Demons

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Largos minutos habían transcurrido en los que el hielo de mi vaso habían llegado a su punto de fusión, ahora dejando una pequeña estela húmeda alrededor del cristal.

La mirada risueña del chico que tenía en frente se había esfumado dando paso a una confusa, haciendo que sus cejas conformaran dos pobladas líneas horizontales que se fueron acercando cada vez más entre ellas, succionaba levemente sus labios hacia dentro de la boca y dos pequeños hoyuelos aparecieron a los costados superiores de sus comisuras. El sostenerle la mirada comenzaba a sentirse pesado.

¿Qué estaba haciendo aquí? Había sido una estupidez volver, no había nada para mí, nadie que me pudiera consolar. Quería llorar, que mis ojos se humedecieran hasta que dejaran de arder y picar, deshacer el nudo en mi garganta a gritos, necesitaba que alguien me abrazara tan fuerte para no caerme a pedazos, pero a la vez sabía que eso no era posible. No contaba con EunWoo para eso y la única otra persona en el planeta que me podía ayudar había desaparecido.

Mis manos temblorosas destruían todo intento de permanecer tranquila, la sangre que corría por mis venas bombeaba enérgica desde mi corazón y sentía que iba a estallar en cualquier momento, mientras que el extraño seguía frente a mí al otro lado de la barra, observándome como si de un espectáculo se tratara.

Tenía que salir de allí.

Agaché la vista y palpé mi abrigo asegurándome de que el sobre rosa siguiera allí dentro y no lo hubiera tirado al momento de escapar del edificio; efectivamente seguía ahí.

— ¿Dónde queda el baño? —hice el intento por que mi voz sonara segura y estaba segura que lo había logrado. No levanté mi vista pero sabía que el seguía con su mirada clava en mí, como si aprovechara la escasez de clientes en la barra para dedicar su tiempo en analizarme.

— Al fondo, a la izquierda —su voz no era suave, tampoco fría, más bien era como si hablara de forma automática. Asentí agradeciendo y sin mirarlo me giré hacia donde él me había indicado.

Caminé hasta llegar a un pasillo que cambiaba de temperatura radicalmente, las luces violetas y rosas ya apenas iluminaban por lo que estaba parcialmente oscuro. El tránsito de gente era menor, probablemente porque conducía a un baño destinado a las clientas del lugar, y aquí ellas escaseaban.

A mi derecha una escalera iluminada por tonos rosas, y a mi izquierda una angosta puerta color negro sobre la que se estampaba un pictograma de mujer en luz neón color magenta, indicando la entrada a un baño cubierto por cerámicas blancas desde el suelo a las paredes. Al igual que la barra del bar, el baño tenía los lavabos sobre una encimera de un pulido mármol blanco, y probablemente se hubiera visto todo demasiado elegante, pero la luz roja que alumbraba por sobre el extenso espejo de pared a pared le restaba la delicadeza, haciéndolo un juego estratégico entre la pureza del níveo color y el escarlata pasional.

Me acerqué al lavamanos y abrí el grifo con la intención de empapar mi rostro, despejándome momentáneamente de mis pensamientos. Me veía terrible, el abatimiento se reflejaba en mis irises y eso en parte me avergonzaba, el que cualquiera pudiera ver a través de mí, y el que aquel tipo probablemente me había descifrado en los segundos que su mirada estuvo tenaz posada sobre la mía, todo eso me provocaba una angustia aun mayor.

Me alejé de la encimera y entré en una de las cabinas cerrando la puerta detrás de mí; metí mi mano al bolsillo para sacar el móvil, desbloqueé la pantalla con la tonta ilusión de tener alguna llamada perdida, alguna señal de que estaba siendo extrañada en algún lugar. No había nada, ni una sola notificación, muy por el contrario aparecía la imagen que tenía de fondo de pantalla en la que aparecía colgada del cuello de EunWoo casi un año atrás.

Alias『BABE』» JHS   [+18] cancelada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora