Prólogo

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Draco sentía que todo a su alrededor daba vueltas, estaba cansado y bañado en sudor, su respiración era errática y fruncía el ceño ante el inmenso dolor que sentía en ese momento. Escuchaba las voces lejanas de los médicos susurrar que debía ser fuerte, pues ya faltaba poco para que todo terminara.

«Terminar...» pensó «Sí, deseo que todo termine» Cerró sus ojos y reuniendo toda la energía que le quedaba hizo un último esfuerzo y fue en ese momento en el que lo escuchó. Sintió algo removerse en su interior, pues para cualquier Omega el momento del parto de su primer hijo era un acontecimiento sumamente emotivo. Pero él no sabía cómo sentirse en ese momento.

—Es un niño —anunció el médico.

Draco se sentía cada vez más cansado. Miró a su alrededor y vio al médico —quien claramente era un Alfa —, entregar el bebé a una enfermera. Él extendió su mano en un gesto silencioso de querer ver a su bebé, pero eso no le fue permitido. En cuestión de segundos su hijo le fue arrebatado.

—No se lo lleven... —susurró. Su ritmo cardíaco comenzó a elevarse y los médicos rápidamente acudieron a atenderlo, finalmente Draco era hijo de Lucius Malfoy y no podía permitirse perderlo durante el parto. Lo último que recordó fue cuando una enfermera le colocó una mascarilla de oxígeno. Pronto todo se volvió oscuridad.

***

Cuando abrió nuevamente los ojos le tomó unos segundos enfocar su mirada. Vio frente a él a su padre. Lucius Malfoy —un Alfa —, de porte elegante y mirada fría observó a su hijo con claro desprecio, para él que Draco se embarazara a los diecisiete años había sido una deshonra para la familia. Pero por supuesto él se encargaría de cubrir esa mancha que ahora portaba su hijo.

—Padre... —lo llamó—. Por favor, déjame ver a mi hijo —le pidió. Draco aún no podía aceptar las decisiones que Lucius había tomado. La risa cruel de Malfoy se dejó escuchar en ese momento.

—¿Hijo? No, Draco. Tú no tienes ningún hijo. —Se acercó a él—. ¿No recuerdas? Hoy nació tu hermano menor. —Le golpeó la cabeza con dos de sus dedos—. Llevas dos días durmiendo, los médicos hicieron lo que les pedí. —Sonrió—. Narcissa ya se encuentra en casa junto a nuestro hijo, que gratamente resultó un Alfa. —Miró con claro disgusto a Draco. Lucius no lograba comprender cómo había nacido Omega si Narcissa al igual que él eran Alfas. Draco sintió su corazón doler, se mordió el labio inferior y con lentitud y pena tomó la manga del saco de su padre.

—Por favor, sólo déjame verlo una sola vez —le rogó bajando su mirada. Sentía sus ojos escocer, su padre no podía quitarle a su hijo de una manera tan cruel. Malfoy quitó la mano de su hijo y luego lo tomó de la muñeca haciendo que Draco se quejara por la fuerza.

—Escúchame bien —le ordenó—. Has deshonrado a tu familia al tener un hijo fuera del matrimonio con un Alfa a quien ni siquiera le importaste como para marcarte como tuyo. —Le recordó. Draco aún usaba su collar de Omega—. Tú no tienes un hijo Draco, tienes un hermano, eso quiero que lo grabes muy bien en tu cabeza —le advirtió—. Te quedaras a vivir en Italia, y no regresaras a casa hasta que yo decida que puedes hacerlo. No pienso soportar que vuelvas a cometer la misma estupidez. ¿Has comprendido? —Draco sintió un nudo en la garganta, ni siquiera sabía cómo era su bebé. Aun así simplemente asintió. No había nada que él pudiera hacer.

—Sí. Haré lo que me ordenes —murmuró. Lucius lo soltó y luego se puso de pie.

—Te enviaremos dinero cada mes como siempre. Si necesitas algo puedes hablar con Severus. —Caminó hacia la salida—. Adiós, Draco —se despidió.

—Adiós... —susurró Draco.

Cuando se encontró completamente solo en el cuarto finalmente pudo dar rienda suelta a su llanto, se sentía el Omega más miserable sobre la tierra. Odiaba haber nacido Omega, odia su maldita condición. Sentía su corazón partirse en mil pedazos al pensar en que no vería a su hijo en muchos años, y lo que más le causaba daño era el pensar en que nunca lo escucharía decirle "papá". Su corazón comenzó a llenarse de odio hacia ese Alfa que había jugado con sus sentimientos y se burló de él. Odiaba a Harry Potter con toda su alma, y jamás podría perdonarle todo el daño que le causó. Ese había sido su mayor error. Darle su amor y confianza a una persona que no lo merecía. 

Cruel destino (Harco/ Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora