3 - Nuevos enlaces y más sorpresas

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Mientras todo esto pasaba fuera de la sala Mino por fin alcanzó a Yanase cerca de la escalera que le sacaría de ahí.



Mino - cogiendo su mano - espera... - jadeando - no huyas, no le des esa satisfacción.



Yanase - lloroso - tú no lo entiendes…



Mino - serio - ¿eso crees? - soltando un suspiro - tuve que renunciar a mucho por Yamato.



Yanase - mirándole intrigado - ¿a que te refieres?



Mino - sin soltarle - verás... a mi me gustan los hombres - mirándole serio - cuando pasó aquello tuve que renunciar a mi pareja de entonces - suspirando melancólico - para encargarme de él.



Yanase - sorprendido - vaya.. ¿y tú esposa lo sabía?



Mino - sonriendole tristemente - la madre de Yamato, era mi hermana - soltándole triste - ella… - desviando la mirada - ella…



Yanase - cogiendo su mano de nuevo - no hace falta que me cuentes…



Mino levantó su rostro sorprendido abriendo mucho los ojos, asombrado por el gesto que le hizo el muchacho, cuando Yanase los vio se quedó asombrado porque su ojos eran de diferentes colores uno de color negro como la noche y el otro azul como el cielo, embobado y sin darse apenas cuenta Yanase levantó su otra mano acariciando su mejilla con suavidad.



Entonces Mino sonriendo como siempre de nuevo, retiró suavemente el flequillo de los ojos de este para poder verlos también.



Mino - sin dejar de mirarle - déjame ver esos hermosos ojos rojos tuyos.



Yanase - sonrojado - ca-ca-cállate - desviando la mirada - tus ojos también son bonitos.



Mino - acariciando la mejilla de Yanase - yo, los ocultó porque la gente me evitaba por miedo - sonriendo al ver su enorme sonrojo - como a ti supongo - abrazándose de repente - dame una oportunidad.



Yanase - mirándole totalmente sonrojado - no lo se…



Mino - sin dejar de mirarle y aún sin soltarle - conóceme, deja que te mime y bueno... - sonriendo de lado de forma insinuante - ya hablaremos de lo otro.



Yanase se soltó del abrazo balbuceando incoherencias mucho más sonrojado si cabe que antes por la forma en que le dijo eso, volvió a mirar a ese hombre de nuevo más serio y tomo su decisión.



Yanase - aún serio - de acuerdo... conozcámonos... - muy nervioso - pero si me haces daño; te odiare de por vida.



Mino se conformó con eso de momento, ese era el primer paso para iniciar este matrimonio con él, luego ambos jóvenes volvieron a la sala justo para ver con sorpresa como casaban a Kririhima con Yokosawa.



Se sentaron juntos al lado de Yamato y el padre de Mino; Yanase vio a su amor platónico sentado muy cerca de su eterno rival mientras ambos se hacían carantoñas olvidándose del mundo, gruño enfadado un poco ante eso.



Pero de repente notó una mano que apretaba su muslo y le hacia una caricia, cuando miro al dueño de dicha mano se sonrojo al ver esa sonrisa tan sincera que el hombre le dedicaba, desviando la mirada muy nervioso y sonrojado.



El hilo rojo del destinoWhere stories live. Discover now