Capítulo 3: No volveré a casa

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—Consíganse un hotel— les dijo Kiko desde la puerta del edificio donde vivía.

Con una sonrisa burlona Hoseok se apartó y Namjoon arregló un mechón castaño detrás de la oreja del omega —Te veo mañana, te amo.

—Lo sé— dijo el omega con una sonrisa sincera y se despidió de Namjoon quien subio a su vehiculo y arrancó reitrandose minutos después.

Ambos, Hoseok y Kiko subieron al departamento que compartían, ambos cansados sabiendo que dormirían pocas horas porque tenían que realizar las tareas que los egoístas de sus profesores que creían que sólo existía su clase dejaban.

Hoseok quitó su sonrisa de la cara, su día no podía ser más amargo, Kiko le dio una palmadita en la espalda y se apresuró a entrar en él departamento, Hoseok la siguió —no quiero verte Hyoyeon.

La mujer apretó los puños, se veía nerviosa y había estado jugando con su mochila de cuero sin decir nada, Hoseok se prometió así mismo no ser como su madre, omega sumisa y receptiva —soy tu madre no puedes hablarme así Hoseok— Hyoyeon trató de sonar dura, pero su voz temblorosa la delataba.

—Una verdadera madre apoya a sus hijos aún es los momentos más difíciles, tú me sonreíste mientras clavaste un cuchillo en mi espalda— dijo rencoroso —y antes de que lo digas, tienes razón, todos tienen razón no lo he superado y no me avergüenzo de ello, prefiero nunca superarlo a olvidar lo que me hicieron, adiós Hyoyeon ya no vuelvas por favor.

Antes de que Hoseok siquiera pudiera moverse Hyoyeon tomó su brazo —hijo recapacita, hicimos lo mejor, mírate, tienes un trabajo, buenas calificaciones, eres hermoso eso es gracias a...

—Por dios cállate— Hoseok se alejó del agarre —ahora resulta que tengo que agradecerles— dijo con el rostro fruncido sin creerse lo que su madre decía, él hubiera dado todo por tener, aunque sea unos minutos a su hijo en sus brazos, por ver su sonrisa o escuchar su llanto.

Sólo pensarlo hacía que sus ojos se aguaran y amenazara con llorar.

Y eso paso, las lágrimas cayeron lentas por sus mejillas, se abrazó así mismo y golpeó su frente contra la pared.

—Tengo pesadillas en las noches, lloró cuando veo a niños en las calles tomando las manos de sus padres, lloró cuando veo tiendas de bebes, los atuendos en forma de animalitos que siempre me hacen pensar en cómo se vería mi hijo en ellos, lloro cuando veo juguetes infantiles, no puedes ponerte en mis zapatos, no puedes comprender lo que siento, hay veces en las que sólo pienso en morirme y acompañar a mi bebé pero temo que me reclame por no haberlo defendido— Hoseok sonrió amargamente —esa es la única razón por la que no me he suicidado, no hay sentido en mi vida, no sé qué camino tomar, no sé qué hacer ni como seguir adelante sólo me levanto y espero que el día termine.

Nadie que no estuviera en sus zapatos, podría comprender su dolor, no era su sueño ser padre pero quiera conocer a ese hijo y verlo crecer a su lado.

—Hoseok mi vida, tienes que olvidar— le suplicó Hyoyeon poniéndose entre la puerta y Hoseok —no era nada, iba a hacer un estorbo en tu vida, no ibas a poder terminar la escuela, nadie iba a quererte con el hijo de otro, vuelve con nosotros a casa, tu padre te está esperando.

—No voy a volver— le dijo amargamente —olviden que tuvieron un hijo haz de cuenta que morí, es más piensa en mí como si me hubieras abortado— se limpió las lágrimas y tomando a su madre por los hombros la hizo a un lado.

Finalmente entró al departamento y cerró dejándose caer al suelo llorando con ganas y arrugando su playera entre sus manos, los brazos delgados y suaves de Kiko lo abrazaron y se unió a su llanto, sólo ella que lo había visto llorar, gritar entre pesadillas podía entender un poco de sus sentimientos, ella era la única que no le pedía que lo superará o que olvidará, sólo le pedia que viviera con eso.





No volveré a enamorarme de ti- (VHOPE), COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora