-S e c o n d

3.3K 462 70
                                    

Se besaron profundamente, con sus lenguas entrelazadas, sus labios aprisionando los ajenos e incluso algunas mordidas que arrancaban suaves jadeos. El mayor se separó escasos milímetros mientras recuperaba el aliento. Otra vez observo al menor, sus mejillas estaban aun más rojas, su respiración era más pesada haciendo que sus pechos chocaran, sus labios estaban hinchados, demasiado rojos, su cabello estaba desordenado contra el espejo y su silueta había dejado ya una marca de calor sobre el vidrio. Jimin abrió los ojos, fundiendo sus miradas por escasos segundos.

¿Qué estaban haciendo? ¿Por qué nadie ponía un alto? ¿Por qué Yoongi se dejaba llevar en lugar de ser razonable? Quizá los chicos no tendrían demasiado que decir pero el resto de su equipo definitivamente reprobaría el comportamiento de ambos jóvenes. Además de todo, el pelinegro jamás había experimentado una urgencia tal con alguien más, se esperaba menos que estuviese deseando a su compañero ¡a otro hombre! Se separo bruscamente, dejando a un rubio aturdido que termino de caer sin despegar la espalda —Lo lamento… esto, esto no está bien – sin más, el mayor se fue a toda velocidad.

Jimin se quedo un par de minutos en el suelo, con la mano sobre el pecho que parecía le explotaría en cualquier momento gracias a los latidos salvajes. Su interior se mantenía removido tras todas las sensaciones, su mente intentaba comprender que había pasado, como había pasado y porque de repente la mirada de Suga solo expresaba un miedo abrumador.

Gateo hasta donde estaba su pequeña maleta para guardar todas sus cosas. Con una toallita que llevaba, seco el agua que había en el piso. Pequeñas ondas se expandieron sobre el charquillo gracias a las lagrimas que comenzaron a fluir, incontrolables, dolorosas. Su corazón dolía terriblemente. Había trabajado muy duro para mantener sus sentimientos a raya, para no hacer evidente su absurdo enamoramiento por el rapero, pero ahí estaba, llorando desconsolado por las acciones finales tras haber alcanzado el cielo con los labios de Yoongi ¿cómo se suponía que seguirían adelante después de aquello? ¿Cómo podría ver a Min a la cara sin recordar aquel maldito beso con el que soñaría todas las noches a partir de ahora? Simplemente no había un cómo. Aún así lo que más le alarmaba en ese momento era que Suga no quisiera tenerle cerca, que se distanciaran solo porque Jimin se había dejado llevar.

No. No lo permitiría. No dejaría que Yoongi lo repudiara. Aun lloraba cuando se dirigió con pasos firmes al Genius Lab. La puerta estaba entreabierta, las luces encendidas, así como el equipo, pero no había rastros del pelinegro. Apago las luces, dirigiendo su andar hasta la habitación del otro. No pidió permiso ni anuncio su presencia simplemente giro la perilla para entrar al cuarto y cerrarla tras de sí. Yoongi yacía recostado en su cama, bajo las sabanas como si estuviera dormido, evidentemente fingiendo.

—Hyung… —Park se sentó en una equina de la cama. Pese a que su voz era tranquila, sus ojos volvieron a derramar lagrimas como si estuviese despidiéndose de aquella persona que quería con todo su ser.

Por su parte Suga había estado totalmente aterrado de si mismo, de su comportamiento, de su poco juicio, de sus ganas de haber hecho más con el bailarín.  No quería generar molestias a nadie. Le había costado mucho ver a los miembros como su familia, le había costado ver a Jimin como alguien especial como para perder su relación por sus impulsos. Había decidido que mantener al menor alejado de si era la mejor opción, que la distancia le ayudaría a perdonarlo y restauraría su relación, pero ahí estaba él, buscándole la cara.

Su cuerpo se tenso al escuchar pequeños sollozos. Inmediatamente se reincorporo observando la silueta del rubio en la oscuridad de su habitación, el borde de su mandíbula decorado con el brillo de lagrimas cayendo ¿tanto daño habían causado sus actos? Definitivamente tomaría su distancia, porque, ver a Jimin llorando de aquella manera era algo que quería ver jamás en su vida. Su corazón se encogía cada vez más. Quiso disculparse unas mil veces más por sus acciones, pero el rubio fue mucho más rápido.

—Perdóname Hyung —su voz se quebró un poco —N-no me hubiera gustado que te enteraras así, pero ya no hay marcha atrás ¿no? —el menor dedico una sonrisa dolida a quien le miraba inmóvil —Así que, si debes saberlo, prefiero decírtelo yo —tomo una amplia bocanada de aire, reunió todo el valor que quedaba en su cuerpo para finalmente dejar ir toda su carga —Estoy enamorado de ti…

El pelinegro se congelo ¿había escuchado bien? ¿Jimin le estaba diciendo que le gustaba? ¿a Jimin le gustaban los hombres? La cabeza de Min estaba por explotar de tantas cosas que comenzaron a bombardearle ¿Qué debía decir? Lo cierto era que nunca había sentido atracción por otro chico antes. Incluso aunque hubiese besado al bailarín aquella mañana, no significaba que tuviese sentimientos por el ¿no? Solo se había dejado llevar por lo que este provocaba. Cayo en cuenta de lo horrible que era aquel argumento, aún así era cierto, Yoongi se había dejado llevar —Jimin… yo…

—No hace falta que me digas nada — Negó. Sus labios formaron una línea recta mientras se aferraba al borde de las mangas de su playera. —No he venido a confesarme esperando que mis sentimientos sean correspondidos. Los más seguro es que dirías que era mejor olvidar lo que había pasado hoy, tomarías tu distancie y nos alejaríamos sin más, pero, Yoongi… no creo poder soportar ese tipo de trato. Prefiero decirte lo, y que puedas aceptar lo que siento, que podamos seguir tratándonos como hasta ahora, solo tu siendo consciente de mis sentimientos —Entonces termino por deshacerse en llanto, en sollozos, en dolor —Por favor… Yoongi ¿podrías aceptarme tal como me siento respecto a ti? Por favor.

“Yo no se si podría llegar a quererte de esa manera” es lo que el mayor quería decir, lo que debía decir, pero ver al rubio tan derrotado, haciéndose cada vez más pequeño frente a él solo lo llevo a callar.

Estiro una mano para tomar la muñeca ajena, atrayendo el resto del cuerpo del menor para poder abrazarlo. Lo envolvió con tanto cuidado que él mismo se sorprendió, lo sostuvo sobre su pecho dejando que desahogara todo lo que le agobiaba — Jimin, vamos a estar bien ¿si? Voy a estar contigo, voy a estar para ti sin importar nada, así que puedes estar tranquilo —apretó un poco más la menuda figura ajena mientras lo veía acomodándose contra su cuerpo.

—Gracias —fue lo último que se escuchó. Los sollozos fueron desapareciendo gradualmente. Min lo vio relajarse entre sus brazos hasta finalmente caer exhausto entre sus brazos. Se olvido del lio completo que habían hecho, se olvido de como la emoción de tener a Jimin justo ahí había remplazado la angustia que había tenido. Inconsciente dio un beso sobre las finas hebras rubias.

Quiso recostar al menor, pero este se había aferrado a su ropa, por lo que se dejo caer al mimo tiempo. Repartió un par de besos pequeños en el rostro ajeno, lo abrazo más y finalmente se durmió con el joven más bonito que había viso en su vida.

Dance Again «YoonMin» Where stories live. Discover now