Capítulo 1

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Hace diez años que se había dado una guerra entre el reino de Gotham y las grandes Islas de Azarath. Guerra que acabo con la vida de millones.
Ante esto, finalmente los gobernantes de ambos reinos se dieron cuenta de la desgracia de su pueblo, y votaron por la paz.
Ambos reyes se reunieron y tras largas discusiones lograron crear El Tratado de Paz. Sin embargo, este acuerdo sólo podría ser respetado con la unión de los primogénitos de cada uno, así la alianza no se vería afectada.

...

Esperaba en su habitación en el regreso de su padre, aunque fuera una reunión para tratar la paz, no sabían con exactitud si era una trampa o todo era realidad.
Hasta donde él sabía, Azarath era un pueblo peligroso, de ellos se conocía muy poco; además de que se habían dado rumores en los cuales decían que los monjes de Azarath practicaban magia negra.

Tres días después el rey de Gotham llegó, su familia lo recibió como si jamás se hubieran visto.

-Padre- saludaron al unísono sus cuatro hijos. Su esposa, la reina Talia, se acercó a él para abrazarlo.

-Necesito hablar contigo, Richard- no le extrañaba que quisiera hablar con él, tampoco le extrañaba la seriedad en si rostro, así era él. Lo que le extraño fue que lo llamara Richard, el y su familia lo llamaban por su apodo.

-¿Sucede algo, padre?- habló finalmente al entrar al salón.

-Te casarás con la princesa de Azarath- fue directo al grano y sin rodeos; era una de las cosas que lo caracterizaban.

-¿¡Qué!?, pero ni siquiera la conozco- replicó, como cualquiera lo haría.

-La única condición para evitar la guerra entre nuestros reinos y mantener la paz, era la unión de ustedes dos para crear y mantener una alianza- explicó. -Sé que es difícil, puedo comprenderte, pero es por el bien de todos-.

-De acuerdo- sabía que no podría hacer nada para cambiar lo que ya estaba hecho. Él era un príncipe, si, y no cualquiera, sino el hijo primero, el que heredará el trono. Debía cumplir con su deber.

-Gracias por entender, Dick- posó su mano en el hombro de su hijo, a pesar de ser una persona seria, una persona que sufrió desde pequeño, una que parecía fría; aún así tenía un corazón que se preocupaba primero por su familia y su pueblo.

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