Capítulo 25

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La verdad (parte 3)


Bill miró de arriba a bajo al muchacho que había aparecido en la habitación hace tan solo unos segundos, sintiéndose triunfante al por fin haberlo encontrado.

Sabía que se encontraba allí, no había dudado de aquello ni por un segundo, pues se había encargado de asegurarse muy bien de ello, pero de todas maneras le había fastidiado bastante el que la chica hubiese intentado esconderlo de él. Y también que hubiese creído que podía echarlo de la cabaña con sus estúpidos intentos de seducción.

-muy bien Cipher, ¿tanto querías verme?- dijo Dipper con seriedad- pues aquí me tienes, así que aléjate de mi hermana.

Rápidamente, y con una notoria sonrisa maliciosa en el rostro, el aludido se alejó de la castaña, observando cómo su chico de ojos color chocolate se acercaba, para luego tomar a la chica del brazo, posicionándola a sus espaldas de manera protectora.

En ese momento, al tener al Pines frente a frente, con tan sólo unos pocos metros de distancia, el rubio se dio el lujo de observar con mayor detalle al menor.
Podía inferir con facilidad que no habían estado viviendo muy cómodamente que digamos. Se notaba por la suciedad del chico, sumado a la evidente pérdida de peso de éste, además de su rostro, algo demacrado, y la dureza en sus facciones.

Ya se encargaría de arreglar todo eso.

-Pino... es un gusto volver a verte- no importaba la condición desastrosa del menor, para el Cipher, el chico siempre luciría simplemente perfecto.

-¿Pino?- la confusión se hizo presente en el rostro de Mabel al escuchar ese extraño apodo.
-no es nada- respondió inmediatamente el castaño, sin expresión alguna, sin dejar de mirar al rubio, restándole importancia a aquel nombre- ya nos robaste lo que te interesaba Cipher, ¿qué más quieres?, ¿asesinarnos?, porque no se me ocurre qué más querrías hacer aquí.

¿Lo que le interesaba?, ah, claro, aquellos planes... la verdad es que el mayor jamás había sospechado de su existencia. El haberlos encontrados fue simplemente suerte, pero los gemelos no tenían por qué saber eso...

-Pino, Pino, Pino, ¿realmente crees que te asesinaría?- dijo Bill sin dejar de sonreír- digo... no voy a negar que suena tentador acabar así con los Pines, pero...- Dipper arqueó una ceja- la verdad es que no se me da la gana.

-¿y qué?, ¿quieres que te agradezca?- la voz del contrario estaba cargada de sarcasmo- ¿qué te aplauda acaso?, de todas maneras... si no quieres asesinarnos, ¿por qué te interesa verme?, deberías querer ver a Mabel, no a mí.
-¿a tu hermana?- frunció el ceño- ¿por qué querría ver a tu hermana?
-no lo sé... ¿tal vez porque estaban saliendo?- preguntó con ironía.

-ah, eso... no fue absolutamente nada importante, simple búsqueda de información, lo juro, además, deberías tener claro que es contigo con quien me gusta coquetear- dijo para luego guiñarle un ojo.
-¿qué?- Mabel estaba más confundida que nunca.
-no es nada, Mabel- volvió a responder el castaño con rapidez.

Por supuesto que Dipper siempre se había dado cuenta de los incesables coqueteos que recibía por parte del rubio, pero la verdad es que jamás quiso corresponderle. Primero, porque el chico era el hechicero de la familia, y salir con el hechicero de la familia, según él, ciertamente no era una muy buena idea. Y por otro lado, aquel chico jamás le atrajo, si, tenía que admitir que era guapo, pero su actitud arrogante y su... manera de ser, jamás le agradaron. Es por esto que siempre lo había ignorado. 

Y también, era por aquella razón, que cuando Mabel le dijo que había tenido un romance con aquel chico, además de sentir desconfianza por la situación en general, no había podido evitar sentir también un gran alivio, al enterarse de que Bill Cipher había perdido su interés en él.

Solo... confía en mi.  [Billdip].                 #Premiosgravity2019Where stories live. Discover now