Capítulo 6

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Helado...
Frío y caótico,
Pero uno para el otro...

Bakugou notó algo que llamó su atención de un momento a otro

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Bakugou notó algo que llamó su atención de un momento a otro.
Su cuello estaba vacío y también lo estaba sus dedos de la mano izquierda.
Se sentó en el suelo con un quejido y observó que a su alrededor habían latas de alcohol, una que otra a medio vaciar e inclusive unas que se habían regado en el suelo. Incluso cuando le había prometido a Kirishima que sólo bebería cuendo él estuviese.
Otra promesa rota.
Pero Kirishima había roto la más importante, suponía aquello era estar a mano.

Gruñó al tratar de ponerse de pie, el inmovilizador le molestaba, así que su lógica en ese instante fue quitarlo como su inteligencia le dió a entender y lo lanzó lejos para ponerse de pie.
Buscó por la sala, comedor, cocina, salón de entrenamiento, entre los escombros, el baño y el desastre que había. Su molestia iba en aumento, burbujeante a punto de desbordar, sus manos comenzaban a calentarse para explotar algo, siguió buscando y gritando exasperado.

-¡¿Dónde mierdas está?! -sin poder evitarlo explotó sus manos haciéndole perder el equilibrio al no poder sostener su cuerpo por el dolor de la pierna. Su cabeza golpeó contra la única puerta que se encontraba cerrada y lo aturdió un poco.
Se recargó en esta sobre su frente y su mano temblorosa se acercó con lentitud a la manija.
Se asustó antes de poderla tocar alejándose.
Y tocó la madera, una... Dos... Tres... Diez veces esperando una respuesta.

No la hubo.

Sus dedos dieron un pequeño roce a la manija y un escalofrío recorrió por completo su cuerpo y desistió sin dudarlo.

-Abre... Por favor... Abre... -Katsuki había dejado la manía de morderse el labio por Kirishima cuando algo se le salía de control... Pero ahí estaba, lo mordió con tanta fuerza que la sangre fluyó rápidamente junto con los golpes, patadas y gritos a la puerta que nunca fue abierta.

Ni siquiera cuando todas las fotografías, cuadros o uno que otro dibujo enmarcado de niños pequeños cayeron al suelo por las explosiones y el agua en contra de incendios se hizo presente nuevamente.

Pero no estaba... No encontraba aquello que en ese momento tanto anhelaba.
No estaba aquello que representaba sus promesas.
Y eso le rompió un poco más.
Le quebró más el alma.
Le quitó más las ganas.
Y aunque él no pudiese colocarlo en palabras...
Le sumió el corazón en una basta oscuridad.

🔥

El dolor de cabeza y el insistente pitido del oído no le dejó seguir durmiendo en la bañera, abrió los ojos con lentitud dando movimientos lentos.

-Diablos viejo, casi me da un infarto -Bakugou volteó sus ojos hacia la puerta del baño que estaba casi deshecha y Sero se encontraba postrado respirando con agitación viéndole. Katsuki se llevó una mano a su cabeza para acariciar sus ojos cansados -Viejo, ¿hace cuánto no sales de casa?

Aviones de papel |En edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora