prefacio

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000; prefacio.

diez años antes . . .

LA NIÑA DE APENAS CIEN AÑOS paseaba por la habitación con algo de nerviosismo, su madre se enteraría lo que Loki y Thor habían hecho y la castigaría durante mil años

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LA NIÑA DE APENAS CIEN AÑOS paseaba por la habitación con algo de nerviosismo, su madre se enteraría lo que Loki y Thor habían hecho y la castigaría durante mil años.

—Oh, vamos Loki... de todas las personas en los nueve mundos decides ir hasta Asgard y comerte tres Asgardianos —se quejó mirando al dragón verde.

Los dos dragones miraron brevemente a la peliblanca antes de seguir jugando entre ellos. Bufó ofuscada por la situación.

» ¡Y tú Thor! Siguiéndole el juego a tu hermano.

Thor volvió a mirar y lanzó una llama que llegó directamente al rostro de la niña, la apagó sin sentir una pizca de dolor.

— ¡Eir Helasdóttir! —gritó su madre entrando al castillo.

La princesa tenía dos opciones: tomar a los dos dragones y salir volando hasta alguno de los nueve mundos o tal vez Midgard; y la otra era... era suicidarse. La segunda no le gustaba para nada y la primera era tentadora, aun así no podía cumplirla, los dragones no soportarían su peso.

—Madre —dijo la muchacha cuando la mujer entró azotando la puerta, molesta.

—Tus estúpidos dragones me meterán en problemas en cualquier momento —recriminó —. ¡Tres estúpidos Asgardianos! Ahora el estúpido de mí pa-... de Odín —corrigió —, querrá hablar conmigo sobre esto. No necesitamos una guerra.

—Madre, te prometo que esto será la última vez que Thor y Loki harán algo malo —la niña se acercó a la mujer y la abrazó por la cintura. Hela suspiró cansada y acarició el blanco cabello de su hija.

—Ultima vez Persephone, la próxima vez que vea a esos estúpidos dragones por Helheim yo misma les arrancaré la cabeza.

Thor y Loki levantaron la cabeza como si supieran lo que Hela había dicho.

»Aun no entiendo porque los llamaste así —espetó con molestia la mujer. Se alejó de su hija para acercarse a los dragones.

—Thor y Loki son los príncipes de Asgard... —comenzó la niña despacio. No quería que su madre se enfadara aún más si supiera su deseo —. Y ya sabes... nunca he ido a Asgard.

—Y nunca irás —respondió la mujer con una sonrisa.

—P-Pero.

— ¿Pero? ¿Dijiste pero?

—No, no, no —negó la niña con rapidez —. Dije «por supuesto»

Hela rodó los ojos y comenzó a caminar hacía la salida, golpeó con la mano la cabeza de su hija.

—Espero que sepas que lo hago por tu bien. Asgard no es nada interesante, tú eres princesa heredera de Helheim... tú deber es estar aquí. Tú tendrás que liderar el Ragnarok.

—Sí madre.

—Y nada de fantasear con los débiles Midgardianos. Son igual de estúpidos que los Asgardianos —gritó cuando su hija estuvo fuera de su vista.

Eir rodó los ojos. Su madre podía ser molesta a veces.

—Bien, haremos esto bien —la peliblanca se sentó delante de Thor y Loki. Ambos la miraron concentrados —. Ustedes son mi única salida de Helheim, necesito mantenerlos vivos como mínimo seis años más... ¿es mucho pedir?

Loki, el dragón verde, dejó escapar un bufido. Por otra parte Thor sólo miro a la niña que se hacía llamar su dueña.

Persephone amaba esos dragones con su vida, Loki era un dragón verde que a pesar de ser menor que Thor ya alcanzaba su tamaño, solía ser algo enojón pero si de algo Eir estaba segura era que Loki a pesar de todo siempre la protegería. Thor por su parte era un dragón rojo, lanzaba llamas de gran alcance, le gustaba dejarse querer y su entretención favorita era proteger a Loki.

Ambos eran tan contrarios, eran como Niflheim y Muspelheim, Asgard y Hel, Álfheim y Svartálfaheim. Pero aun a pesar de que Loki se alejaba de su hermano, Thor lo seguía buscando. Era por eso que Persephone había decidido llamarlos como los hijos de Odín, había oído historias y cantos sobre los príncipes de Asgard, como Loki constantemente rechazaba a Thor y aun así Thor lo seguía. Desde que había nacido había oído todas esas historias, y mientras más crecía, más ansiaba conocer a los príncipes.

Obviamente sin olvidar su obsesión por conocer a las personas que habitaban en Midgard, había oído misteriosas historias de hombres que poblaban tierras que no eran de nadie, mujeres engendrando hijos sólo para complacer a los hombres, como las mujeres eran tratadas como pocas cosas. Quería conocer Midgard para decirles a todas esas mujeres que ellas eran las fuertes, que gracias a ellas los hombres habían poblado esas tierras.

Pero no podía –todavía-, su madre se lo había prohibido durante todos esos años: «Cuando yo muera, tú serás la encargada de Helheim. Tú eres la princesa heredera, comienza a pensar como una»

No quería ser una princesa, quería ser una doncella guerrera como muchas Valquirias. Quería luchar en las batallas como todos, pero no podía hacerlo.

Loki voló hasta el hombro de la muchacha, humo salía de sus fosas nasales.

— ¿Puedes evitar matar más personas de aquí a seis años? —la peliblanca miró a los dragones intercaladamente —. Los necesito para poder llegar a Asgard. Quiero conocer a los verdaderos Thor y Loki, quiero que Heimdall abra las puertas del Bifröst para poder llegar a Midgard.

Thor rugió y Loki losiguió, Eir sonrió satisfecha.     

Sólo seis años más. 

Sacrifice » Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora