☁ Capitulo 11 ☁

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Lean la notita del final, porfavor ♡

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Namjoon desconectó el pendrive de su equipo y Jin se lo arrebató de la mano. Salió de la camioneta sin decir una palabra, bajo la atenta mirada de Namjoon, Yoongi y Taehyung.

—Hyung...—Lo llamó Jimin, preocupado por el rostro inexpresivamente escalofriante del lider mientras este pasaba a su lado sin dirigirle la mirada.

Caminó hacia el conjunto de rocas que no se encontraban muy alejadas y dejo el pendrive sobre una piedra grande y plana. Recogió otra del tamaño de su mano y con ella golpeó con fuerza el pendrive. Una vez, dos, tres, cuatro veces, las suficientes para partir en dos el objeto y descargar toda la ira que llevaba dentro al hacer añicos los restos.

Los niños se asustaron y los bebés aun más. Atraídos por el ruido, los tres muchachos dentro del veículo salieron y miraron hacia su lider.

Taehyung limpió sus lágrimas lo mejor que pudo y fue hacia los niños. Estos se reunieron con el muchacho inmediatamente, buscando su protección. Yoongi fue hacia los bebés, cargando a la niña que comenzo a llorar con fuerza al ser despertada. Namjoon tan solo se quedo ahí de pie, mirando a su pareja, espectate, aguardando a que terminará.

Impactó una ultima vez las piezas desechas del pendrive y se enderezó, dejando caer la piedra de su mano al suelo. Respiró entre dientes, su pecho subiendo y bajando agitando. Todos tan solo lo observaron desde la distancia, esperando alguna orden, que no tardó en llegar cuando Jin se volteó hacia ellos con su rostro serio.

—Recojan todo, debemos movernos.—

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—Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron temprano porque ¡Era el día de la gran carrera de zapatillas!—Exclamó con emoción el castaño, contagiando a los niños con su linda sonrisa.—A las nueve ya estaban todos reunidos junto al lago. También estaba la jirafa, la más alta y hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no quería ser amiga de los demás animales.—Puchereo al terminar de decir aquello.—La jiraba comenzó a burlarse de sus amigos. Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta. Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo. Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.—

—Que jilafa tan gosela.—Expresó uno de los niños con su ceño tiernamente fruncido, haciendo sonreir al narrador.

—Y entonces... llegó la hora de la largada. El zorro llevaba unas zapatillas a rayas amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños muy grandes. El mono llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados. La tortuga se puso unas zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de comenzar la carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada. Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus zapatillas!—

Todos los niños abrieron sus ojos y sus pequeñas bocas, curiosos e intrigados.

—Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude! gritó la jirafa y todos los animales se quedaron mirándola. Pero el zorro fue a hablar con ella y le dijo: Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos somos diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos y ayudarnos cuando lo necesitamos.—

Interpretó con una voz diferente a la suya las palabras del zorro, haciendo reir a los niños.

—Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Y vinieron las hormigas, que rápidamente treparon por sus zapatillas para atarle los cordones.—

Mision Galletita 🍪 BTSWo Geschichten leben. Entdecke jetzt