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Tal y como me temía, no he pegado ojo en toda la noche, pese a que perdí el número de tazas de tila que me tomé.

Así que la falta de sueño me está pasando factura, porque apenas puedo con el pijama y mis ojos parecen los de un búho.

Me levanto de la cama y arrastro los pies fuera de la habitación. Me dirijo a la cocina americana y cuando abro la nevera para coger la leche, suena el teléfono.

Me acerco a la mesa donde tengo el móvil, lo cojo, intrigado por la hora, miro el número que aparece reflejado en la pantalla, pero no lo conozco.

—¿Dígame?

—¿Kim taehyung ?

—pregunta la voz de un hombre al otro lado.

—Sí, soy yo —respondo.

—Soy Joseph Brown

  —se presenta

—. Le llamo de la tienda de ropa Clothes Brown para ver si puede venir al local para hacerle una entrevista de trabajo como dependiente.

—¿Una entrevista?

—digo, abriendo los ojos de par en par, sin podérmelo creer.

—Sí. ¿Podría pasarse esta tarde a las seis y media?

—Sí, por supuesto que sí

—respondo en un tono animado.
En silencio, formo un puño con la mano que tengo libre y lo alzo en un gesto de triunfo.

—Si es tan amable, apunte la dirección donde tiene que presentarse.
Rápidamente me hago con un papel y un bolígrafo.

—Dígame, por favor.

— Avenue insa dong, número 7

—me indica—. ¿Sabe dónde está?

Hago memoria durante unos instantes.

—Sí, no se preocupe.

—Perfecto, entonces hasta esta tarde, joven kim.

—Hasta esta tarde

—me despido.

Cuando corto la llamada, no puedo evitar hacer un gesto de triunfo también con el otro puño.

¡Una entrevista de trabajo! ¡Por fin! Dios ha escuchado mis plegarias. Dios, o alguno de la decena de santos a los que se lo he pedido un día tras otro.

De pronto no sé qué hacer. Se me han descolocado todas las ideas que tenía en la cabeza.

De momento, voy a darme una ducha refrescante y a vestirme.

La perspectiva de conseguir un trabajo es de las mejores cosas que me han pasado últimamente, por no decir la mejor.

—Tranquilízate, Tae

—me ordeno a mí mismo

—. Es solo la entrevista de trabajo.

Sin embargo, no puedo calmarme. Estoy alterado; comido por los nervios. Tengo que conseguir ese puesto como sea. ¡Como sea! Es mi tabla de salvación.

Con el móvil todavía en la mano, envío un  mensaje de kakao a Jin

—Buenísimos días.

¡¡¡Esta tarde tengo una entrevista de trabajo!!! Me acaban de llamar.

Un minuto después llega la respuesta de jin.

—¡¡¡Genial!!! ¡¡¡Genial!!! ¡¡¡Genial!!!

La Proposición del señor Jeon  (Kookv) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora