SORTIJA.

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ÚLTIMO CAPÍTULO
ÚLTIMO OBJETO

¿Es que acaso estaba destinado a no tener una noche más de buen sueño? HoSeok empezaba a entrar a una rutina más, una que le privaba de una confortable noche durmiendo. Las ojeras bajo sus ojos se volvían más grandes cada día, sin poder evitarlo en absoluto.

En especial con la preocupación a flor de piel. Temía el no volver a ver al menor. El día anterior había sido, oficialmente, el peor de todos. La vida en los expresivos orbes de YoonGi se había extinguido.

HoSeok suspiró, había perdido la cuenta de cuantas veces pidió el deseo de que todos sus miedos no se volvieran realidad. Necesitaba siquiera disculparse con el peliblanco, necesitaba verlo una vez más.

Y, lo más importante, necesitaba preguntar quien era " Él", aquel que el menor mencionó el día anterior. El pelinaranja no soportaba más el pasar sus días con la confusión presente, y no comprendía la razón de todas las acciones de YoonGi, ni como una simple persona llegó a destruir su tranquila vida. Lo que menos llegaba a entender, era el porque, a pesar todo, lo que menos deseaba era que el peliblanco se alejara de él.

Quizás todo eso que vio en muchas películas de romance era real, quizás el destino sí existía. Quizás el corazón podía llegar a querer a una persona con rapidez.

Cada día que transcurría, HoSeok confirmaba que su corazón latía por YoonGi. No quería buscar una razón lógica, simplemente lo aceptaba. Después de todo, no tenía otra opción más que esa, porque ni el amor más fuerte podría sacarle de ese lugar, además el peliblanco pertenecía a alguien más.

Solamente deseo ver su sonrisa cada día.

Pero, siquiera ese deseo se le estaba cumpliendo ahora. Gradualmente la actitud del menor iba cambiando, mientras más veces visitaba Lost & Found, menos vida se podían ver en esos hermosos orbes.

HoSeok bajó a la recepción, apenas unos minutos antes de la hora en que YoonGi debía llegar. Sin mucho ánimo, y acompañado de un sonoro suspiro, buscó su bolígrafo de Sailor Moon y la libreta bitácora, anotando de antemano los datos del menor.

A los pocos minutos que terminó de anotar, se pudo escuchar la campanilla en la puerta, y al peliblanco asomándose. Éste último alzó su diestra en ademán de saludo, sin embargo, su rostro permanecía serio y un tanto inexpresivo. HoSeok fingiría que todo iba bien, necesitaba al YoonGi animado de vuelta, y empezaba a desesperarle el no saber como completar su cometido.

— Bienvenido a Lost & Found, Yoonie.~ — El pelinaranja le dedicó una de sus mejores sonrisas, el menor simplemente elevó sus comisuras en un gesto que apenas y podía catalogarse en sonrisa. Parecía más una mueca. — Uhm. . . ¿Qué traes esta vez?

El menor permaneció estático y en completo silencio durante unos segundos, los cuales resultaron ser eternos y agobiantes para HoSeok. Un nudo en su garganta se formó, dificultándole el respirar al momento que YoonGi alzó su mano con la fotografía. Se trataba de una sortija, pero no cualquiera, era una de boda, hecho de plata, con algunas incrustaciones de jade y, tallado en el interior, contenía las letras "HG".

Los ojos del pelinaranja se movieron con lentitud hasta el rostro sin vida del menor. Tragó saliva con pesadez, volviendo su vista a la fotografía.

Debía encontrarlo, pasara lo que pasara, se notaba que ese objeto era el más importante de todos los anteriores.

Sin ser capaz de mencionar palabra alguna, y tomando a su favor la rutina a la que ambos se habían acostumbrado, HoSeok tomó la llave que les llevaría al nivel de "Joyas". Ambos caminaron hasta el ascensor, y una vez las puertas se cerraron, el pesado sentimiento de incomodidad que traía consigo el silencio inundó el cuerpo del mayor.

— Mi boda fue hermosa. — HoSeok dio un respingo, sin haberse esperado que el peliblanco decidiera romper el silencio. Una sonrisa leve se había dibujado en su rostro, una que se notaba sincera. — No sabes lo feliz que estaba. Y, la mejor parte fue verle a los ojos antes de aceptar unir nuestras vidas.

Como sin hubiese sido premeditado, las puertas se abrieron, dando paso al peliblanco para entrar a la habitación de paredes blancas y miles de mostradores de cristal. HoSeok no entendía en absoluto a que se debía el cambio abrupto de actitud, ni la razón que comentara sobre su boda. Tema que, realmente no deseaba escuchar.

Llenando sus pulmones de aire, en afán de cobrar fuerzas, el pelinaranja le siguió. No tardaron mucho en iniciar la búsqueda, HoSeok no deseaba hacer más conversación con el peliblanco, necesitaba centrar toda su atención en el objeto perdido.

Se tomaba su tiempo en ver a detalle cada anillo en el lugar, rezando que, milagrosamente, apareciera el objeto frente a sus ojos. YoonGi había notado su determinación, cosa que solamente respondía con una leve sonrisa.

Quizás hoy sea el día, mi amor. Pensó YoonGi, sintiendo su cuerpo llenarse de esperanza. Sentimiento que se convirtió con rapidez en decepción al notar como el mayor posaba ambas manos sobre su cabeza, jalando de sus anaranjados mechones en completa frustración.

No. . .

— YoonGi, yo. . . — HoSeok presionó sus labios con fuerza, alzando su mirada al menor. Se sentía de lo peor, creía que se derrumbaría ahí mismo en cualquier momento. — No lo encuentro, YoonGi. No puedo encontrarlo.

Un escalofrío recorrió la espalda del mayor, y juraba que su corazón se estaba destrozando ante la escena que estaba presenciando. YoonGi simplemente rompió en llanto, llenando su rostro de cristalinas gotas con sabor a dolor.

El pelinaranja intentó acercarse, sin saber que hacer. Sin embargo, YoonGi se apartó, soltando un fuerte sollozo y acuclillándose en su lugar, abrazando sus piernas con fuerza y dejando que todo el llanto acumulado saliera sin control alguno.

YoonGi se sentía morir ahí mismo, sus sollozos se transformaban con rapidez en gritos, y HoSeok sentía que el aire abandonaba sus pulmones.

Todo es mi culpa. Pensaba el pelinaranja, acercándose de nuevo y posando su diestra sobre el hombro ajeno.

— Y-yoonie. . . lo sient--

— ¿¡Por qué me haces esto, HoSeok!? — El peliblanco alzó su cabeza, sus ojos hinchados, su nariz ligeramente roja en la punta y su labio inferior abultado por las mordidas que se había propinado en afán de calmar su llanto. — ¿¡Por qué no puedes recordarme!?

HoSeok abrió sus ojos cual platos, no esperaba esa respuesta. El menor le empujó, haciéndole caer al suelo.

— ¿Por qué. . .? — YoonGi limpió sus lágrimas con su antebrazo, intentando calmar sus hipidos. — ¿Por qué no vuelves a mí, Hobi? Extraño al amor de mi vida, a mi esposo. . . vuelve a mí. ¡Recuérdame!

Los ojos del pelinaranja se llenaron de lágrimas, antes de sentir una enorme presión en su pecho y su cabeza doler cual infierno. Sentía que iba a estallar en cualquier momento, y el dolor era tanto que le hizo caer por completo contra el suelo, inconsciente.

Lost And Found | HOPEGA. Where stories live. Discover now