3.🐇

3.8K 490 267
                                    

— Ahora entiendo porque te regresan si no eres un híbrido. — cruzó de brazos. — En fin es hora de dormir.

El pequeño conejo daba brincos por toda la cama del mayor. Mientras él se ponía unos pantalones dejando su torso descubierto después de una ducha.

De sus cajones sacó una gran camiseta donde el conejo pudiera hacer lo que quisiera libremente.

— Duérmete, o déjame dormir no lo sé — fue lo último que dijo antes de apagar la luz e irse a la cama. Había sido un largo día, mañana probablemente Jackson se burle porque adoptó un conejo pensando que era un híbrido.

A mitad de la noche se escuchó como algo de cristal se había caído y roto, JaeBeom se levantó de inmediato al presenciar aquel sonido, tomó el bate que dejaba en una esquina de su habitación por "seguridad".

Bajó las escaleras sin hacer ningún tipo de sonido para sorprender a quien esté en su casa probablemente hurtando. Eso le pasa por no contratar seguridad.

La luz de la cocina estaba prendida, podía asumir que de ahí venía el sonido que escuchó. Se acercó hasta aquí, se armó de valor para patear la puerta y entrar bruscamente.

— ¿¡Quién anda ahí?!.

Tuvo como respuesta un gritó agudo.

— ¡Si serás un hijo de puta! ¡casi me atragantó con el cereal!.  — gritó molesto.

JaeBeom reaccionó después de unos segundos, era él, era el híbrido, se quedó embobado por unos segundos viéndolo, era algo muy hermoso, sus facciones tan finas y delicadas, su piel de un tono lechoso, su cabello negro, tenía un cuerpo delgado, llevaba únicamente puesto la camisa que JaeBeom le había dado antes de irse a dormir, mostrando sus delgadas piernas, aquella orejas que se veían muy adorables en él.

— ¿Que me ves? ¿Nunca haz visto un maldito híbrido? — preguntó de mala gana.

— Así que tú eres Mark — sonrió.

Se limitó a asentir — Perdón lo de tu plato — señaló aquellos pedazos de vidrio roto. — pero no mames lo dejaste arriba de un montón de platos, en mi defensa es tu culpa, yo solo quería sacar la leche.

— ¿Y qué haces a esta hora aquí? — cruzó de brazos.

— Tenía hambre — mostró aquella taza de cereal con leche. — Este cereal está asqueroso, me gusta de chocolate así que espero que lo vayas comprando.

— Se supone que debes ser... ¿adorable? — se daba cuenta que su híbrido no estaba siendo nada adorable.

— Es lo que hay y te aguantas, a menos de que vayas como niña a devolverme como lo hacen todos los demás. — terminó por tomar lo que restaba de leche, levantándose de la barra para dejar el tazón en el fregadero.

Dios mío, el coreano no dejaba de mirar a su híbrido y lo tan apetecible que se veía llevando puesta su camisa, había un bulto en su trasero que podía asumir que era su rabito de conejo.

— ¡Deja de mirarme! no seas cerdo — le gritó mientras golpeaba su pecho.

— ¡Yo no te estaba mirando! — sostuvo sus muñecas, se sorprendió de lo delgadas que eran.

— Ni creas que te dejaré tener sexo conmigo, así que vete deshaciendo de esa idea. — se soltó de su agarre.

— No estoy tan enfermo como piensas, no te traje para eso, solo quiero un poco de compañía. Así que me marcho a dormir, puedes dormir donde quieras allá arriba hay tres habitaciones más disponibles, no sin antes limpiar lo que rompiste — volvió a señalar el plato roto.

Rebel Hybrid🐇 MarkBeom/Bmark Onde histórias criam vida. Descubra agora