Capítulo 5 - Mentira descubierta (En edición)

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Juraría que una gota de sudor calló por mi mejilla, tal cual los dibujos animados. Juré que mamá podría matarme con sus manos. Suelo exagerar, solo un poco...

Al comienzo solamente estaba paralizada intentando comprender las palabras que resonaban en mi cabeza, porque cada vez que me nombran la palabra "padre", no podía evitar tensarme. Demasiadas malas experiencias con quienes son "padres".

Cuando la oración tuvo sentido tembló todo mi cuerpo, asustando excesivamente a Sandy, que al no entender las palabras de mi madre, solamente intentó reconfortarme colocando su mano en mi mejilla.

Mi hija era de pocas palabras para su edad, pero sin duda que era especial.

Como dije antes, la primera vez que le mentí a madre fue después de decirle sobre mi embarazo, dos semanas después de que William se marchara. Después de aquel momento, la relación con mi madre fue diferente. Mi relación con todo lo que conocía fue diferente, esa es la explicación de por que me siento más apegada a las personas que conocí después de Sandy.

Mamá no me preguntó en seguida sobre el papá del bebe, solamente me abrazo brindándome todo su apoyo. Yo ahí supuse que todo iba a ser estupendo. Si tenía a mamá a mi lado, nada podría estar mal.

Pero no fue así. Al separarnos de nuestro largo abrazo con lágrimas en las mejillas me preguntó:

- ¿Quieres continuar con el niño?

- Si- asentí, dos días sin dormir para pensarlo, habían sido suficientes para dejar de culpar al feto y comenzar a actuar como adulta.

- ¿Sabes lo que eso implica?

- Si, mamá- asentí sabiendo que mamá no estaba para nada orgullosa de mi.

Un silencio gigante se estableció entre nosotras después de esas palabras... todo cambió allí.

- ¿Conozco al padre?- se aclaró la garganta y formuló mejor su pregunta-, ¿conoces al padre?

Al comienzo pensé que era una broma. Ella creyó que era una zorra que iba de chico en chico todas las noches. Fue lo que más me dolió de ella en toda mi vida. Nunca dijo nada que me doliera más.

Haberle mentido fue un gran error. Porque las mentiras solo llevaban a más mentiras, y nada salía bien de ellas. Pero no podía siquiera decir el nombre de él sin largarme a llorar en un mar de lágrimas. Y había jurado no contarle a nadie sobre lo nuestro de esa noche. Por lo que mentí.

Volviendo a la realidad, mis ojos estaban humedecidos, los de mamá también. Recién había notado una cuna junto a mi cama. Era la cuna donde Kelly había dormido cuando bebe, era hermosa. Rosa y blanca, tan delicada y bonita, como mi hija. De una madera tan suave a su tacto como la más costosa seda.

Mamá se agarraba fuertemente de uno de las barandas de la cuna. Como si tuviera miedo a caerse o algo por el estilo.

- Contesta- demandó.

De verdad, su tono de voz no hizo nada más que asustarme aún más. Di un paso hacia atrás, por miedo a que a De-de le sucediera algo. Esta estaba escondida entre mi cuello y mi cabello, convencida de que no quería salir.

Al ver que no pensaba responder dijo:

- Si te preguntas cómo lo descubrí, soy vieja, no ciega- carraspeó su garganta.

- Nadie más lo descubrió hasta hoy- elevé mis hombros aferrándome más a mi pequeña aún teniéndole a mi propia madre.

- Yo soy tu madre- se señaló-. Sé que me mentiste cuando te pregunté si conocías al padre.

Cómo Ocultar un Secreto a Todo el Mundo © HISTORIA COMPLETA (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora