Cavilaciones

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A veces, él se sentaba solo sobre el capó de su auto, bebiendo una cerveza. Le gustaban esos momentos en que podía olvidar toda la mierda en la que estaba metido hasta los huesos, momentos en los que podía imaginar otros futuros. Miraba el cielo y pensaba en las personas que estarían haciendo lo mismo que él en esos momentos, en cuantas lo habrían hecho a través de los siglos. Sus ojos se perdían en la inmensidad del universo, en el fulgor de aquellas estrellas que contemplaban su mínima existencia. "Soy solo una pequeña mancha en la tela del infinito" solía decir para sí mismo, "algo tan pequeño que tiene contados sus días, un suspiro que ha exhalado el tiempo".

Nadie conocía aquellas cavilaciones tan profundas en la mente de Dean, él prefería que la gente pensara que era alguien simple, que incluso dudaran de su inteligencia, para él estaba bien. En cierta forma lo liberaba, hacía todo más fácil al momento de interactuar con las personas, evitaba que formara lazos. Dolía, pero era necesario, cada persona con la que él o su hermano habían sostenido algún tipo de relación cercana, había terminado de muy mala manera. Y no, no estaba hablando solo de relaciones amorosas, si no que de toda clase de vínculo.

Siempre que llegaba a esa parte de sus divagaciones, había solo una cosa que le gustaría que fuera diferente. Pero sentía tanto miedo solo de pensarlo, se sentía tan indigno por quererlo; porque rayos si lo quería... con todas sus fuerzas. Pero no iba jamás a pedirlo, ni siquiera se atrevía a formularlo en voz alta, de hecho nunca lo había hecho hasta esa noche.

En un arranque de valentía, ¿O sería de estupidez extrema?, alzó la voz hacia lo alto, formulando en palabras lo que su alma llevaba años ocultando.

- Quiero ser amado- Dijo Dean muy suave, casi en un susurro; pero eso no era suficiente, él sabía que había más. Porque no solo quería ser amado por cualquiera, se rió ante su pensamiento, él ya amaba a alguien en silencio y deseaba con todas sus fuerzas que ese ser correspondiera su amor. Cerró los ojos y suspiró, estaba loco por esto, volvió a reír, negando ante su osadía, para luego por fin soltarlo -. Te amo Castiel- Dijo más para sí mismo -. Te amo más que a mi vida; creo que desde el primer momento en que te conocí, algo que sospecho no fue en ese sucio granero. - Suspiró para dejar salir todo por fin, alivianando su pecho -. Te amo desde que pusiste tu mano en mi alma, y te perdiste...o bueno, eso dijeron ellos. Nos perdimos juntos. Y ¿Sabes? Tengo miedo de tu respuesta, pero no de mis sentimientos. Me gustaría encontrar el coraje para decirlo, para mirarte a los ojos y perderme en ellos, mientras mis labios te dicen cuanto te ansío; mientras mis manos te muestran cuánto te necesito y mi cuerpo te enseña cuanto te amo. - Dean volvió a negar sonriendo -. Pero soy un cobarde. - Dean abrió los ojos luego de su pequeño, pero liberador discurso. En ese momento su rostro se desencajó en una mueca de miedo y asombro, la cerveza que sostenía resbaló de su mano, cayendo estrepitosamente para luego hacerse añicos en el suelo.

Ahí estaba él, ángel de sus sueños, fantasías y anhelos, observándolo en silencio, sus ojos brillando tenues en contraste con la oscuridad.

Dean bajó del capó de su auto, sin saber cómo actuar. Su corazón latía tan fuerte que podía sentirlo en la piel, sus manos sudaban profusamente, sus piernas temblaban. Jamás había estado tan asustado en toda su vida, aterrado, horrorizado, tanto que no era capaz de moverse, menos emitir palabras.

