertaré a Emily — anuncia.— Llévate a Victoria y cuéntale — me pide.

¿Qué pasaría si...?Where stories live. Discover now