Capítulo 21- Divorcio

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La felicidad depende de nosotros mismos
-Aristóteles

No creía lo que escuchaba. Está vez era distinta. Mi padre había pasado más que la línea, más allá del límite.

Parecía un loco y yo lloraba.
Dolía saber que aquella persona se supone debía cuidar a su familia estaba haciendo que se derrumbará.

Con dolor en el corazón fuimos a poner una denuncia de divorcio por maltrato.

Fue ahí cuándo mi mamá y yo nos enteramos que te controlen y que te hagan chantajes son violencia psicológica.

Que no quieran pagar nada de la casa- cuando es su responsabilidad- y que controlen el dinero del cónyuge es violencia económica.

Que te jaloneen y te griten en la calle es violencia física.

Y mi mamá aguantó 22 años de su vida así.

E imaginé mi vida con Jesús y sus chantajes, pude ver que de no haber sido por todo lo que paso, hubiese tenido el mismo destino.

Todo el proceso lo viví con Francisco, quien estuvo apoyándome.

Entonces mi madre le contó a mi padre su decisión, pero lamentablemente mi hermano ya no vivía con nosotros, y mi tío se había ido unos días antes.
Mi padre explotó e intentó jalonear de nuevo a mi madre, pero yo ya no era la niña de 13 años que creía que su padre era invencible, ahora tenía 16, con traumas por dentro y con la ideología de que todos somos iguales. Me armé de valor y tomé una baqueta de batería y le amenace.
Soltó a mi madre cuando comencé a teclear el número de la policía.

Se fue de casa y le mandé mensaje a mi mejor amigo para conseguir un taxi.
Recogimos algunas cosas y huimos. Salimos de ese lugar que fue un "hogar" para mi por 8 años.

Mi hermano pagó el taxi y mi mamá se encontraba demasiado afectada. Francisco estaba preocupado y yo estaba pasmada.

Dormimos a las 4:00 a.m. y cuando el sol resplandecía salimos de aquel refugio, aún con miedo.

Respiramos al llegar al trabajo, ya que Alex y la gerente sabían de los problemas en casa.

No lloré y tal vez eso me afectó más.

Afortunadamente habíamos buscado casa unos días antes y teníamos un trato con la persona a cargo.

Días después fuimos por nuestras cosas para mudarnos.
Aún con todo eso y como la ley requería, debía buscar una preparatoria para recibir la pensión que mi padre debía dar.

Dayana y Francisco fueron mi fuerza. Lloraba cuando mi madre no estaba.
Aprendí a estar sola y sin Internet. A releer libros impresos y valorar el trabajo de mi mamá.

Empezamos a vivir tranquilas y en paz. Sin nadie que viera mal el hecho de que nos maquillaramos.

Tantos secretos sabía Francisco y esté era otro que se añadía a la lista. Pero había algo que no sabía: le estaba viendo con otros ojos.

Días después abrí mi perfil viejo de Facebook y recibí una solicitud de amistad que también llegó a mi perfil anterior.

Pero me di cuenta de algo: era Jesús. 9 meses habían sido suficientes para saber como escribía mensajes. Le seguí el hilo como si no supiese quien era.

Un día paseaba por Facebook y me encontré que Francisco tenía novia.
Me dolió porque no me lo dijo y porque me encariñe de más.

Pero ese volvía a ser el menor de mis males.

*

Ya se, ya se.
Lo siento pero las cosas sucedieron así y no, no se preocupen.
Las cosas empeoran por una chica ¿Quién será?

Por cierto
Faltan sólo 2 capítulos para que todo acabé
¿Cuándo pasó?

Es triste.

Tan triste como que me iré de mi actual zona de residencia.
Así es la vida.

Demonios en el piso de arriba hay ruido y lo peor es que no vive nadie...

Traeré agua bendita
Si no vuelvo ya saben porque :v

#tengomiedo

Bye

Soñare contigoWhere stories live. Discover now