Capítulo 12- Sueños

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"Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos"
Agustín de Hipona


Era una tarde común como todas. Aburrida en el trabajo comencé a ver vídeos antiguos de Luisito Rey y Drossrotzank.
Perturbadores y graciosos. Era lo único que hacía que olvidará todo lo malo de mi vida.
Paseaba por YouTube buscando contenido nuevo y encontré una miniatura que decía "Experiencias paranormales". Al principio creí que era un conjunto de vídeos de youtubers, pero me equivoqué.
Era un vídeo donde un tal Libardo Isaza relataba cosas  paranormales que había vivido cuando era pequeño. En una historia en especial se puso interesante y de repente ¡Bearg! Grito y salté de mi asiento. Comencé a reír junto con él. Se sentía extraño reír un poco más con alguien a través de la pantalla. Vi los tres vídeos que dedicaba a ese tema y después se me hizo un poco aburrido su contenido.
Unos días después comencé a ver sus otros vídeos y me empezaron a gustar hasta que llegue al vídeo "Playback challenge". Mostraba como hacía playback y bailaba. Paso a una canción ya conocida para mí. Y sonreí sinceramente. Hizo un vuelco mi corazón y pasé más de dos horas sin recordar a Jesús. Aquél youtuber me empezaba a gustar de forma romántica.

Pero la tristeza aún no se iba completamente.

Entonces mi mamá agendo una cita con el psicólogo.

Ir a un psicólogo no suena mal cuando estás estable emocionalmente. Cuando estás mal no quieres contagiar a alguien más de tu miseria.
Pero mi madre insistió. Y sinceramente le agradezco.

El día llegó. Me arreglé para ir a mi consulta. Llegué con el psicólogo Luis.

Comencé a hablarle. Sobre mis traumas pasados. La culpa y rencor hacía mi padre, el remordimiento sobre lo que le hice sufrir a mi abuela y sobre mi rompimiento.

Me hizo hacer unos dibujos y habló conmigo.
Después de la primer sesión se me quitó un peso de encima.
En la segunda sesión me encargó escribir mi vida, ya que comenzó a preguntarme sobre mis intereses.
Cuestioné mis sueños y me di cuenta de que abandoné el que más quería: ser escritora.
Empecé a reutilizar libretas antiguas y escribí borradores de mis ideas sobre mis novelas.

Amor eterno decía la última. Estaba inventandome una historia donde Jesús y yo no terminaramos. Una donde yo era la mujer casta y pura que necesitaba.

No la borré, pero tampoco la escribí.

Mi relación de amistad con Carmen fue creciendo. Ella estaba en preparatoria. 4 semestre y pronto ingresaría al 5.

Pronto mi vida sólo giraba en torno de ser escritora, youtuber y volver a la escuela.

Comencé a escuchar reggaeton, ya que era la música que menos me recordaba a Jesús, pues era el género musical que más odiaba.

Libardo era otro amor platónico. Escribía y diseñaba en Word. Le ayudaba con sus tareas a Carmen.
Pero estar en aquel ciber hacía que lo recordará.
Así que decidí dejar de trabajar. Aún no renunciaba y se lo platiqué a mi mamá.
La madre de la señora que era mi jefa me pidió que buscará a mi reemplazó. Y así lo hice.

Aún faltaban unas semanas para renunciar cuando recibí una solicitud de amistad.

Jesús Altamirano.

Y la acepté.

Y todo lo que construí lo eché en saco roto.

Todo se perdió.



¿Ya ven porque no era algo completamente bueno?

¿Ahora entienden?
Vaya... se que tienen dudas pero poco a poco se van a ir aclarando.
Comenten que les parece mi yo del pasado.
Comenten y voten por favor.
Si se preguntan el porque de la frase inicial es porqué me recuerda mucho a mi mamá.
Pero después les hablaré más sobre ello.

Los amo.
Adiós.

Soñare contigoWhere stories live. Discover now