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Cualquier persona que viera a JiMin diría que la metamorfosis del linaje era cierta, que al presentarse como lobo alfa u omega había cambiado bastante.

Habiendo pasado tan solo una semana desde que el omega de JiMin salió a luz él era un mundo nuevo. Jimin había cambiado de forma drástica, tal vez por los años de atraso que tuvo su presentación, o tal vez el no saber tener el total control sobre su cuerpo. 

Y bien, no se podía esperar más. Jimin tenía veintitrés años esperando a que su lobo diera signos de vida, veintitrés años donde fue capaz de dominar por completo todos sus sentidos. Claro, en ese entonces no había omega que contradijera sus acción o actuará por él, ahora todo era mucho más conflictivo para él. 

Jimin ahora era mucho más delicado que antes, sus acciones tenían un poco de estética y sus movimientos eran más finos que antes, era mucho más amable con sus Hyung a pesar de que siempre se había tomado la confianza suficiente para no serlo totalmente.

No hablamos solo de actitudes, JiMin estaba teniendo pequeños cambios en su cuerpo. Su cintura se empezaba a acomodar al gusto de su omega, sus caderas se ensanchaban al tamaño perfecto para tener bebés. 

Se mostraba mucho más sumiso a sus compañeros, vestía de otra forma y a veces hasta hablaba de otra forma más aniñada y tímida. Sin saberlo, por supuesto él no estaba controlándose todo el tiempo.

Su vida cambió de un momento a otro. De una forma ruda e inesperada, el mundo, y él, no estaba preparado para ver a un Park JiMin omega.

El chico que antes insultaba a alfas, betas y omegas por igual ahora le tenía respeto a los alfas, su omega lo obligaba, y no solo a los de la casa. Pero claramente sabía cual era su lugar, nadie podía pasar por sobre él y nadie tampoco estaría debajo de él, su pirámide social era más bien una línea delgada que marcaba a alfas, omega y betas por igual. JiMin lo sabía desde siempre y así sería por siempre.

Ahora tenía una muy bonita relación amistosa SeokJin para salir de compras y había estado aprendiendo un poco de cocina, y no solo eso si no que recientemente los chicos lo habían visto pedir consejos para vestirse a TaeHyung. Incluso si eso antes hacía ahora se veía mucho más llamativas cada acción que haga con los omega de la casa.

Sus rasgos ya delicados se hacían más delicados, y su delgado cuerpo... Pues siguen igual de delgado pero mucho más curvilíneo y bonito para los alfas.

YoonGi movía su pie cada que el omega daba una vuelta al sofá. 

—Esto apesta Hyung, ¿siquiera entiendes de lo que habló? –Fruncía su entrecejo olfateando el aire —, ya no aguanto tu estúpido olor Min. –Dijo sentándose en su regazo sin ningún tipo de aviso previo —. Es asqueroso –Enterró su pequeña nariz en el cuello de el azabache, mientras este lo sostenía por su, ahora más, estrecha cintura—, iugh –Por alguna razón, inexplicable para el omega, el olor que YoonGi desprendía lo relajaba todos, sus sentidos se debilitaban por completo y hasta cierto punto volvió sumiso ante él, y eso inquietaba mucho al menor, él no era para nada sumiso. O eso creía.

Por otro lado YoonGi disfrutaba cuando el menor ya desesperado se acercaba a él y enterraba su cara en su cuello olfateando su aroma a limón y café. Mientras él disfrutaba del suave olor a naranjas dulces, como la suave y pálida piel se erizaba bajo su tacto, disfrutaba también como aquellos redondos y suaves glúteos se volvían gelatinosos ante el agarre de sus manos.

—quien fuese boxer para apretar esas nalgas, bebé –Susurró yoongi, dando con su palma en uno de los cachetes de JiMin con fuerza suficiente para dejarlo rojo.

CORREGIDO: O8/ OCTUBRE/ 2O2O

Sweet Puppy • 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Where stories live. Discover now