Capitulo 15: Un idiota que te trae loca.

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Ryan.

Mientras esperaba a que Madisson saliera del baño de mujeres, yo estaba sentado en una banca admirando a unos niños jugando.

Me encantaría de ser padre, de criar a mis hijos, tener una familia es uno de mis mas grandes sueños. Por ahora quiero ver como rayos haré para terminar mi carrera, y también abrirme un poco de camino en el mundo de mi deporte favorito. Ser boxeador profesional.

-Vamos? -La voz de Madi interrumpió mis pensamientos.

Me levanté sin decir nada y la seguí hasta una tienda.

Pasamos horas y horas dentro de muchas tiendas, había comprado mucha ropa. De verdad que las chicas son adictas a comprar y comprar. Sin embargo la entiendo, no tiene nada de ropa gracias a Keila.

-Tengo mucha hambre y estoy muy cansada, ¿comeremos aquí o vamos a tu casa a comer?

-Como quieras Madi, yo solo te estoy acompañando, lo que tu quieras esta bien para mi, nena.

-Bien, vamos a comer a Mac Donald's.

(...)

Ya habíamos ordenado y estábamos comiendo, yo no podía parar de mirarla, era hermosa, realmente hermosa.

-¿Esta sangrando mi pómulo nuevamente que te me quedas viendo así? -Dijo alarmada.

-No -reí levemente- Es solo... Nada, olvídalo.

-¿Que pasa Ryan?

-Que eres hermosa, que solo estaba mirando tu hermosura y haciendome la maldita idea de que ya eres mía.

-Ryan, eres un idiota. -Dijo, sonrió dulcemente y bajo la mirada avergonzada.

-Un idiota que te trae loca.

-Cierra la boca.

-Lo siento nena, soy irresistible, lo sé. -Reí.

Me encanta cuando se incómoda con mis comentarios presumidos.

-Vete a la mierda Black. -Rió a carcajadas.

Yo la acompañe a reírse y luego seguimos hablando de muchas cosas, por ejemplo del calentamiento global, sirenas, dragones, zombies, asesinatos y demás cosas. Las conversaciones que no abarcan un solo tema, son las mejores y más interesantes. Más si son con ella.

Al terminar de comer, cancele la cuenta y nos fuimos. Ella se fué en mi auto con sus cosas y yo en su moto hasta la mansión Hoffman.

Al llegar, bajamos todas sus cosas y subimos a su habitación. Rogándole a Dios no encontrarme con la irritante y loca hermanastra de Madisson, Keila.

-Y bien... ¿Que quieres hacer? -Pregunta Madisson terminando de guardar sus cosas.

-No lo se, ¿vemos una película? -Dije recostandome en su cama.

-Iré por ella, tu ve a buscar lo que comeremos en la cocina. -Dijo saliendo de su habitación y unos minutos después baje yo.

Mientras esperaba que las palomitas estuvieran tome un vaso de agua y observaba através de la ventana.

-No sabía que venías. -Entró a la cocina Mía, la hermana de Madisson.

-Acompañe a tu hermana a comprar algo de ropa y luego la traje a casa. -Dije dejando el vaso en la barra integral.

-Entiendo -se acercó mas a mi y en su mirada se veía el mismo deseo que sentía hacía mí antes- ¿Como van las cosas con ella?

-Perfectamente niña -me puse al otro lado de la barra, alejándome lo mas de ella- ¿Acaso ella no te ha contado? -Pregunté tratando de parecer normal.

¿Por que hace esto si sabe que yo estoy con su hermana?.

Muchas veces hasta tu propia sangre te traiciona.

-Bien, te dejo guapo, te veo luego. -Me guiñó un ojo y salió de la cocina.

Suspire aliviado y empecé a preparar todo lo que comeríamos en una bandeja. Y subí.

Así se nos pasaron las horas, entre películas de comedia, risas, palomitas, etc. Fue un momento maravilloso junto a mi chica.

Eran las 2:40 de la madrugada y ya debía irme.

-Nena -susurre en su oído. Ella solo se removió un poco.

Nos sabía como despertarla y avisarle que ya me iba.

-Cariño -la removí fuerte y esta poco a poco abrió sus ojos- Debo irme.

-Noo, no te vayas, quedate a dormir conmigo Ryan, ¿si? -Dijo asiendo carita de niña mimada.

Diablos, resiste Ryan, debes ir a tu casa y ver que todo esta bien.

-Lo siento nena, mañana te veré, hoy ya no puedo, tengo algunos compromisos. -Besé su frente y me levanté de su cama.

-Te acompaño. -Se levantó de su cama y me acompañó hasta mi auto.

-Te amo cariño. -Dije besándola suavemente y luego subí al auto.

-Me avisas cuando llegas, aunque probablemente no lea el mensaje hasta en la mañana. Te amo Ryan. -Dijo sonriendo y luego arranque mi auto.

(...)

Llegué a casa y la policía estaba en ella.

¿Que demonios paso aqui?

Mi corazón empezó a latir muy fuerte, baje rápidamente de mi auto y corrí a mi casa. Al rededor de la entrada estaba una cinta amarilla impidiéndole el paso.

-Disculpe joven, no puede pasar. -Una oficial de la policía se interpuso enfrente de mi.

-Yo vivo aquí. -Dije sin más y en un movimiento muy ágil logré entrar a mi casa.

-¡MAMÁ! -Grité entrando.

-¿Ryan? -Habló ella con su voz entrecortada desde las escaleras.

Corrí y la abracé, lo que mas temía era qué le haya pasado algo a mi madre.

-¿Estas bien? ¿Que pasó aquí mamá?

Sus ojos acuamarimos e hinchados de llorar me miraron pidiendo ¿perdón?

-Estoy bien... Solo...-suspiro y sus lágrimas empezaron a brotar por sus mejillas- Tuve que hacerlo y lo siento, soy una asesina. -Dijo y la abraze.

Ella no podría decirme nada acerca de lo que estaba pasando así que busque a algún oficial que me explicará todo.

Mientras caminaba hasta la cocina rastros de sangre, vidrios quebrados, un total desorden había en todo el recorrido hasta la cocina.

-Disculpe oficial, yo soy el hijo de la señora Black, ¿podría explicarme qué paso?

-Jóven, su madre mató en defensa propia a su marido, lo siento ¿era su padre?

-No... -Dije en shock y luego corrí hacía mi madre.

Ese mal nacido iba a hacerle daño a mi madre.

Abracé a mi madre como nunca lo había echo, pude ver en su mirada como crecía su culpa, todo el peso cayó en su conciencia y ella no podía soportarlo más.

Por que no estuve aquí para ser yo quién estuviera sintiendo lo que ella esta sientiendo ahora mismo.

¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora