Por favor, no me olvides || Kookmin

Capítulo 1

"Hay cosas de las cuales sólo pocos pueden ver".

—¡Bienvenido!, ¿Cómo te fue? —dijo el pelinegro con voz alta desde la cocina unos segundos después de escuchar como la puerta principal del departamento se cerraba anunciando por fin la llegada de su dulce novio.

—Bien, la cafetería es bonita y no esta tan lejos como creí, tampoco hay rumores sobre mi...—le contestó Taehyung una vez entró a la cocina con una enorme sonrisa mordiéndose los labios un poco ansioso—.. ni de ti.

Mientras, Yoongi sonrió para sus adentros, la voz de Taehyung a pesar de ser grave se escuchaba tan animada y enérgica. Le alegraba saber que después de todo existen lugares donde pueden tratarlos bien y como personas normales, no como a un par de enfermos mentales.

«O tal vez era porque no todos están enterados de su mala reputación» -negó con su cabeza tratando de alejar los malos pensamientos.

—Me alegra escuchar eso.

—Y a ti hyung, ¿cómo te fue?

—Bien, lo mismo de siempre—Yoongi revolvió con la cuchara de madera el ramen dentro de la cacerola antes de apagar la estufa. Suspiró, tenía que hablar con él, pero también estaba seguro de que no le gustaría—. ¿Sabes?, el dueño del edificio habló conmigo hoy.

—¿Sí?—la sonrisa anterior titubeó un poco. Recientemente ellos dos habían tenido problemas con el dueño del edificio y sus vecinos y, cuando se referían a problemas no querrían decir ese tipo de problemas que hace un par de adolescentes revoltosos, si no del tipo de problemas que tienes cuando tus vecinos son de mente cerrada y no aceptan a los demás a su alrededor. A veces no podía entender como las personas podían tener tanto odio dentro de ellas para desquitarse con las demás o como eran lo suficientemente paranoicas para alejarse de él con la excusa de no querer contagiarse al punto de no quererlo en el mismo edificio—¿Sucedió algo malo?

El mayor también hizo una mueca sabiendo que una vez le contara, el menor se echaría la culpa justo como en las ocasiones anteriores.

—No, claro que no—se dignó a voltearse para encontrarse con una mueca que claramente él no quería ver, una llena de preocupación y angustia, sobretodo culpa. Rascó su nuca incómodo porque sabía que si no le decía el resultado sólo sería peor —. Volvieron a quejarse de...

—¡¿Taehyung?! —fuertes golpeteos se escuchaban en la puerta principal del departamento—, ¡abre la puerta por favor! — se escuchó una voz dulce gritar seguido de un sollozo lo suficientemente fuerte para que se escuchara hasta la cocina, interrumpiendo por completo la conversación de ese par.

—Ese es... —pareció pensar un poco antes de continuar— ¿Jimin? —preguntó el pelinegro frunciendo el ceño confundido.

—Eso parece—se encogió de hombros el más joven—. Iré a ver que quiere.

—No—lo detuvo tomándolo de la muñeca antes de que pudiera salir de la cocina—. Mejor sírvete de comer—indico haciendo una seña con su cabeza—, y yo le abro, debes de estar hambriento Taehyungie.

Y antes de recibir una respuesta por parte del castaño se había dirigido con paso apresurado a la puerta principal. Lo golpeteos y gritos no se habían detenido en ningún momento. Casi se podía sentir que cada paso que daba a la puerta él también sentía la ansiedad y angustia de la persona del otro lado, con sólo escuchar la voz sabías que estaba lo suficientemente rota u herida para pedir ayuda donde nunca lo haría.