Capítulo 15

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Los ojos del castaño se abrieron lentamente, para luego comenzar a mirar inmediatamente a su alrededor.
Tenía que admitir que por un segundo, se había sentido terriblemente confundido, sin embargo, luego de un par de segundos más volvió en sí, recordando todos los sucesos de la tarde anterior.

Dios, jamás iba a ser capaz de agradecerle lo suficiente a Bill por todo lo que hizo por él, pues no sólo lo había perdonado (lo cual de por sí ya era mucho), sino que también lo había sacado de aquel bosque y lo había llevado a vivir de vuelta al castillo. Y eso no era lo más increíble... Bill le había pedido que volvieran a ser novios.
Y claro, eso era mucho más de lo que podría pedirle al universo por el resto de su existencia.

De pronto, su mirada se desvió hacia su pecho, el cual se encontraba rodeado por dos fuertes brazos, que parecían no querer soltarlo.
La verdad, aquello se le había hecho un poco extraño, pues creía que el rubio tendría cosas más importantes que hacer a esas horas... pero de todas maneras, ahí se encontraba, acostado a su lado, abrazándolo.

-buenos días, Pino- dijo de pronto el Cipher, abrazándolo un poco más fuerte- ¿dormiste bien?- preguntó adormilado.
-si...- dijo el castaño volteándose hacia el contrario- hace mucho tiempo que no dormía tan bien- añadió, para luego bostezar y cerrar los ojos nuevamente, aún somnoliento.
-me alegro- respondió el rubio mientras tomaba el mentón del Pines y depositaba un fugaz beso en sus labios, provocando que una sonrisa apareciera en el rostro del menor.

Pasaron unos cuantos minutos completamente silenciosos, pero no era una silencio incómodo... no, era un silencio... agradable.

-¿me amas?- dijo de pronto el rubio.
Dipper no pudo evitar sonreír ante aquella pregunta, que había salido tan de la nada.
-ya sabes la respuesta- contestó el castaño abriendo los ojos.
-puede ser... pero realmente quiero escucharlo- contestó el contrario acariciando con delicadeza los cabellos del contrario- quiero asegurarme de que no sea un sueño- susurró contra su oído.

Una pequeña risita se escapó de los labios del chico, quien se dio la vuelta, para quedar frente a frente con el Cipher, que aún lo seguía abrazando por la cintura.
-lo he dicho antes, y también lo digo ahora- dijo perdiéndose lentamente en aquellos hermosos ojos ámbar- te amo más que a mi propia vida, y eso... eso no va a cambiar nunca.
-no sabes lo feliz que me hace escuchar eso...
-¿y tú?
-¿yo qué?
-¿me amas?
-te amo más que a cualquier cosa en este mundo, Pino- contestó el rubio contra los labios del menor.

-bueno... me alegra saberlo- contestó el chico risueño mientras acariciaba la mejilla del mayor.
Rápidamente, el rubio se acercó a él, juntando sus labios en un beso que parecía tener mucha desesperación por parte del Cipher, lo cual sorprendió un poco al castaño, sin embargo, le correspondió de inmediato, posando una de sus manos en el pecho desnudo del contrario, mientras sentía que Bill acariciaba su espalda lentamente.

Después de unos momentos, ambos chicos se separaron, al parecer, volviendo a perderse en los ojos del contrario. Estuvieron así unos cuantos segundos, hasta que de pronto, el rubio abrazó el castaño, atrayéndolo hacia su pecho, casi como si alguien se lo fuese a arrebatar.

-no sabes lo mucho que he esperado para tenerte entre mis brazos.
-pues a mí me alegra por fin estar aquí...
El Cipher simplemente soltó una pequeña risa que terminó convirtiéndose en un suspiro.
-oye... recuerda que me prometiste un recorrido por el castillo, digo... para ver los cambios que le hiciste- comentó el Pines.
-claro que lo recuerdo, "lo prometido es deuda"- contestó el contrario con un tono exageradamente solemne.
-¿y cuándo estarás desocupado?

