Capítulo 23 - El sueño (En edición)

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Aquel momento de plena incertidumbre me estaba volviendo loca. Porque no sabía si dar un paso al costado y dejar que el mundo hiciera su camino, o si debía ir a dirigir mi futuro, a intentar tomar las riendas del destino.

Lola quería golpearme, porque según ella la decisión correcta estaba enfrente a mi nariz, como una de esas veces que uno piensa que perdió el teléfono móvil pero en verdad lo tenía en el bolsillo trasero.

Pero por supuesto que ese no era el caso. ¿Debía ir a detenerlo? Creía que lo mejor para los dos y para De-de, era que él se fuera, perder contacto y olvidarnos de nuestras existencias.

Pero en mi interior sabía que yo nunca lograría olvidarme de William, porque en primer lugar tenía a su doble en niña, de hija; en segundo lugar lo amé durante toda mi infancia; y en tercer lugar, es un ídolo pop de los más ricos y famosos,  aunque su música deje de ser escuchada, él seguirá en los medios y en las bocas de todos. Cualquier persona viviría recordándomelo.

La hipnosis podría ser la respuesta a ese problema...

Mi pequeña había relacionado la voz de William con la palabra "Papá". Ahora ella piensa que William es "Papá" y ni siquiera sabe el significado de la palabra. Lola en un comienzo, creyó que le había dicho la verdad a William pero que no le había contado el chisme.

Según una revista por internet que lee Lola, William partirá mañana al aeropuerto para volver a Nueva York. Si es que voy a detenerlo, ¿qué le diría? No tiene sentido, porque no quería hablarle. Siendo sincera, quería con desesperación hablarle, pero sabía que no debía.

Aunque le hablara, ¿qué le diría? "No te vayas me dejaste embarazada a los dieciocho años y ahora encárgate de la niña". No lo creo, no quería obligar a alguien a estar conmigo o con mi hija.

Tampoco puedo pedirle que tengamos una relación de amigos o algo más sin contarle sobre Sandy, porque ella es primordial para mí, quiero que ella tenga una infancia feliz y normal. Aunque se requeriría de un padre para que sea cien por ciento normal...

Abracé mis piernas y apoye mi mentón en las rodillas. Yo y mis hermanos habíamos crecido gran parte de nuestras vidas sin uno, ninguno de nosotros se encuentra mal de salud ni es infeliz.

La duda me carcomía por dentro, lentamente. Creo que me acabaré desmayando por el estrés de la situación antes de que William parta a Nueva York. ¿Si eso sucede? ¿Lola iría a detenerlo?

Pensé durante un segundo en Diego, ¿en serio creí que era correcto casarme con él? Negué con la cabeza imaginándome a su lado durante unos cuantos años más. Me había dolido su engaño, cierto, pero no lo suficiente para derrumbarme. Pensaba más en William que en Diego, siendo sincera.

- Te detesto- escuché la voz de Lola.

Llevé la mirada hasta la puerta abierta, allí estaba Lola de seguro que desde hace mucho mirando. De-de estaba en sus brazos, y jugaba con el corto cabello castaño de mi amiga, de seguro tenía sueño.

Ya sabía que Lola me detestaba por no lanzarme a los brazos de Liam, lo sabía a la perfección. No asentí, ni negué, me mantuve en silencio mientras mi amiga se hacía paso a la habitación.

Hasta donde sabía Danny y Bruce habían salido, me habían dicho a donde pero no les había prestado atención. Me levanté de la cama mientras que ella se sentaba en ella.

Caminé hasta la ventana desde donde se veía la calle, unos cuantos autos andando, taxis, ómnibus, etc. Era una calle muy transitada incluso por las noches. Bajé la persiana lentamente.

- ¿Irás?- preguntó.

- Lola- susurré recostando mi frente contra la pared al lado de la ventana-, ya te expliqué que mi hija merece una vida sin flashes de cámaras.

Cómo Ocultar un Secreto a Todo el Mundo © HISTORIA COMPLETA (En edición)Where stories live. Discover now