Qué recuerdos

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Marinette iba mejor con su embarazo, al menos ya podía levantarse, aunque, al ser gemelos, si bien apenas tenía 5 meses su vientre se veía muy grande, por lo demás los niños se encontraban bien. Serían varones. A lo cual habían decidido llamarlos Louis y Hugo.

En lo que respectaba a nosotros, queríamos hacer un viaje a Perú que, cuando recién empezábamos nuestra relación, nos prometimos hacer alguna vez.

(#NotaDeAutora eso está en el capítulo más actual del spin-off)

Estábamos viendo que hacer con Emillie y nuestro trabajo, pues la niña aún no podía viajar. Le comenté la situacion a mis padres y a una amiga que tengo y de ambas opciones la única que me dio respuesta fue Kylie.

- Yo te la cuido Nath. Solo espero esta vez a Gabriel no se le olvide algo.

- No creo nena, dejamos todo preparado por situaciones que lleguen a presentarse. Te la llevo al final de la semana con las indicaciones pertinentes.

- Claro que sí amiga. Me traes algo de Perú va.

- Va.

Colgué y me fui veloz como una centella, al despacho de mi esposo.

- Amor, Kylie acepto cuidar a Emillie.

- Fantástico, entonces déjame hacer la reserva.

- No. Yo la hago. Tú eres un desastre. No recuerdas la vez que me fui sola a Perú. Enloqueciste.

- No enloqueci. Simplemente yo no sé hacer esas cosas. Está bien cielo, tú haz la reservación. Yo me encargo de mandar a hacer el equipaje.

Se fue, dejándome en el despacho para hacer las reservaciones. Hotel, el sobrevuelo de las líneas, avión, hasta había conseguido varios paquetes para pareja en el hotel y en las líneas de Nazca.

Cuando salí del despacho, ya estaba todo listo. Ya nada más era llegar al aeropuerto y coger el avión. Si y buena organizando cosas.

El viaje que haríamos a Perú me trajo recuerdos muy bellos, como el día que Gabriel me dijo que quizás algún día llegaría a ser su esposa, y yo, me asusté.
Quien lo hubiera dicho...

Estaba en el jardín jugando con mi hija cuando él salió a nuestro encuentro.

- ¿Como están mis hermosas chicas?

- Muy bien amor, aquí estoy enseñándole a Emillie a bailar. Creo que tiene el toque pero será su decisión.

- Tienes razón cielo, bueno, ¿Ya hiciste las reservaciones?.

- Todo listo. Por fin conocerás las líneas que te decía.

--Y qué mejor que sea contigo, Nathalie.

Sonreí mirando al maravilloso hombre que tenía como mi esposo. Era increíble la forma en que han pasado los años, las vueltas que ha dado nuestra historia, los sobresaltos, y ahí estábamos, con una familia en ascenso, esperando a nuestros nietos, y enamorados como nunca. Y lo que es mejor, para siempre.

En esas estábamos cuando llegó Adrien con cientos de cosas para bebé en color azul, rojo, etc, estaba más que feliz por sus dos hermosos niños, que aún estaba en discusión si serian rubios o azabaches. Lo único que sabíamos es que, también, Marinette, pese a sus antojos abrumadores, estaba conservando bien su peso, los únicos días en que no respetaba su alimentación, era, si acaso, cuando la llevábamos a comer con nosotros o cuando le cocinaba algo especial. Adoraba a esa chica como si fuera algo demasiado cercano a mí, a la par era mi mejor amiga. Ellos insistían en que dejará a Emillie con ellos pero, dado que Marinette siempre estaba cansada decidimos no molestarles.

Mientras preparaba la cena de esa noche, mi esposo fue a verme a la cocina.

- Para que preparas tanta comida amor?

- Invite a Tom y Sabine a cenar.

- ¿Ya están en París?

- Ya. Al parecer China no les gustó tanto. Y quieren ver a su hija.

- Es más posible que sea eso, China es hermoso.

- Pero está muy contaminado y Sabine es muy delicada de salud. Es mejor que estén aquí.

Me beso y continuamos cocinando. Todo era cada día mejor, aunque hoy me abordaron todos los recuerdos juntos, y qué recuerdos.

La muñeca de Gabriel (Finalizada De Momento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora