Capitulo 5: La Verdad

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Esa noche el chico soñó con sus padres, al despertar decidió contarle la verdad a su amiga y confesarselo todo –Zelda ¿Te gustaría ir a dar un paseo a caballo conmigo? –le preguntó –claro, me encantaría –respondió ella.

Más tarde ambos paseaban tranquilamente por la llanura –hay algo que quería contarte –comenzó él –la razón por la que decidí quedarme en está época y sacrificar esos siete años es porque me enteré de ciertas cosas –la chica lo miraba con curiosidad y preguntó –¿De qué te enteraste? –el chico respiró profundamente antes de responder –de que en realidad yo no era un Kokiri como siempre pensé sino un Hyliano igual que tú, que mi madre murió protegiéndome y hace un par de días me ocurrió algo muy extraño –dijo y le contó lo sucedido en el Templo de la Tristeza, lo de sus padres y la carta –me gustaría leerla –dijo ella mirando a su amigo, Link detuvo a Epona y rebuscó en sus bolsillos hasta encontrar la carta, se la entregó a Zelda quién la tomó y la leyó, cuando levantó la vista para mirar a su amigo, las lágrimas corrían por sus mejillas –recuerdas cuando fuiste a verme y te dije que había pasado una mala noche –la chica asintió mientras se secaba las lágrimas –pues fue porque estuve llorando toda la noche –se sintió avergonzado al admitirlo, ella lo miró y le dijo –mi madre siempre decía que las personas más valientes eran aquellas que no temían demostrar sus verdaderos sentimientos por miedo a lo que los demás piensen de ellas, así que me alegra que confíaras en mi lo suficiente como para decirme todo esto –comentó Zelda –aún falta más historia por contarte, si lo deseas –dijo él –me encantaría –respondió ella –pero primero –hizo una pausa y miró al chico –una carrera hasta el lago –su amigo le sonrió –de acuerdo –aceptó –pero te advierto que Epona es más veloz de lo que parece –dijo mientras le daba unas palmadas a la yegua, se pusieron en posición –tres –dijo Zelda –dos –dijo Link –uno –dijeron a la vez, se levantó una nube de tierra, ambos caballos eran rápidos pero Epona pronto dejó atrás al caballo blanco, de pronto el chico recordó que había dos cercas antes de llegar al lago, por suerte la yegua también las recordaba y fue capaz de saltarlas sin perder velocidad pero el caballo de la chica tuvo que bajar un poco la velocidad para poder saltarlas, así que Link y Epona llegaron primero, Zelda y su caballo llegaron unos segundos después, los cuatro se sentaron a la orilla del lago –te advertí que Epona era rápida –le dijo él a su amiga mientras acariciaba a la yegua –sinceramente pensé que exagerabas –respondió ella –al parecer mi caballo ya no es tan joven como antes –acaricio al animal el cual resoplo con fuerza –me gustaría escuchar el resto de tu historia –pidió la princesa –mmm... ¿En dónde nos quedamos? –se preguntó el chico –ah, ya recordé, resulta que ayer mientras caminaba por el castillo me topé con un cuadro muy peculiar, en él aparecíamos mis padres y yo y debajo de éste había una placa con sus nombres, ahora ya sabía sus nombres, así que busqué información sobre ellos –¿Y encontraste algo? –preguntó la chica –sí, mi padre fue caballero de Hyrule, murió durante la Guerra Civil, mi madre herida huyo conmigo al bosque en donde le suplico al Gran Árbol Deku que por favor cuidara de mí, el Árbol Deku sintió que mi destino afectaría a Hyrule así que decidió adoptarme y criarme como un Kokiri, pero siempre me trataron diferente –ella lo miró confundida –¿A que te refieres, Link? –preguntó sin comprender –verás, cuando yo era niño y vivía en el Bosque Kokiri algunos de ellos se burlaban de mí por no tener un hada –una vez más su amiga lucia confundida –pero ¿y Navi? –interrumpió ella –apareció cuando yo tenía diez años, antes de eso siempre se burlaban de mi llamándome monstruo... –la voz de Link se quebró, bajo la mirada y se secó las lágrimas –lo siento –se disculpó mirando a Zelda –pero aún duele recordarlo –Epona apoyo su cabeza en el hombro del chico –gracias amiga –le dijo mientras la acariciaba –sólo había una persona que siempre estaba conmigo, mi mejor amiga –la chica lo miró y dijo –te refieres a Saria ¿verdad? –él asintió –ella era la única que siempre estaba a mi lado, aún que eso molestaba bastante a Mido –dijo entre risas –¿Mido? –preguntó la princesa –Mido era el que más se burlaba de mí por no tener un hada, pero ahora entiendo porque me odiaba tanto, yo no era realmente un Kokiri.

Link, El Héroe del TiempoWhere stories live. Discover now