-hoy me tomaré el día- contestó Bill dedicándole una cálida sonrisa- quería estar contigo... después de todo, es tu primer día en el "nuevo" castillo.
-¿seguro?, no me importaría estar solo un rato... recuerda que viví toda mi vida en este lugar... entiendo que gobernar es algo muy difícil, tienes cosas más importantes que hacer...
-no hay nada más importante que tú- le interrumpió el chico, provocando que el castaño se ruborizara.
-si... si tú lo dices- contestó el menor desviando la mirada.
-vamos- dijo el rubio separándose del Pines- el desayuno ya debe estar listo... y creo que tú en verdad lo necesitas- añadió dándole una mirada desaprobadora a las algo visibles costillas del chico.

Luego de aquello, ambos chicos se vistieron, y Bill llevó a Dipper al comedor, donde, tal y como había asegurado Bill anteriormente, estaba servido el desayuno. El castaño ya casi se había olvidado de lo que era tener tanta comida frente a él, y sobre todo, comida tan deliciosa. Por lo que no dudó en servirse inmediatamente.
El rubio alegaba que desde ahora en adelante debía comenzar a comer apropiadamente, puesto que se notaba lo mal que se había estado alimentando estos últimos meses. Decía que él mismo se aseguraría de que volviera a estar tan saludable como antes.

Después del desayuno, el Cipher le dio un recorrido por el castillo al menor, tal y como lo había prometido.
Dipper tenía que admitir que el castillo había cambiado muy drásticamente, casi no tenía nada en común con el castillo que él recordaba.
Había reubicado algunas habitaciones, también eliminó otras, había redecorado los pasillos, salones... prácticamente todo. Sin embargo, habían unas cuantas cosas que al parecer había decidido conservar, como los tronos, o algunos estantes con sus libros... o toda su antigua habitación de trabajo.

De todas maneras, tampoco era algo que al castaño le disgustase, al contrario, sentía que era una manera de dejar todo lo antiguo y malo atrás, y comenzar algo totalmente nuevo.
Además, en conjunto, el castillo había quedado muy, muy hermoso. Tal vez, incluso más bello de lo que había sido cuando él vivía allí.

Y así estuvieron todo el día, recorriendo las habitaciones, contándose algunas de las cosas que habían pasado en el tiempo que estuvieron separados, y disfrutando de la compañía mutua. Bill le contaba algunas cosas que tenía planeadas hacer respecto al reino, y Dipper le daba algunas ideas respecto a éstas, o el castaño hablaba acerca de la cabaña en la que había vivido los últimos cuatro meses, mientras el rubio escuchaba con atención, sin poder evitar hacer una mueca de disgusto de vez en cuando.

El día se pasó simplemente volando, tal y como dicen que pasa cuando estás con alguien especial, pasando un buen rato.
No se habían dado ni cuenta y ya estaban de vuelta en la habitación.

-lo de hoy... fue increíble, el castillo está realmente bello- dijo el castaño, mientras salía del baño, usando unos calzoncillos y una camisa que le quedaba un poco grande- muchas gracias.
-no hay de qué, Pino.
-no, en serio, muchas gracias- repitió el Pines- no sólo por hoy... sino que por todo... has sido tan bueno conmigo, y yo... no sé, no creo que lo merezca- confesó agachando la cabeza.
-Pino...- dijo el rubio suavemente mientras se acercaba al castaño, para luego alzar delicadamente su mentón- ya te he dicho que nada fue tu culpa... tú sí mereces todo esto.
-pero...
-nada de peros- lo interrumpió- ¿sabes qué?, deberíamos... olvidarnos de todo el pasado... fingir que nunca sucedió- decía acercándose cada vez más- olvidemos que estuvimos separados, olvidemos que tenías familia...

Olvidémoslo todo.















¡Hoooola!, ¿cómo están?, ¿les gustó el capítulo? espero que si jejeje.

Aquí les dejo otra bella actualización, habría actualizado antes, pero la verdad estuve enferma, y bueno, lamentablemente estaba muy agonizante como para escribir... o hacer lo que sea.

Pero bueno, apenas me sentí mejor comencé a escribirles este bello capítulo :3.

Como siempre agradecería que votaran y en especial que comentaran, ¡díganme lo que piensan!, me encanta saber su opinión, o cuando hacen comentarios graciosos que me alegran el día jsjsjs.



Y bueno, creo que de mi parte eso es todo.


















¡Nos leemos luego!

Solo... confía en mi.  [Billdip].                 #Premiosgravity2019Where stories live. Discover now