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ASGARD.
EL PALACIO DE VALASKJÁLF SE VEÍA DESDE TODOS lados en Asgard. Sobre él volaban Loki y Thor lanzando rugidos y fuego que sólo llegaba para dañarse entre ellos.
—Le presentaré a mi padre y mi madre, Lady Eir —dijo Thor cuando entramos al palacio.
—Sólo Eir, nada de lady —negué. Loki sonrió.
— ¿Desde cuando tienes a tus dragones? Nunca había visto especies tan hermosas.
—Mi madre me los regaló sólo cuando era una niña, sus cascarones se rompieron cuando yo apenas era una cría de ocho años. En Helheim tampoco son muy conocidos, cuando sus cascarones se rompieron y comenzaron a salir del palacio para pasear la gente se aterrorizó. Aun cuando el perro de mi madre, Garm, custodiaba las puertas de nuestro hogar.
Thor paró de caminar.
—Padre, madre —dijo Thor abriendo las puertas que daban al trono de Odín —. Tenemos visitas...
— ¿De qué hablas hijo? —preguntó el hombre mayor. Loki me miró e invitó a pasar.
—Yo... eh, no estoy segura de esto —murmuré.
—Eir, siempre tendrás la posibilidad de agarrar a tus dragones y salir volando de Asgard. Si lo haces, llévame contigo —murmuró contra mi oído.
Thor carraspeó antes de decir bastante fuerte.
—Eir Helasdóttir. Hija de Hela, diosa de la muerte. Princesa de Helheim, Partum Ignis, Quern Capta Est Draco.
Entré junto a Loki. Las copas que llevaban Frigga y Odín en sus manos se cayeron haciendo que un estruendo hiciera eco en la habitación.
—Veo que se sorprendieron... —murmuró Loki.
— ¿Helasdóttir? —preguntó Frigga acercándose —. ¿Cómo es que Hela dejó salir a su hija para visitar Asgard?
—Eh... yo no llamaría precisamente... —dije pero me vi interrumpida.
— ¡Es mi invitada madre! —exclamó Loki —. Hace un tiempo conocí a nuestra bella invitada, su sueño siempre fue conocer Asgard. Hasta sus esplendidos dragones llevan el nombre de mi hermano y mío... ¿no es eso un honor?
Frigga llegó a nuestro lado. Acarició mi largo cabello y me miró como si se tratara de otra persona, con algo de cariño y... ¿compasión? ¿Culpa? No sabía realmente.
—Claro que lo es hijo —concordó Frigga.
— ¿Dónde la conociste? —preguntó Odín levantándose.
Thor miró a Loki y luego me miró a mí.
— ¿Acaso importa eso ahora padre? ¡Demos un banquete por nuestra invitada! —exclamó Thor riendo —. No todos los días tenemos de invitada a una princesa, sobre todo la heredera de Helheim. ¡Sin olvidar a sus dragones!
