Despedidas al borde de la muerte

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Narra Miriam:

Lo que ocurrió a continuación pasó como una ráfaga de fotos a toda velocidad. Los oídos me pitaban y mis movimientos eran llevados acabo de manera estática sin yo ser apenas consciente de lo que hacía. No pude impresionarme ni siquiera al ver a Raoul salir desde la puerta mientras arrastraba a Agoney que parecía algo perdido mientras Ana les seguía. En ese momento yo simplemente estaba agarrando a Luna para evitar que hiciera cualquier estupidez. Eso si, unos cuantos puñetazos si se llevo.

-Miriam, ¡corre!-Fue lo que pude entender al leerle los labios al catalán.

¿Que hacía con Luna?¿La dejaba o me iba?¿Que estaba pasando?¿Raoul era malo o bueno?

Sin tiempo para pensar mire a Luna a los ojos y la chica me miro con cara de pena. Por mi la hubiera dejado aquí y que fuese lo que dios quiera, pero en ese momento ni siquiera me conocía a mi misma así que resoplé y acabé agarrándola y tirando de ella hacia adelante para echar a correr.

Luna, Raoul, Agoney, Ana y yo volvimos hacia atrás. La catalana y yo llevábamos la delantera aunque notaba como los otros tres nos seguían los pasos a pocos centímetros de nuestros talones.

-Agoney venga aguanta... Esto va acabarse ya y los dos nos iremos a Adeje. Los dos juntos, sin nada que nos detenga.-Raoul estaba prácticamente cargando a el canario que parecía estar bastante mal. Tuve que retroceder para ayudar a Raoul y avanzar más rápido.

Obviamente nada iba bien porque no tardamos en escuchar más pasos detrás nuestra.

-Son ellos.-Ana se tensó y nos metió prisa.

Apenas me estaba enterando de que estaba ocurriendo pero estaba claro que nadie bueno venía a por nosotros. Raoul y yo cargamos con Agoney a toda prisa y por suerte conseguimos llegar hacia el final de la alcantarilla. ¿Lo malo? Estaba cerrada.

-Venga no me jodas.-Ana zarandeó la verja que actuaba como puerta pero no se movió ni un centímetro.

Estábamos muy perdidos.

-¿Que hacemos?-Preguntó Raoul mientras caían gotas de sudor por todo su cuerpo.

Era imposible que no hubiera manera de salir de aquí. Tenía que haber alguna llave o palanca que abriera la verja. Era inútil que solo estuviera de decoración.

Tarde un poco en encontrar una palanca algo alejada de la puerta.

-No la abre automáticamente.-Parecía que Luna acababa de leerme el pensamiento porque me habló nada más darse cuenta de que estaba mirando a la palanca.

-¿Como lo sabes?-Pregunté con frialdad.

-¿Queréis salir de aquí con vida?

Ana, Raoul y Agoney no tardaron en silenciarse para escuchar nuestra conversación.

-Luna no es hora de que nos tomes por idio...

-Si queréis salir de aquí con vida alguien tiene que sujetar esa palanca de manera que los otros salgan fuera.-Luna parecía saber de que hablaba. Usaba un tono muy pasota pero con inteligencia. 

Me costaba confiar en ella, es más, nunca lo había hecho pero en este caso era distinto. No podía estar mintiendo, sus palabras eran muy directas.

-Pero si no es automática y es manual entonces el que la pulse no podrá salir.-Señaló Ana muy preocupada.

Luna asintió. Estábamos jodidos. Todo esto era un laberinto sin salida.¿Que íbamos hacer, dejar aquí a uno?

-No puede ser...-Murmuré en bajo. 

Una Eterna Despedida. OT2017?Where stories live. Discover now