Castiel comenzó a caminar hacia él, solo fueron unos cuantos pasos ya que estaba muy cerca. ¿El muy maldito había estado a su lado todo el tiempo? ¿O solo había llegado hace unos segundos? Cuando estuvo frente a Dean, este se tensó un poco e intentó moverse de su lado, quizá salir corriendo, pero una fuerza invisible lo mantenía sujeto al piso. A pesar de estar petrificado, quería saber; necesitaba de una vez por todas conocer si sus sentimientos eran correspondidos, si no era así bien podría hacerse el enojado luego y decirle a Cas que solo le estaba jugando una broma, algo se le ocurriría. Castiel lo miró atento otro par de segundos, y se acercó otro paso más hacia él, quedando frente a frente, sus narices casi tocándose; podía sentir el aliento de Castiel sobre su rostro, más claramente sobre sus labios, lo que no hacía más que acrecentar su ansiedad, como si eso fuera humanamente posible a estas alturas.

Dean pasó la lengua por su labio inferior, al tiempo que posaba su mirada sobre los labios de Castiel, algo que siempre hacía, pero que esta vez el ángel imitó, mirando a su vez los labios del cazador, para luego hablar.

- Dean- La voz de Cas salió más ronca de lo que Dean recordaba haberlo oído alguna vez, esto le causó un escalofrío que recorrió todo su cuerpo, las piernas volvieron a flaquear-. Dean- Volvió a decir el ángel -. ¿Todo lo que dijiste?- La duda implícita en sus ojos.

- ¿Que escuchaste?- Pudo articular Dean despacio.

- Todo- Respondió Castiel. Dean cerró los ojos intentando calmar su respiración, algo que era prácticamente imposible, los abrió al escuchar la grave voz nuevamente -. ¿Lo que dijiste? ¿Es real?- Castiel lo miraba con la cabeza ladeada, en sus ojos la duda, pero Dean vio algo más, algo que lo empujó a decir la verdad.

- Cada maldita palabra- Escupió como si decirlo le causara un sufrimiento físico, a lo que el hombre frente a él reaccionó cerrando los ojos, para asentir despacio.

Ahora sí que Dean quería correr, perderse en el bosque que lindaba aquel lugar donde tenía estacionado el auto, correr sin rumbo, huir de todo, perderse sin retorno, todo lo que ayudara a que no tuviera que escuchar al ángel diciéndole cuán erróneo estaba en sus sentimientos, no quería escucharlo disculparse por que no sentía lo mismo, no quería sentirse rechazado. Esta vez fue él quien cerró los ojos intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir; y estaba a punto de marcharse cuando sintió el suave roce de piel sobre su mejilla, lo que lo hizo abrir los ojos de golpe, para encontrarse con Castiel aún más cerca, mirándolo con una sonrisa.

- Dean- El aludido tragó con fuerza -. No sabes cuánto he esperado para escucharte decir ... Esto- Dean abrió los ojos estupefacto.

- Eso...eso quiere decir- Dean volvió a tragar la saliva que se juntaba en su boca -. Que tú... ¿Sientes lo mismo por mí?-

- Cada maldito día- Respondió Castiel riendo, intentando imitar la frase que había dicho Dean. El cazador boqueaba como un pez fuera del agua, si creerlo aún -. Dean... Te amo- Dijo el ángel acercando su rostro a Dean, uniendo sus bocas en un beso suave, solo un roce de sus labios contra los del cazador.

Eso fue todo lo que Dean necesitaba para salir de su estupor, sus brazos se cerraron en torno a Cas, correspondiendo el beso, entregando cada parte de su alma en este. Un alma que al fin se sentía completa, los trozos habían sido al fin reunidos y vueltos a pegar en su sitio.

-Te amo Castiel, angel del señor- Dijo Dean-. Con todo lo que soy, y con todo lo que tengo.

En ese momento el tiempo se detuvo a admirar ese amor tan puro que unía aquellas dos ínfimas existencias, aquellas dos luces que en ese momento brillaban como una sola.

Hola mis queridos angeles!!! Les dejo un pequeño One Shot que apareció en mi mente...algo que no pude evitar compartir con ustedes...como siempre, con todo mi amor <3

Espero lo disfruten ....Los amodoro millones!!!!!!

PD: Dedicado a todos los que hemos sentido ese amor incondicional correspondido, alguna vez.... y por supuesto, a quienes seguimos esperandolo.

Cavilaciones  One Shot-DestielWhere stories live. Discover now