Shades Alvarez

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Imagina: Alguien te contrata para matar a Diamondback sin saber que Diamondback mandaría a alguien para defenderse y matarte a ti, aunque las cosas se empiezan a complicar nada más con que ambos compartáis una mirada.

“Something different”

Me habían contratado para matar a Diamondback, y no había mejor lugar para buscar información de su paradero que en Harlem's Paradise. Allí me dediqué a hacer preguntas sutiles sobre él a la gente correcta, consiguiendo información de dónde se encontraba, finalmente todo iba a ser un sencillo trabajo después de todo.

Salí de aquel Night club, iba a dirigirme a mi coche para terminar ya mi trabajo y conseguir mi dinero, aunque inesperadamente sentí una pistola en mi nuca.

— No tan rápido— escuché, llevaba mi pistola en mi pierna, de forma que con el vestido no se veía, aunque entonces sentí una mano subir por mi pierna hasta encontrar la pistola y tirarla al suelo lejos de mi alcance. — Chica lista, pero no lo demasiado.

— ¿Nunca escuchaste hablar de los modales? A una chica no se la puede tocar así porque sí— repliqué girándome un poco para ver quién era mi oponente, y al ver que no dijo nada, decidí girarme por completo para verlo de frente. — Hernán Shades Alvarez...— dije lentamente, a lo que él apretó la pistola contra mi cuello un poco.

— _____ Shine...— dijo él, en el mismo tono.

— No sabía que trabajabas para Diamondback— dije rodando los ojos.

— Yo no sabía que trabajabas para ratas que te darán una miseria— contraatacó.

— Al menos no me hago esclava de nadie— contesté, echándome a un lado y agachándome para coger la pistola velozmente y con rapidez resguardarme tras un muro mientras él me disparaba, pero falló. Rompí un poco de mi vestido para poder luchar con más libertad, aprovechando que este era negro para esconderme en las sombras y esperar a que él apareciera. Entró en el callejón, tratando de ver en la oscuridad, pero entonces salí de mi escondite y le tiré la pistola al suelo, cogiéndole de las muñecas y estrellándole contra una pared, provocando que ambos estuviéramos a una distancia peligrosamente cerca.

— ¿Por qué llevas gafas de sol de noche?— pregunté, pero él entonces cambió las tornas y me dio la vuelta, estando yo ahora contra la pared y el delante de mí, aunque yo seguía cogiéndole las muñecas.

— Si te incomoda podrías soltarme y me las quitaría— dijo con un tono un poco pícaro.

— Ni en sueños te soltaría.

— Esa es una bonita declaración.

Entonces solo para molestarle le solté, pero le pegué un puñetazo y puse mi pistola sobre su cuello, haciéndole retroceder hasta estrellarse contra la otra pared.

— ¿Qué decías?— pregunté irónicamente. Él sonrió, quitándose las gafas y dejando ver unos hermosos y oscuros ojos los cuales me quedé mirando fijamente, a la vez que él miraba fijamente los míos. Parecía una guerra de miradas, pero durante ese silencio pude ver algo en sus ojos, algo que no era solo arrogancia y ansia por el dinero, había algo más. Sin darme cuenta había aflojado mi pistola contra su cuello, y este la cogió y la tiró lejos, yo fruncí el ceño, pero él no hizo nada, solo siguió mirándome, al igual que yo. Lentamente pasó una mano por mi nuca para acercarme a él, provocando que nuestros labios chocaran en un beso, por un momento me dejé llevar aunque luego me separé rápidamente y confundida, no haciendo nada más que irme de allí lo más rápido que pude.

— No vayas a por Diamondback— le escuché decir— mejor vuelve a por mí— de nuevo aquel tono pícaro en su voz se hizo aparecer, pero después de eso volví a mi casa en mi coche, confundida tras aquello.

Marvel imaginas (pedidos abiertos) ©Where stories live. Discover now