Prólogo - Mudanza

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Nací en Miami florida. Mi nombre es Samantha Carter, pero me dicen Sam. Desde que tengo trece años he sufrido de ansiedad, cosa que nunca le he dicho ni me atrevo a contarle a mi madre, ahora tengo dieciocho y aún tengo estos síntomas. A travez de mi ansiedad en una escuela nueva conocí a dos de mis mejores amigas que son muy íntimas ahora mismo, ellas lograron que yo me sintiera cómoda con ellas, Viviana pero le decimos Vivi, y Erika, las amo, son mi vida.

Mis padres se divorciaron apenas cuando tenía diez, o sea que ese fue un golpe que encendió más mi ansiedad, mi madre ha conocido y casado con un hombre que todavía me cuesta aceptarlo, quién tiene un hijo, la cosa es que este hombre es uno con mucho dinero, entonces a su hijo el consentido no le hace falta irse a vivir a otro lado. Dentro de unos meses nos iremos a vivir con ellos, que miedo, que vergüenza, que ansiedad tener que vivir con un chico desconocido en la misma casa, mi hermanastro... es una sensación horrible y temo que algún día me de un ataque de pánico como me suele dar al conocer o ver personas nuevas... mi mente piensa lo peor en estas situaciones.

— ¿Es necesario irnos a su casa? — Dije mientras arreglaba mi cama y mi madre se quedaba en la entrada de mi cuarto.

— Si, amor.

— Ellos podrían venir a vivir con nosotras. — en realidad no quería irme de esta casa, tenía muchos recuerdos aquí... con papá.

— Sé que amas esta casa, pero tenemos que avanzar.

— ¿Es obligatorio? — la miré con sequedad.

— A menos que quieras quedarte sola aquí. — Dijo con media sonrisa. — En fin, ven a comer, ya está lista la comida.

Terminé de dar los últimos toques a la cama y me senté en mi escritorio a hablarle como siempre a mi libreta. Cada vez que tengo sensaciones o pensamientos que no puedo decir a nadie los escribo.

«Tengo ganas y a la vez no, de ir a esa casa, ¿que tal si les caigo mal?, ¿Si mi ansiedad es notable para ellos?, ¿si su hijo me detesta?.... o lo peor.. ¿Si me gusta mi hermanastro? Ya que he leído tantas novelas dónde siempre se enamoran... y esta vez me puede pasar, y puede ser real, no, no, no, eso no va a pasar Sam, deja de decir estupideces, y si pasa igualmente será imposible, es mi hermanastro y por lo que me ha contado mi madre creo que tiene novia, mucho mejor, o peor aún ¿A su novia le caeré pésimo? No lo se, son muchas preguntas... »

Me detuve de escribir porque mi madre volvió a llamarme desesperadamente, cerré la libreta y la escondí. Después de comer quedé con Erika y Vivi para hablar un poco. Mientras miraba lo que se movía por el mundo en las noticias suena el timbre, me levanté perezosa aún sabiendo que eran ellas dos. Nos saludamos con un besó en la mejilla y pasamos a mi habitación, vi a Erika jugando con sus nudillos, nerviosa.

— Suéltalo ya, Erika — Dije sin remedio.

— Sé quién es tu hermanastro.— Lo dijo rápido, como si estuviera conteniendo el aire y lo había soltado ansiosa, al final de lo dicho se hizo silencio muy rápido.

— ¿Qué? — dijo Vivi, burlona y a la vez sorprendida. Yo solo pensaba en como diablos lo hizo, ni siquiera sé su nombre, y ya ella lo sabe.

— A ver, explica. — se me adelantó Vivi en lo que iba a decir.

— Yo lo sigo en Instagram desde hace unos meses...

— ¿Ajá? — comenté para que siguiera hablando.

— Es reconocido en esa red... se llama James. — «lindo nombre», pensé.

— ¿Cuánta gente le sigue?

— Tres millones. — Dijo con cara de preocupación, pero no por ella, más por mi. Diablos.

— ¿No estas de broma?. ¡Amiga tu hermano es famoso! —Mencionó Vivi muy emocionada para mi gusto.

— Hermanastro. — remarque sin ninguna expresión.

— Da igual, es famoso.

— Y lindo. — dijo Erika al terminar Vivi de hablar.¿Lindo? ¿Lindo como, ah si, que lindo? o ¿lindo de, woow, ese chico es lindo?

— ¿Tienes una foto de él?. — pregunté con intriga. Quería ver a qué me enfrentaría en esa casa.

— ¿Una foto?, tengo miles, sin exagerar. Lo tengo de fondo de pantalla. — al parecer a ella le gusta demasiado ese chico. Encendió su móvil y casi que enseguida sus ojos penetraron los míos con intensidad, me quedé embobada viéndolo.

— Sam, es muy lindo.

— No es para tanto. — dije disimulando lo nerviosa que estaba. Ahora que sé como es, es mucho más difícil evitarlo.

— Te conocemos, estas nerviosa.

— Un poco... — solté en un suspiro.

— Tranquila linda, si te molesta sólo llámanos y iremos enseguida a patearle su perfecto trasero. — se miraron y me dieron una sonrisa de ánimo.

— Lo sé, gracias. — dije dándoles una sonrisa muy sincera.

— Estamos aquí para ti, siempre.

— Están ciegas o locas, ¿no ves lo que tienes enfrente, Sam?, es muy guapo, ¿no me digas que no te gustó? — Agregó Erika muy animada y alterada.

— No, es mi hermanastro, Erika.

— Los hermanstros se enamoran. — dijo ella de nuevo.

— Eso no ayuda — dijo Vivi entre dientes a Erika.

Erika es esa chica extrovertida, alegre, saltando de un lado a otro, nunca está quieta, tampoco para de hablar, se enamora de lo que sea que se mueva, a ella fue un poco más largo el proceso de entrar en confianza por su gran personalidad, pero Viviana es más relaja, a lo sencillo, un tanto tímida a lo hora de conocer chicos, es muy sociable, ama tomarse fotos, la música y su estilo de vestir lo admiro bastante.

— Si, ya, perdón. Tú tranquila, tiene novia, que también es conocida, pero gracias a él. Se llama Alexa.

— Mi madre me había comentado algo sobre que anda con alguien.

— Es una zorra esa chica. No la conozco en persona y espero no hacerlo nunca, por mala suerte tú sí. Es una chica con muy mal genio... se que no estoy ayudando, pero al menos te informo.

— Lo sé, y gracias, así sabré a que me atengo.

— ¿Cuándo te vas?

— Dentro de dos semanas. — Suspire. Estaba ansiosa y a la vez no, es un cambio grande para mi.

— Te vamos a extrañar. — dijo Erika apretando sus labios.

— Y yo a ustedes, pero nos veremos entre semanas, lo prometo.

— Es que vas a irte a vivir al culo de la ciudad, donde están los adinerados. — dijo con una expresión de fastidio.

— Pero eso no me va a cambiar, si es lo que quieres dejar dicho. — les dediqué una pequeña sonrisa.

— Lo sabemos. Te queremos.

— Y yo a ustedes, gracias —Después de esta charla bajamos a ver unas películas o series que solemos ver juntas cada vez que están en mi casa o al revés.

Mi Primer Amor, Mi Hermanastro. Where stories live. Discover now