Capítulo 20: Lucas

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La llamada de hace cinco minutos nos había dejado a todos tensos, con los nervios a punto de reventar. Podría jurar que mi columna estaba más rígida que una viga de acero. 

Oír ese tipo de cosas debería ser algo ilegal. No. Jamás nadie debería oírlas. Eran demasiado para una persona oír los gritos de alguien siendo torturado. 

Sabía, sin que nadie me dijera, que Liv había sido golpeada con un látigo o cinturón, que le habían volcado cubos de agua fríos, por el modo en que su voz temblaba. 

El modo en que ella había llorado había quebrado algo en mí para siempre, porque se suponía que yo debía haber cuidado de ella, y esto estaba sucediéndole por mi culpa. Por no ser lo suficientemente bueno siguiendo el auto donde ella había sido secuestrada por segunda vez. Por haberla dejado en un momento difícil de su vida.


El modo en que había desafiado a Charles me había puesto tenso, pero al mismo tiempo orgulloso. Porque Liv no se dejaba amedrentar por nadie, incluso en las peores situaciones posibles. Esa mujer era más fuerte de lo que nadie podía imaginar. 

Por otro lado... Lo que había dicho ella me había sacado de balance. ¿Charles iba a matarla? ¿De qué mierda estaba hablando? Benjamin Charles no se veía ni tenía el perfil de un asesino. Podía dar fe de eso. ¿Él iba en serio con aquello? Probablemente solo había sido una amenaza vacía contra Liv para someterla, pero no me iba a arriesgar en absoluto. 

No iba a descansar si era necesario para encontrarla antes de que las amenazas de Charles se cumplieran. Iba a mover cielo, mar y tierra para encontrarla. Aunque fuese lo último que hiciese.

 

Además, todos estaban trabajando a todo dar. De hecho, la llamada había sido lo suficientemente larga como para poder rastrearla. El problema era que el móvil que había sido utilizado estaba bloqueado. Sin embargo, había personas lo suficientemente inteligentes como para decodificar ese tipo de mierda.


Me senté frente a mi escritorio, con la infaltable compañía de Nick y mi hermano, Garrett, esperando noticias de cualquier tipo. Tensos y absolutamente nerviosos. Pero listos para la acción. Listos para correr en cualquier minuto.

Aunque, en cualquier momento, deberíamos salir con Nick a patrullar alrededor de la ciudad, pero no podía moverme, no podía dejar la estación por si en algún momento llegaba la información que todos estábamos anhelando y esperando. Era demasiado para mis emociones ya descontroladas.


Después de estar una hora sin recibir nada, Simmons nos mandó fuera. Alegando que no vivíamos en Ciudad Gótica como para llamar a Batman si algo sucedía. Bastardo. 

―Vamos a encontrarla, lo sabes, ¿cierto? – Nick dijo, desviando la mirada de la calle por un segundo para mirarme. 

―Por supuesto que lo haremos, amigo. 

Y entonces, la radio del vehículo comenzó a emitir estática, mi mano fue volando hacia ella, para sintonizar rápidamente. Nervioso y a punto de salir corriendo hacia la estación, sin importarme nada.

―Todas las unidades. Repito. A todas las unidades. Ubicación de sujeto de secuestro ha sido entregada. Volver a sus estaciones. 


No tuvo que decirlo dos veces. Nick se devolvió a la estación en menos de un parpadeo.

Metí el borde de los pantalones negros en el interior de las botas de combate, y luego me enderecé, mirándome fijamente en el espejo. Mi cuerpo temblaba de pies a cabeza mientras tomaba el chaleco antibalas, acomodando las armas y radios. Podía sentir los latidos de mi corazón en la garganta. 

Don't let me FallWhere stories live. Discover now