Capítulo 4

1 0 0
                                    

Los demás días, no fueron muy gratificantes en los intentos de acercarme a ella de una manera sutil y elegante por que sólo en Análisis nos sentábamos cerca, en las demás asignaturas éramos completos desconocidos y el sentimiento de frustración era notable por las altas expectativas que yo tenia de poder estas más tiempo con ella, por lo tanto, la materia antes dicha se convirtió en mi favorita por mucho y por razones evidentes.

Por fin llegó la segunda clase de Análisis, donde empecé muy directo a entablar un diálogo con "ella" que afortunadamente si se produjo, pero el miedo de tener que volver a esperar la misma materia para hablar era evidente, por lo que el juego de la bufanda -juegos aparte nunca volví a ver esa bufanda en mis manos- funcionó por el tema de que la señorita se quedó con tal prenda que podía reclamarla a cualquier hora donde estaba mi bufanda, un truco medio extraño pero el poder siquiera decirle algo entre clases era impensado.

Poco a poco empezamos a conectar mucho más a tal punto que le pedí el Facebook, si en esa época no se pedía tanto el Whatsapp, y pude observar más de su vida, con una foto de perfil muy a su tono gótico, descubrí para mi sorpresa que era futbolista, le encantaban los animales, el rock - aunque por su vestimenta ya lo deducía- y por si fuera poco también tenia a alguien que el comentaba cosas muy propias de un novio en sus publicaciones...

Ok, no lo voy a negar, fue un golpe en la cien con una fuerza imperial, como si las alas que estaba construyendo día a día empezaran a perder su plumaje, como si de repente la propia existencia se volviera en blanco y negro. Me esperé lo peor aunque cualquiera pensaría que estaba en una relación cuando ve semejantes palabras viniendo de un chico hacia ella, pero aunque no lo crean no me rendí, el hecho de que en esas épocas ya sabía que ella era un tren que nunca más en mi vida iba a pasar por mi estación me agarré de valor y esa semana fui a por todas, con una determinación endiablada que ni el mismísimo diablo podría pararme, con una fuerza de voluntad capaz de mover montañas y edificios si quisiera, pero con la cabeza en el suelo porque antes de ir directos y decirle "ya pues mami nuestro tiempo es ahora", primero debía analizar en qué situación se encontraba ella con el supuesto enamorado, porque cada movimiento debía estar fríamente calculado para que no pensara que yo había buscado de más en su red social.

Vida en el centro del mundo.Where stories live. Discover now