Capítulo 8 -final-

2.1K 251 47
                                    

La sonrisa de Eri desapareció en cuanto sus ojos se pusieron sobre Kashima. Caminó hasta la guardería y, luego de tomar a Kotaro, decidió irse.

Después de que ella se fue, a Kashima le costó trabajo no ser frío con Kamitani. La idea de que fuera al otro, y no a él, a quien Eri Fukuhana sonreía, le hacía querer desaparecer a todos los otros en el mundo.

Ahora sabía el porqué de su malestar y, aunque era algo realmente simple, eso desencadenaba un montón de cosas complicadas.

Ryuuichi se preguntó si amar estaba bien para él. Tal vez no tenía el tiempo, su hermano era su prioridad. Igual que para esa chica que incluso le daba tiempo para sí mismo ahora.

Imposible no enamorarse de alguien que quería a su hermano casi tanto como lo quería él. Para Eri, Kotaro era tan importante como lo era para él. Podía verlo cuando ella lo anteponía a todo, a veces incluso a sí misma. Para Eri Kotaro lo merecía todo, y todo le daba.

Kashima sonrió pensando que ella en serio era algo que ellos necesitaban. Había dicho que no, pero el inexplicable amor había llegado a su vida sin pedirle permiso o parecer. 

¿Lo aceptaría? 

¡Por supuesto que lo haría! Podía esperar esta y otras mil vidas y no encontraría a otra chica que llegara con el título de familia integrado.

La noche llegó y, en lugar de que Saikawa fuera por Kotaro al departamento de Eri, fue Kashima quien se presentó ante ella.

—Pensé que ibas a mantenerte al margen —reclamó la chica sin atreverse a mirar a ese que le dolía.

—Eso quería hacer —dijo Kashima provocando una dolorosa opresión en el pecho de la chica—, pero ya no lo soporto.

Eri miró sorprendida al chico, esas palabras que podrían significar cualquier cosa le estaban llenando el alma de una alentadora sensación.

»No puedes ser solo la familia de Kotaro —dijo él—, somos un paquete. No puedes elegir a uno sin tener al otro.

—Fuiste tú quien dijo que no podía ser tu familia.

—Dije que no podías ser familia de ambos, pero te aferraste a él. No debiste hacerme a un lado. Además, pelearte con tu familia no los elimina de tu vida. Una familia es familia aún si están peleados entre ellos.

—¿Qué tonterías estás diciendo? —preguntó Eri en medio de una sonrisa.

—Digo que si quieres ser la hermana de Kotaro está bien, porque en serio quiero que seas la hermana de mi hermano.

—¿Quieres que sea tu hermana, también?

—No. Quiero que seas su hermana porque eres la novia de su hermano.

Eri no pudo evitar sonreir.

»Yo estoy bien siendo el papá si tú serás la mamá. Pero no de Kotaro, él es y será para siempre mi hermano.

—¿Piensas que con venir a ofrecerme el mundo voy a olvidar que me lastimaste? —preguntó Eri para el chico que, de pronto, se mostró asustado—. Pues tienes razón —dijo ella—. Ustedes son lo que quiero para siempre conmigo, si puedo ser su hermana oficialmente, estaré encantada de olvidarme del dolor y ser tu feliz novia.

Kashima abrazó a la chica, y la miró con ternura cuando su rostro empapado en lágrimas le regaló la más bella expresión que había visto en toda su vida.

Se miraron con intensidad abrazados en medio de la sala, sus rostros se acercaron con lentitud lo suficiente como para que sus respiraciones lentas se mezclaran entre ellos y, a nada de que sus labios se chocaran, Kotaro apareció para abrazarse a dos que ya se abrazaban.

—Wow —hizo el chico doblado las rodillas para quedar en cuclillas, al nivel de su pequeño hermano que abrazó—. Eso hizo saltar como un loco mi corazón.

Eri sonrió, acarició la cabeza del niño y, agachándose también, besó los labios de ese que antes casi la besó. Sonrió enorme, se sentía tan desbordante de felicidad que no podía ocultar esa sonrisa que le provocaba el alma.

Ryuu se sonrojó y sonrió tan feliz como sonreía la chica. Ahora eran de nuevo familia, una familia que les hacía bien a todos.

*

—No puedo creer que antes, junto a tu hermano y hermana, yo te cuidaba; y ahora seas tú quien cuida de la hija de tu hermano y hermana conmigo. Me estoy haciendo viejo —dijo Usaida al ver como Kotaro, de quince años ahora, era parte del club de niñeras de la Academia Morinomiya.

—Yo creo que, aunque otros doce años pasen, tú no te harías viejo —dijo el chiquillo casi rubio y de ojos tan parecidos a los de Ryuuichi Kashima que, si a alguien le dijeran que son padre e hijo, lo habrían aceptado sin dudar.

—Gracias por eso —dijo el sensei de cabello rosa y apariencia aún despreocupada—, soy el tío favorito, ¿no?

—Al menos, el mío sí —dijo Kotaro y Usaida sonrió.

Le había tocado ver crecer a un puño de niños que quería como su familia, le tocó ver a un puño de adolescentes hacerse adultos y conformar sus propias familias, le había tocado ser el tío favorito y lo adoraba.

»Pero el favorito de Erika chan soy yo —dijo el adolescente tomando entre sus brazos a su pequeña y amada sobrina que cuidaría mientras su hermano y cuñada terminaban su día laboral. Ambos eran maestros de la Academia Morinomiya, escuela que la abuela Morinomiya Youko les había heredado a Saikawa, ahora director, y a ellos. 

Después de que incluso Eri y Saikawa se arreglara, se convirtieron en una linda familia, una hermosa familia que le había regalado los mejores años de su vida a esa anciana que les abrió su casa y sus brazos a un joven, un adolescente y un niño. La adolescente llegó a meterse sin permiso. 

Eri vio de lejos a su ya nada pequeño Kotaro sonriéndole a su muy pequeña Erika, y sonrió plena de felicidad. Cuando ella conoció a ese niño había deseado como nada poder cuidarlo y protegerlo para siempre, y lo había logrado. Estaba orgullosa y complacida, lo estuvo mucho más cuando Ryuuichi Kashima le abrazó por la espalda y sonrió al ver lo que ella veía.

Lo habían hecho bien, habían logrado felizmente su cometido de hacer UNA FAMILIA PARA KOTARO


—FIN—

—FIN—

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.


Y se terminó... Gracias por leer esta hermosa historia, deseo hayan disfrutado leerla tanto como yo disfruté escribiéndola. 

Besos y abrazos para mis hermosuras que llegaron hasta aquí. Los amodoro.

UNA FAMILIA PARA KOTAROUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum