12. Stinger Apini.

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Las noticias de los asaltos a las mansiones de varias familias nobles llegaron a la tripulación del Quester apenas tres días después de haber abandonado la seguridad que les suponía la profundidad del mar de Gliese. Interceptaban señales de La Legión continuamente antes de la llegada de la oficial Leumadair y ahora, con ella a bordo, podían hacer lo mismo con muchas de las transmisiones de Aegis.

Se habían puesto en marcha mucho antes de lo que hubiera querido. Demasiado pronto, demasiadas probabilidades de que La Legión aún los estuviera buscando, pero la constante espera estaba desquiciando a los splicers, diseñados para mantenerse en movimiento constante en el fragor de las batallas. La presencia de la splicer delfín también contribuía a aumentar el nerviosismo de sus subordinados. La única que parecía capaz de mantener una conversación normal con ella era Bliss; a Caine hacía días que se le había colmado su escasa paciencia y continuaba en su puesto de escolta sin decir una palabra y con una expresión permanente de cabreo. Stinger comenzaba a plantearse que quizás hubiera juzgado mal su capacidad.

El oficial al mando dio orden de reunirse en el puente a los integrantes de su pequeño grupo rebelde.

Enzo, el splice jabalí que pilotaba, y Drei, el splice cocodrilo que hacía la función de copiloto ya estaban allí, a pesar de que permanecieran quietos, ocultos en una nube de fragmentos rocosos de cobre y otros elementos que impedían que las naves cercanas localizaran su señal. Wizz, el splice carcayú, apareció el siguiente acompañado de Cleo, venían hablando del inventario de explosivos y otras municiones que acababan de revisar. Q, Sage, Ónix y Nero, el splice rinoceronte, aparecieron poco después.

Los últimos en presentarse fueron Caine, Dalain y Bliss; esta última los excusó diciendo que estaban llevando a cabo unas modificaciones en el equipo de comunicación gracias a la excelsa formación de la oficial de Aegis. Stinger les puso al corriente de la situación.

Los splicers habían acabado por tomar la guerra por los cuernos y las reacciones de los splices de todas partes habían sido diversas. Los que trabajaban en casas nobles o se habían revelado y asesinado a sus amos o los defendían a ultranza, y ya no era un secreto que parte de las filas tanto de Aegis como de La Legión se habían aliado con sus creadores. Vio como sus subordinados endurecían el gesto y alguno incluso soltó una maldición dirigida a los que ahora considerarían traidores.

Tenían que aprovechar la confusión reinante en Aegis para que Dalain pudiera introducirse y extraer la información con la mayor discreción posible. La splicer delfín asintió con la cabeza ante la mención de su nombre.

— Nuestro objetivo es Kapteyn, donde hasta el comienzo de los disturbios se alojaba una escuadrilla responsable de las comunicaciones entre Orous y esa parte del imperio.

— ¿Un centro de comunicaciones? Aegis nunca dejaría sin guarecer un punto tan importante.

— La información es clara al respecto. Encontraremos poca o ninguna resistencia, aunque la prioridad sigue siendo realizar la intrusión sin despertar sospechas ni entablar combate. — Afirmó Stinger, tratando de suavizar la actitud de la splicer. — Sólo un pequeño contingente entrará en el punto caliente, el resto esperará órdenes en el caso de que el asunto se descontrolara.

— ¿Tenemos acceso a los nombres de los activos que es posible que sigan allí? ¿Tendrán información sobre mi estatus actual? Parece evidente que sí, dada su localización. No hay posibilidades de hacer lo que me pide sin que otros miembros de Aegis resulten incapacitados en el mejor de los casos.

— No le prometí nada al respecto. Hará lo que se le ordene.

—... — Los ojos de la delfín se iluminaron con rabia al entender que no tenía nada que decir en aquel asunto.

— Desembarcaremos connormalidad con sus protocolos de aterrizaje. Caine la escoltará al centro,donde dirán y harán lo que sea necesario para acceder a la información; sóloutilizarán fuerza letal si es inevitable. Si algo saliera mal, Q, Sage, Ónix yNero pueden estar allí en cuestión de segundos.

Las Guerras Splicer. Parte I. (El Destino de Júpiter)Where stories live. Discover now